La Argentina, más debilitada en la Conmebol: qué implica la salida del argentino Gonzalo Belloso

Gonzalo Belloso efectivizó este jueves su renuncia como Secretario General y director de Desarrollo de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol). Si bien la decisión se venía conversando en las últimas semanas, recién fue confirmada hoy, en la previa del partido entre la Argentina y Bolivia (por las Eliminatorias) mediante un comunicado del ex delantero de Rosario Central y Olimpia de Paraguay, entre otros equipos.

Así, el fútbol argentino pierde a su principal interlocutor, tanto a nivel de competencias de clubes como de selecciones. El ahora ex funcionario de Conmebol trabajó hasta hace pocos días: monitoreó todo lo que ocurrió en el fallido clásico de las Américas entre Argentina y Brasil.

“Al llegar (a la Conmebol), me planteé como lucha y objetivo transformar una organización prácticamente desalineada en valores morales en otra que mejorara condiciones, y que generara una identidad y posibilidades de crecimiento a los jóvenes participantes de este hermoso deporte y otras disciplinas. Siempre, a través de acciones transparentes”, recordó el exfutbolista argentino en el texto de su despedida, a casi seis años de haber asumido su cargo de Secretario General.

Los clubes argentinos y la AFA tendrán a partir de ahora otro nexo con la conducción del fútbol continental. Hasta acá, cada vez que tenían alguna cuestión logística por resolver o incluso algún reclamo que elevar, el teléfono de Belloso estaba siempre abierto. Esa relación no existe más. El rosarino era el ejecutivo argentino de más alto rango en el fútbol continental. Lo más probable es que quien lo reemplace no sea argentino: la relación entre la cúpula de Conmebol, encarnada por el presidente Alejandro Domínguez y Claudio “Chiqui” Tapia quedó desgastada por la fallida Copa América, que la Argentina iba a organizar con Colombia.

Hay otro antecedente que le juega en contra al fútbol argentino: luego de la Copa América de Brasil, en 2019, Conmebol decidió que Tapia dejara el Consejo Ejecutivo de la FIFA, lugar en el que ocupaba una silla como representante del fútbol sudamericano. Fue después de una carta enviada por la AFA en la que se quejaba por el uso del VAR en la semifinal de aquel torneo, en la que Brasil, el local, eliminó al equipo dirigido por Lionel Scaloni con un polémico arbitraje del ecuatoriano Roddy Zambrano.

Según pudo reconstruir LA NACION, la salida de Belloso de sus cargos es tan reciente que el presidente de la Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez, no tiene un reemplazante natural elegido. El secretario general, en la práctica, actúa como el canciller del máximo dirigente del fútbol continental. En ese sentido, tiene que ser un hombre cercano. Sí se sabe que será alguien cercano al fútbol, “muy profesional” y de “extrema confianza” del presidente de Conmebol: en el organigrama de la Conmebol hay dos ex futbolistas: el paraguayo Diego Gavilán y el chileno Clarence Acuña. El propio Belloso, en su carta de despedida, desea que el cargo lo mantenga alguien del fútbol como él.

El último contacto entre la AFA y el renunciado gerente general de Conmebol se dio el fin de semana, y en ocasión del fallido clásico de las Américas entre la Argentina y Brasil, del que apenas se jugaron cinco minutos en el Arena Corinthians, de San Pablo. Belloso, como representante de Conmebol, estuvo al tanto de lo que ocurría en las entrañas del estadio paulista. Lo mismo ocurrió con la FIFA. Ambas organizaciones, de hecho, confirmaron que los cuatro jugadores argentinos de la discordia (Giovani Lo Celso, Cristian Romero, Emiliano Martínez y Emiliano Buendia) estaban habilitados: fueron incluidos en la planilla oficial del partido. La salida de Belloso de Conmebol no tuvo “nada que ver” con lo ocurrido el domingo con la suspensión del clásico sudamericano.

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