Luis Enrique, el nuevo DT de España, y su posición a favor de la independencia de Cataluña: “No soy anti nada”

MADRID.- "No soy anti nada. Soy el seleccionador de todos los jugadores españoles. Es un gran orgullo para mí. Lo que me interesa es representar lo mejor del fútbol español y conquistar éxitos. A esta altura de la vida, no hay un honor mayor." Con esas palabras se presentó Luis Enrique , el nuevo entrenador de la selección española de fútbol, en un debut donde no pudo estar ausente la controversia por su supuesto costado en favor del independentismo catalán.

Pero era la presentación del director del equipo nacional de fútbol y la escenografía fue a toda orquesta. Casi como una campaña electoral. Poco antes de la tardía hora del almuerzo en España, Luis Enrique cruzó el pasillo del salón de actos central de la Federación Española de Fútbol y se subió al escenario para una presentación que tuvo mucho de espectáculo. Con una estética totalmente distinta a la sobriedad a la que estaba más habituada la Federación.

Un show

Hubo una enorme pantalla con el nombre del nuevo técnico como escenografía y junto a él, como parte de una coreografía, subieron todos los integrantes de su elenco deportivo: entrenadores, asistentes, asesores, terapeutas y preparadores físicos. No faltaba nadie de su equipo.

Se lo vio feliz. "Ilusionado" a la hora de aceptar el reto porque, como dijo, "todo el mundo es de la Selección" y nadie está contra nadie.

Es que, además del estigma de su mal carácter y de las respuestas fuera de tono que a veces suele tener, Luis Enrique carga con una sombra separatista, por declaraciones en favor de la independencia de Cataluña y en elogio de "los catalanes" por arriba de "los españoles".

Algo que irrita a más de uno a la hora de hablar del equipo que representa en fútbol a la nación española. Por eso lo tuvo que aclarar tantas veces. "Yo no soy anti nada… yo quiero dirigir el mejor fútbol", subrayó.

Nuevas reglas

Yendo a lo específicamente deportivo y más allá de las apuestas que hacen quienes vaticinan más de una tormenta, se espera que para el 31 de agosto Luis Enrique dé a conocer su primera lista de convocados.

¿Estará el catalán Gerard Piqué? Fue una de las primeras preguntas de la rueda de prensa sin límite que ofreció. "El de Piqué es un caso diferente porque es un jugador que ha expresado su deseo de abandonar la selección. Ojalá yo pudiera contar con todos los jugadores. Pero respetaremos la opinión de cada uno", dijo.

Tampoco desveló otra de las dudas centrales para lo deportivo. Esto es, si David De Gea , de controvertido desempeño durante el Mundial de Rusia, seguirá siendo o no el arquero oficial del equipo nacional.

Explicó que, hasta ahora, no se ha puesto en contacto con ninguno de los jugadores y esto incluye al capitán del seleccionado, Sergio Ramos . Un punto importante porque, tanto el seleccionador como el presidente de la Federación, Luis Rubiales, han dejado claro que ya no se le consulta tanto como hasta hace poco.

"¿Pierden peso en esta selección los jugadores?", fue otra de las preguntas, justamente a caballo de la situación de Ramos. "No hay problema con ninguno de los jugadores. Pero hay un cambio tanto en la Federación como en la selección, que no excluye a los jugadores sino que los incluye", contestó.

Sin embargo, pareció marcar límites y marcar nueva tónica el nuevo entrenador. "Para mí los jugadores tienen que ser protagonistas dentro de la cancha, y nada más. Me gusta consensuar, por supuesto. Pero hasta donde se puede".

Después de haber dejado la dirección de Barcelona hace poco más de un año, la selección española es el primer reto de Luis Enrique. Su nombre, en realidad, es Luis Enrique Martínez García, pero su paso por el fútbol le recortó el apellido y para la grada siempre fue simplemente Luis Enrique.

Tiene 48 años y pese a que es asturiano, para el imaginario colectivo es catalán, un sello que se agudizó desde su paso por el Barca y el enamoramiento que tuvo con ese club y con la sociedad catalana.

En tiempos de crisis y conflicto independentista, eso suele agregar un poco de pimienta a la llegada de un entrenador que, además, es famoso por su temperamento.