Independiente le ganó 1 a 0 a Fénix, se clasificó a cuartos de final de la Copa Sudamericana y se medirá ante Lanús

Sin sobrarle nada en la lluviosa noche de Avellaneda, pero con el plus de haberse traído una goleada de Uruguay, Independiente ya está en los cuartos de final. En el Libertadores de América y con el gol marcado por Silvio Romero, el Rojo ganó 1 a 0 el duelo de vuelta de los octavos de la Copa y dejó en el camino a Fénix, un rival que no mostró ninguna oposición. Una brillante combinación entre Velasco y Martínez quedó en los pies del intratable goleador que tiene el Rojo para quedarse con el triunfo.

En cuanto al juego, todavía no da respuestas, pero lo anímico será el factor trascendente para encarar lo que viene: el choque contra Lanús en la siguiente ronda, otra barrera que buscará superar para lograr el objetivo de levantar la copa.

Aunque parezca poco, estar entre los ocho mejores de la segunda competencia continental a nivel clubes significa demasiado para este Rojo. Luego de atravesar meses tumultuosos por las enormes deudas con las que convive y la ida de muchísimos jugadores que no soportaron más el presente, Independiente se hace fuerte con lo que tiene.

Y esto es posible gracias a la frescura de los más jóvenes como Alan Velasco y Lucas González, sumados a la jerarquía de Silvio Romero, Pablo Hernández y Lucas Romero. También, a la seguridad que encontró en el arco con las asombrosas apariciones de Sebastián Sosa y de Milton Álvarez. Así, el Rojo avanza.

El tanto de Romero para la victoria de Independiente

Quien se frota las manos por este momento es el entrenador Lucas Pusineri. Aunque continúa con la deuda de encontrar una regularidad en el juego, no se le puede negar que, en materia de resultados, la razón por la que hoy en día los entrenadores mantienen sus cargos, el DT está firme, cumpliendo con ese objetivo tan superficial en este histérico fútbol argentino. Tras el parate por la pandemia, Independiente no perdió: jugó nueve, ganó cinco y empató cuatro, contando la Copa Maradona y la actual Sudamericana.

Quizá Pusineri tenga motivos para inflar su pecho y volver a decir que no se siente evaluado sabiendo que a fin de mes finaliza su contrato. De todos modos, y por la injusticia enorme que tiene este deporte, este correcto presente se puede derrumbar si su equipo trastabilla tanto en el nivel local, donde también progresa a paso firme, como en el plano internacional, donde deberá cruzarse ante un durísimo Lanús.

Aunque parezca un mito, Independiente tendrá en sus espaldas la chapa copera que lo caracteriza. Más aun en esta Copa Sudamericana, campeonato que parece quedarle cómodo a los de Avellaneda: se consagró campeón en 2010 y en 2017. Además, desde su vuelta a primera en 2014, la disputó cuatro veces: 2016, 2017, 1019 y 2020. Salvo en 2018, año que jugó la Libertadores, en todas las demás alcanzó al menos los cuartos de final, instancia que buscará superar y así tener motivos para celebrar.

El próximo rival para Independiente será el Granate. Los partidos se llevarán a cabo en las semanas siguientes, entre el 8 y el 15 de diciembre, antes del descanso de la competencia hasta el 5 de enero. La serie se abrirá en "La Fortaleza", para luego trasladar su cierre al Libertadores de América.

Al igual que en la ida, Fénix se quedó con un hombre menos en los primeros 45 minutos. Fernando Souza fue con la pierna arriba ante Lucas Rodríguez y en primera instancia el árbitro Sampaio le sacó amarilla, pero luego fue a chequear la infracción en el VAR y cambió su decisión por la roja.