Los pases-gol de Romero, un punto de partida para que Sava arme su mejor Racing

El desahogo es eso. Apenas una descarga ante un momento tenso, complicado. Eso vivió Facundo Sava con el gol de Lisandro López en el epílogo del clásico contra Independiente. Una chilena tan valiosa desde la ejecución individual como efímera para el análisis global de Racing-equipo. Se salvó el honor, se dirá en Avellaneda, pero cuando se rasque la superficie que dejó la emoción del punto salvado sobre el final, el análisis pasa a ser mucho más complejo para el DT de la Academia. Es que Sava llegó con una idea que le está costando aplicar más de lo que él pensaba. Por eso, cuando a mitad de camino vio que la distancia entre su once ideal (de sistema táctico y nombres) estaba mucho más lejos de alcanzar en relación a lo que venían haciendo los jugadores con Diego Cocca , dio un giro y regresó a la base anterior. Buscó hacer pie en una isla futbolera más cercana para ganar tiempo, acomodar los pensamientos, y volver a arrancar. Por eso eligió jugar 4-4-1-1 con características más defensivas que ofensivas, por eso dejó de lado el 4-3-3 que tanto sueña con aplicar para su verdadero Racing. Y como venía de recibir cinco goles en Rosario, armó un planteo (como lo hubiera planificado Cocca) mucho más equilibrado, para no desarmar las dos líneas de cuatro, defender cerca de Saja y salir con pelotazos largos para Milito y… quien esté dispuesto a ayudarlo.

Por eso, uno de los colmos del partido fue que a Racing le hayan hecho un gol de contraataque (cambio largo de De Paul para un Grimi que perdió con Rigoni). Es cierto que en el segundo tiempo atacó más, pero no lo suficiente como para que Independiente lo haya encontrado tan abierto a la hora de defender. Sava, está claro, tiene mucho para corregir. Ahora bien. El Colorado sí tiene una pieza diferenciadora (y notoria) con respecto a Cocca: ya le dio más chances a Oscar Romero, el suplente más pedido, de lo que hizo el anterior DT. Y esa variable puede ser su punto de partida para armar el Racing que quiere. ¿Cuál? Los pases-gol de Oscar Romero, una fórmula con una efectividad altísima en lo que va de 2016.

La última imagen se queda con el centro gol invertido (con zurda desde la derecha) para la chilena espectacular de Lisandro López. Pero hubo más. Una acción parecida finalizó en el descuento de Bou ante Atlético, en Tucumán. Y después están los pases pinchados frontales o los filtrados al ras, para que sus compañeros "ataquen el espacio". Romero tiene varias formas de generar desequilibrio con sus lanzamientos. Algunos ejemplos:

1-Gol de Noir a Puebla, en México: Romero fue suplente, pero ingresó por Milito. Ubicado como número 10, metió un pase pinchado para la diagonal de Acuña; de ese lanzamiento y un mal rechazo defensivo llegó el 2-2 de Noir .

2-Gol de Noir a Independiente: en la pretemporada, en Mar del Plata. Se movió con una buena corrida de derecha al centro y asistió a Noir con un pase filtrado al ras a la espalda de Toledo. Su compañero controló y definió de emboquillada.

3-Gol de Lautaro Martínez a Independiente: otra vez arrancando como 10, metió un pase pinchado y largo para la diagonal de Martínez, a las espaldas de los centrales. El juvenil corrió y definió mano a mano con Rodríguez.

Romero, como Martín Benítez en Independiente, rinde mejor suelto por el centro, cuando no está condicionado por ninguna banda. El paraguayo tiene movimientos interesantes, buen uno contra uno (penal de Cerutti en el verano, que él transformó en gol en la derrota ante Estudiantes 2-4), casi siempre puede aparecer libre y más por mérito propio que desconcentración del rival; genera foules que luego son ganados como pelotas paradas al área adversaria; desequilibra con amagos, haciendo un bailecito sobre el balón antes de enviar cada asistencia (como se vio en los ejemplos de arriba); tiene buena pegada y gol (lo puede confirmar Ardente, arquero de San Martín), no sólo de media distancia, sino que además pisa el área.

En el debe de Romero está tener una participación mayor durante los partidos, sostenerse más minutos en la elaboración de las jugadas colectivas. Las estadísticas de opta en el clásico son un reflejo de eso. Tocó 37 pelotas durante los 90 minutos y dio apenas 18 pases (16 bien y 2 mal). Recuperó pelotas, eso sí (4) y generó 5 infracciones. Pero debe involucrarse más. De Paul, habiendo jugado apenas 28 minutos tocó 25 balones; Acuña 48 y Aued 62.

Sava todavía oscila entre su equipo ideal y la base que le dejó Cocca. Pero mientras define cuál será su próxima parada táctica, sabe que tiene en Romero a su principal arma de ataque. En medio de un panorama impensado hace un mes, por el flojo arranque en el torneo y con la Libertadores a la vuelta de la esquina, su aprovechamiento puede ser un buen punto de partida para acercarse al ideal que alguna vez pensó Sava para Racing.

cl/ae