Un Germán Burgos auténtico: la relación "De Niro-Pesci" que tiene con Simeone y por qué le hubiese gustado ser botinera

"Creo que nos conocemos desde toda la vida; estuvimos ocho años comiendo juntos en el Atlético. Levanto la vista y ya sé lo que va a decir, por qué está preocupado. Y él, conmigo, igual. Es una simbosis importante. Somos como Robert de Niro y Joe Pesci... O como Bud Spencer y Terence Hill. Si va uno, el otro aguanta. Los dos somos de carácter fuerte, pero mi función es equilibrarlo a él. Liberarlo de dudas, de ansiedades. Yo no dudo. Nunca. Cuando vas con la verdad por delante, no dudás. Mi papel es decirle la verdad: están para jugar éste, éste y éste". Así, sin vueltas, con su sello habitual, Germán Burgos se refirió a su relación con Diego Simeone . Y, claro, aseveró que le gustaría "cuando se den las cosas" ser el entrenador del Atlético de Madrid ".

En la antesala de la revancha del mióercoles con el Real Madrid por las semifinales de la Champions League, el ayudante de campo del técnico del Atlético señaló que “ No me gusta nada que no sea fútbol... Llevame a un partido de tenis, te estás meando y no podés salir, pasa un avión y no se juega, no podés hablar ni fumar... Eso son todos problemas para el espectador. Imaginate el básquetbol: los tienen cuatro horas encerrados allí y cuando salen no saben si se hundió el subte o hubo una Guerra Mundial. Luego se cae uno al suelo y sale un tipo con una escoba a limpiar... Dejate de joder. El hockey, por ejemplo. Más en concreto el arquero de hockey, a su mamá: ‘¿Y? ¿No me venís a ver?’. Y esa mamá va. Y al final el hijo le dice: ‘¿Cómo me viste?’. La mamá: ‘Pero si no te vi... Con la máscara, ese casco...’ Noooooo”.

En una extensa entrevista concedida a la revista Papel del diario español El Mundo, el ex arquero de Ferro, River y la selección argentina, sostuvo, entre sonrisas, que “ de no haber sido futbolista a mí me habría gustado ser mujer de futbolista”.

Y al recordar el cáncer de riñón que dejó atrás, contó: “El otro día una señora mayor me recordaba lo que le dije cuando a ella le contaron lo de la enfermedad. Le dije: ‘No te cagués, enfrentate al espejo y decile al que tenés delante que vas a ganar’. Me miraba la señora. Ya tiene pelo y todo... A mí me viene mucha gente con cáncer. La gente quiere esperanza. Que alguno salga. Cuando estás del lado de los blancos, con la bata blanca, es complicado. Cuando te llevan al quirófano y ves las luces, y te dice el camillero, como me dijo a mí: ‘Aquí el que te va a operar es del Madrid, eh’. Complicado, complicado. Pero no tuve miedo. Al contrario. Me escapé de la clínica, no terminé la recuperación, iba con el suero para arriba y para abajo. Uno de los pibes, por el pasillo, me dijo: ‘Te agradecería que fueras a ver a mi papá, le quedan horas, es del Atlético de Madrid, si le puedes decir algo’. Fui, me senté con él, hablamos, en ese momento te sentís alguien".