Michael Díaz: una carrera futbolística estrechamente vinculada con su padre Ramón

Michael Díaz, que sufrió un accidente frontal en la ruta 5 a la altura del kilómetro 252 y dejó el saldo fatal de dos personas muertas, tuvo una carrera futbolística más que modesta. Su trayectoria se ubica claramente en un plano inferior al que ocupan su padre, Ramón, y su hermano mayor, Emiliano. De 37 años, Michael nació en Avellino, donde el Pelado jugó durante tres temporadas, entre 1983 y 1986.

Ocupaba el puesto de marcador de punta y su paso fugaz por San Lorenzo, en 2007, coincidió con la asunción de Ramón en el Ciclón, donde también se incorporó Emiliano, que por entonces también era futbolista.

Con 18 años, Michael acompañó a su padre cuando a fines de 2004 tomó la dirección técnica de Oxford United, del ascenso inglés. Fue la primera experiencia del Pelado en el exterior como entrenador, tras sus dos primeros ciclos en River, entre 1995 y 2001. Solo cinco meses estuvo la familia Díaz en suelo británico.

De regreso, Michael se incorporó a San Telmo, donde disputó un puñado de encuentros. Mientras tanto, Ramón llevó a San Lorenzo a la obtención del Clausura 2007. Amparado en su prestigio y autoridad, el Pelado solicitó para el siguiente campeonato la contratación de sus dos hijos, con la aceptación de la dirigencia que presidía Rafael Savino. Emiliano había pasado por las inferiores de River, pero de Michael se sabía poco. “Es lateral derecho”, dijo su padre.

La presencia de los dos hijos de Ramón despertó resquemores en el plantel azulgrana. Eran vistos como dos “topos” al servicio del entrenador. “La gente habla porque no los conoce. Los hinchas tienen que estar tranquilos porque estoy convencido de lo que hago. No sólo con ellos dos, sino con todos los jugadores que traigo”, fue la defensa de Ramón para sus hijos.

El clima enrarecido se contaminó del todo con la eliminación del Ciclón en la Copa Libertadores, la pelea de Agustín Orión con Ramón y la defensa de Emiliano en nombre de su familia.

Savino decidió no renovarle los contratos a Emiliano y Michael, y con ellos se fue Ramón, que al poco tiempo asumió en América. A México lo acompañó Michael para sumarse al club Indios de Chihuahua. “Vengo a hacer lo mejor posible. Marco bastante bien y tengo buena llegada. Si me quedo, haré las cosas lo mejor posible”, se presentó Michael.

Tras un año en México, se unió a Emiliano en la búsqueda de un club en Italia. Se probó en Benevento, pero no quedó. En 2009 regresó a la Argentina para jugar en Defensores de Belgrano, donde había pasado por las inferiores. Sus últimas dos escalas que se conocen son en Ferro Carril Oeste de Trenque Lauquén y Deportivo Urdinarrain.