Manchester City debutó en el Mundial de Clubes venciendo a Wydad de Marruecos

Tras una temporada llena de traspiés, el poderoso Manchester City y su entrenador, Pep Guardiola, están decididos a pasar de página en el Mundial de Clubes, impulsados por una gran cantidad de nuevos fichajes y el regreso del mediocampista español Rodri, ganador del Balón de Oro de 2024. Todavía es temprano para sentenciar que el equipo llegará lejos en los Estados Unidos... pero al menos superó el primer examen y empieza a tomar impulso.

Los Citizens, que cerraron la temporada sin títulos, algo que no ocurría desde 2016-2017, derrotaron por 2-0 a Wydad, de Marruecos, en el Lincoln Financial Field de Filadelfia, en el primer partido por el Grupo G del Mundial de Clubes, que también integran Juventus y Al Ain. “En el deporte, lo que pasó en el pasado, bueno o malo, se olvida, así que sentimos que empezamos la temporada”, había dicho Guardiola antes del partido. Ese mensaje se los bajó a sus dirigidos, que claramente iniciaron la competencia con las expectativas renovadas.

“Es una nueva temporada, un aire fresco”, dijo Phil Foden tras el partido. “Estoy feliz con el desempeño y los tres puntos”, añadió el atacante inglés en el canal DAZN.

En ese contexto de nerviosismo por la presentación en un certamen innovador, apenas dos minutos demoró Manchester City para abrir el marcador en el estadio donde habitualmente juegan los Philadelphia Eagles, el equipo de fútbol americano. El arquero marroquí, Mehdi Benabid, tuvo una respuesta sumamente pobre tras un centro enviado desde el sector derecho por el brasileño Savinho, ningún defensor de Wydad llegó a despejar, la pelota le quedó regalada a Foden, que remató de zurda para anotar el 1-0.

Pese al pronto mazazo anímico, el conjunto africano no se amedrentó e intentó salir del acoso de los europeos con las pocas herramientas que contaba. En ese intento de cruzar la mitad de la cancha e incomodar al arquero brasileño del City, Ederson, el marroquí de nacionalidad neerlandesa Nordin Amrabat, destacado en el Mundial de Qatar 2022, fue la bandera de la creatividad. Sin embargo, tuvo escasa compañía y pocas veces pudo conectarse con sus compañeros en los últimos metros. El equipo conducido por Guardiola logró controlar la pelota, acelerar y circular con movimientos aceitados.

A los 31 minutos, mientras parecía tener el encuentro controlado, Manchester City tuvo un gran susto en la última línea. Retrocedió con dudas el defensor Vitor Reis, lo presionó el delantero sudafricano Thembinkosi Lorch, la pelota quedó sin dueño, remató Cassius Mailula, pero tapó el arquero Ederson. De inmediato, en el banco, Guardiola empezó a charlar con sus asistentes, ayudados por una planilla de anotaciones, tratando de entender lo que había ocurrido. Pese al 1-0, el técnico no estaba 100% conforme con su equipo.

Pero si bien Manchester City había perdido la pimienta en los últimos metros, aprovechó una pelota detenida y un anticipo en un córner ejecutado por Foden, a tres minutos del final del primer tiempo, para ganar alivio. En un abrir y cerrar de ojos se notó la diferencia de jerarquía entre un equipo y el otro.

El belga Jeremy Doku le ganó la posición a su marcador y anotó el 2-0, como para que el conjunto inglés ganara en serenidad antes del descanso.

Antes del final del primer tiempo, una cesión peligrosa hacia atrás de Vitor Reis para Ederson alteró a todos en el City, pero no llegó conectar la pelota Lorch por muy poco. Así se cerró el primer período, con Manchester en ventaja, aunque habiendo sufrido varios momentos de incomodidad (e inseguridad).

Obligado a tomar mayores riesgos, el conjunto de Marruecos arrancó el segundo tiempo con buena energía, sabiendo -además- que la defensa del City no era garantía de seguridad. En ese escenario, Lorch, una vez más, fue el que se animó, se aproximó a Ederson y remató (por encima del travesaño).

A los quince minutos del segundo tiempo, Guardiola decidió sacudir la modorra y realizar tres cambios para tratar de refrescar los movimientos del equipo. Y uno de los jugadores que ingresó, el delantero noruego Erling Haaland, provocó un verdadero estruendo por parte del público. A los pocos minutos, en otra ventana de modificaciones, ingresó Ilkay Gundogan, otra de las figuras del equipo inglés. El partido perdió intensidad y dramatismo. Wydad no dejó de buscar opciones de ataque, pero poco a poco fue perdiendo pimienta ante un rival que se posicionó con más certezas y que hizo circular la pelota con criterio.

El lateral británico Rico Lewis salió de su zona de confort y avanzó hasta pisar el área marroquí a los 30 minutos, asistió a Haaland que, en un simple y rápido movimiento del cuerpo, se sacó de encima una marca y remató de zurda, por encima del travesaño. Desde ese momento, no hubo demasiadas situaciones de valor en el partido: Manchester City controló el encuentro ante un rival inferior, que se terminó consumiendo en sus limitaciones.

Un mano a mano fallado por Haaland y la expulsión de Rico Lewis a falta de dos minutos, tras un fuerte infracción a Samuel Obeng, fue lo único que sacudió el partido hasta el final. “El primer partido en una fase de grupos siempre es el complicado”, dijo Guardiola. Y agregó: “Por momentos jugamos muy bien, es el primer paso, aprenderemos de él y en el segundo (partido) estaremos mejor. Tenemos que ajustar muchas cosas, pero vamos paso a paso. La temporada es muy larga, once meses, y hay que mantenerse optimista. Es importante estar aquí, hay mucho calor, mucha humedad. No es fácil para los jugadores, a estas alturas, jugar en estas condiciones. Aparte de eso, todo bien”.

Sin brillar y lejos de sus tiempos de dominio abrumador, el City dio un primer paso exitoso en el Mundial de Clubes, lo que no es poco luego de una temporada atiborrada de sinsabores. Campeones de la pasada competición, cuando todavía se jugaba con siete equipos frente a los 32 actuales, los ingleses van por más.

LA NACION

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