Huracán-Gimnasia, por la Superliga: otro homenaje y otro gol, pero el Lobo y Diego suman de a uno

El tour maradoniano hizo escala en el Palacio Tomás Adolfo Ducó. Hubo homenaje, abrazos con otro grande como Miguel Brindisi –compañero de aventuras en el Boca campeón del ‘81–, dedicatoria de la hinchada del Globo y aplausos desde los cuatro puntos cardinales del estadio. Sonó "¿Qué es Dios?", de las Pastillas del Abuelo. Maradona levantó las manos y agradeció. Luego, fue a su banco y se fundió en otro abrazo con Israel Damonte, el entrenador del Globo. La platea los aplaudió.

Además de todo el cotillón maradoniano, hubo un partido de fútbol. Hubo, también, un gol de Gimnasia como visitante, una sana costumbre del equipo que dirige Diego y que ya es el segundo máximo realizador de la Superliga fuera de su estadio con 16 conquistas. En ese rubro sólo lo supera el líder del torneo, River.

Pero, fiel a otro de sus costumbres, Gimnasia volvió a dejar convertir a sus rival. Es más: recibió el cuarto gol antes de los 15 minutos de partido desde que Diego dirige al equipo. Cuando no habían pasado ni dos minutos de juego, Rodrigo "Droopy" Gómez coronó el primer ataque de Huracán con un remate perfecto desde afuera del área. Historia repetida: antes, ya le habían marcado goles tempraneros Jonathan Menéndez (Talleres) a los 11 minutos, Juan Manuel García (Arsenal), a los 3 minutos de juego y Joao Rodríguez (Central Córdoba), a los 12 minutos.

En desventaja, Gimnasia empezó a reaccionar. No le costó demasiado encontrar el empate, porque la defensa de Huracán también tuvo filtraciones. Comba habilitó a Agudelo y el colombiano definió al segundo palo del indefenso arquero local, Antony Silva.

De allí en adelante la iniciativa fue del Globo, que estrelló dos cabezazos en el travesaño de Broun, arquero tripero. Maradona y su ayudante, Sebastián Méndez, apostaron a la velocidad de Comba y al manejo de Paradela, pero a los suyos les costó agarrar la pelota en la mitad de la cancha. Huracán, un equipo con buenas intenciones pero falto de contundencia, intentó llevarse el partido. Pero nunca encontró esa jugada que le diera el gol ganador.