Marcos Rojo y un minuto fatal en Sarmiento - Boca: le atajaron un penal y salió con una lesión en una rodilla que preocupa

Marcos Rojo volvía de una lesión muscular en el sóleo de una pierna que lo había mantenido cuatro partidos afuera. La reaparición del defensor de Boca en Junín ante Sarmiento lo sumió en una tristeza profunda. Lo más preocupante fue a los 25 minutos del primer tiempo, cuando en un movimiento en retroceso en campo del rival cayó sin entrar en contacto con un adversario. Inmediatamente se llevó la mano a la rodilla derecha. Fue atendido y retirado en camilla. Se teme que sea una lesión grave en los ligamentos. Cuando se sentó en el banco de los suplentes, rompió en llanto, mientras era abrazado y consolado por sus compañeros. En su lugar ingresó Facundo Roncaglia.

Con un gol del juvenil Luca Langoni, la gran revelación en el último tramo de la Liga Profesional, Boca ganó 1-0 y puede consagrarse campeón sin depender de otros resultados si obtiene seis de los nueve puntos que le quedan por disputar.

El penal errado y la lesión de Rojo en Junín

Un minuto antes, el zaguero central había desperdiciado un penal, generado por una falta del arquero Sebastián Meza contra Luca Langoni. La ejecución de Rojo –uno de los encargados, con Darío Benedetto– fue despejado por Meza con las piernas. Un minuto más tarde, la lesión terminó de arruinar su tarde.

Tras el encuentro, otra vez no pudo contener las lágrimas en declaraciones a ESPN: “Siento tristeza, yo ya sufrí esta lesión. Todo indica que es el ligamento otra vez. Me hace acordar a la lesión que sufrí en Inglaterra en 2017. Para mí es el ligamento cruzado. Pese a todo, tengo la esperanza que el estudio de mañana diga otra cosa, hay que aguantar y creer en Dios. Si es lo peor, habrá que pensar en la recuperación para volver a las canchas lo más pronto posible, que es lo que más feliz me hace”.

En mayo de 2017, cuando estaba en Manchester United, Rojo fue operado de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Reapareció a fines de noviembre de ese año y en 2018 integró el seleccionado argentino en el Mundial de Rusia. Desde que se incorporó a Boca a principios de 2021, a Rojo le costó conseguir continuidad a causa de las lesiones. En diferentes afecciones hay que contabilizar tres desgarros. Según el cómputo del sitio Transfermarkt, desde que llegó a Boca hasta la actualidad, el zaguero se perdió 34 cotejos por diferentes motivos físicos.

Este era el undécimo encuentro de Rojo en las 24 fechas que disputó Boca en la Liga Profesional. Convirtió tres goles: el descuento en la derrota ante San Lorenzo, el penal de la victoria contra Talleres y el segundo en el 3-1 sobre Estudiantes.

Antes de comenzar el encuentro, Rojo fue uno de los jugadores que se acercó al alambrado perimetral para tratar de interceder en los incidentes que enfrentaba con golpes de puño y patadas a hinchas de Sarmiento con los “neutrales”, que en realidad eran simpatizantes de Boca. Al defensor se lo vio pidiendo calma, mientras se trataba de cerrar una puerta de rejas para separar a los grupos que se agredían, ante una escasa presencia policial.

Tras ser atendido en el vestuario, Rojo volvió al banco de los suplentes a los 16 minutos del segundo tiempo, caminando por sus propios medios, con una férula negra desde el muslo hasta la pantorrilla derecha. Como si se hubiese olvidado de la lesión, siguió el partido con intensidad: dio indicaciones, alentó, alertó de los minutos que quedaban y al final, renqueando, ingresó al campo a saludar a sus compañeros. “En esos momentos querés estar con ellos. Desde que me caí en la cancha hasta que me llevaron al banco estuvieron conmigo, apoyándome -se le quiebra la voz-. Me tocó apoyarlos desde afuera. Me pongo contento por el triunfo y todos los chicos, la mayoría está dando los primeros pasos en el fútbol y dejan la vida por el equipo, por los objetivos. Los chicos me dijeron que iban a ganar por mí. Me emociona mucha”, agregó.

Sin dudas, una tarde que abarcó un amplio abanico de emociones y sensaciones para el defensor de 32 años, que ahora esperará los estudios para tener un diagnóstico preciso de su lesión.

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