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Ahí se le escapó a este Quilmes que no deja de sorprender. Se le fue de las manos una buena posibilidad de mantenerse cerca de Boca, de la punta. Perdió por segunda vez consecutiva y la buena campaña que realiza en primera sufre un ligero bajón. Nada grave, por cierto. Se topó, en esta ocasión, con un adversario inteligente, con dotes de ajedrecista, que lo tomó por descuido y le cantó jaque mate . Así fue como Vélez le arrebató los tres puntos al Cervecero y lo dejó con el ánimo golpeado.
Sí, fue un golpe para Quilmes esta derrota por 1 a 0. En principio, porque fue el que más propuso; al menos ésa es la imagen que transmitieron los dos equipos. Pero si fue así, se debió en buena parte a que Vélez quiso que el partido se desarrollara de esa forma. Le cedió la iniciativa, el campo y la pelota a su rival. Lo esperó, lo dejó jugar, pero lo cortó en su campo y lo asfixió en zonas clave.
Le impidió armar un juego sólido y mostró notable firmeza en los tres hombres del fondo. Cubero, Pellegrino y Uglessich tuvieron una buena actuación y se encargaron de abortar cualquier intento serio de Quilmes. Lo obligaron a buscar con centros sin convicción, con envíos sin destino.
Y entonces, a pesar de que el equipo local manejaba el partido, se hacía evidente que Vélez era el conjunto que se mostraba más cerca de gol. No porque haya abundado en situaciones de riesgo ante el arco de Pontiroli, pero se advertía que de un momento a otro, por esa actitud agazapada, iba a poder golpear.
Es cierto, sólo tuvo dos posibilidades en el partido. Una, en el primer tiempo, tras un centro de Bardaro que Zárate cabeceó y contuvo Pontiroli. Otra, con un pelotazo de Jonás Gutiérrez, que se fue muy cerca del palo derecho.
Le bastaba a Vélez ese poco. Porque los volantes no aportaban movilidad y todo se diluía en tres cuartos de cancha.
Pero hubo un par de cambios decisivos en el partido. Los juveniles Pablo Batalla y Juan Martínez le dieron velocidad al ataque del Fortín. Y ambos aprovecharon un quedo de Quilmes para sacar ventaja. Esa pequeña dosis extra le permitió llevarse el triunfo. Porque a los 34 minutos del segundo tiempo, el equipo de Carlos Ischia llegó al gol. Pelota parada, centro desde la derecha, cabeceó Martínez y, por el segundo palo, entró de arremetida Fabián Cubero para anotar el tanto de la victoria.
No tuvo reacción Quilmes. Se desesperó, entró en un nerviosismo excesivo y acentuó sus errores anteriores, hizo más estériles aquellos centros ya infructuosos. Las modificaciones no le dieron resultado a Gustavo Alfaro. Siguió por el rumbo de buscar por arriba, la única que encontró en todo el partido. Sin la inteligencia para encontrar el camino de las jugadas colectivas.
No le dio resultado. Se encontró, sí, con un adversario más inteligente, de ajedrez, de esos que se aprovechan de los malos movimientos del rival. Y entonces, Quilmes se desinfló. Perdió el brío que tenía en fechas anteriores. Será cuestión de recuperar aquel ímpetu.
Fabián Cubero, el capitán de Vélez y autor del gol del éxito ante Quilmes por 1 a 0, se mostró muy conforme con la actuación del equipo. "Fue un partido muy parejo y muy duro. La verdad es que acertamos en el momento justo y con una pelota parada. Son tres puntos muy importantes y en una cancha tan difícil como la de Quilmes", dijo el defensor. El DT del equipo del Sur, Gustavo Alfaro, se mostró fastidioso por la forma en la que le convirtieron a su equipo. "Las pelotas paradas es algo que trabajamos mucho y no entiendo cómo pudimos estar desatentos. Los jugadores tienen que entender que deben ser 11 soldados que tienen que pelear cada pelota a muerte. Sólo de esa forma tenemos posibilidades", señaló el técnico.
Quilmes no perdía en el estadio Centenario desde el 17 de marzo último, cuando por el torneo de la primera B Nacional cayó ante San Martín, de San Juan, por 3-0.
Los plateístas de Quilmes reaccionaron muy mal con Gastón Sessa, en el gol de Vélez. El arquero, que estaba en una cabina, gritó el tanto sin mala intención y lo insultaron.
Fue la primera vez que Vélez y Quilmes se enfrentan en el Centenario, y el triunfo fue para el visitante. La última vez habían jugado en la vieja cancha de Guido y Sarmiento.



