River: las señales de un balance positivo en una pretemporada donde el hincha se ilusionó por varios factores

Noche de sábado con emociones en Núñez. En el último amistoso de pretemporada de River se dio un empate 0-0 ante Vélez que, a pesar de no tener goles, tuvo buen fútbol, dinámica y profundidad en 90 minutos entretenidos e interesantes. Pero en las tribunas se volvió un clima muy esperado y especial: se produjo el regreso de Juan Fernando Quintero con la camiseta millonaria y el público se reencontró con Lucas Pratto después de casi dos años. Los héroes de Madrid, de vuelta en casa.

Ya en la previa del encuentro se dieron tres escenas especiales con esperadas ovaciones. Curiosamente, la primera llegó cuando la voz del estadio anunció a los once titulares del visitante: con la camiseta número 12, Pratto regresó a Núñez después de casi dos años y recibió el cariño del público. Su última vez había sido el 29 de febrero de 2020 en el 1-1 con Defensa y Justicia por la Superliga y, desde su partida a Países Bajos a fines de aquel año, no había podido reencontrarse con la hinchada. “Olé, olé, olé, olé, Oso, Oso…”, fue el grito de las cuatro tribunas para saludar a uno de los ídolos del ciclo de Marcelo Gallardo.

Al entrar los equipos al campo de juego, la secuencia se repitió: Pratto agradeció y saludó al DT y a todos los integrantes del banco de suplentes millonario. “Gracias, Oso”, se leyó en la pantalla de la Sivori Alta. Previamente, cuando la voz del estadio presentó a los suplentes de River, el Monumental se fundió en un ensordecedor aplauso para recibir nuevamente a Juan Fernando Quintero, el glorioso número 10 de Madrid que volvió de China y, como Pratto, nunca se había podido despedir de su gente. Acto seguido, apareció la figura de Gallardo en la pantalla del estadio y el público explotó con el clásico “Muñeco, Muñeco”. Una noche de sensaciones múltiples en Núñez con un encuentro muy intenso en el campo.

En un primer tiempo con llegadas en ambos arcos, los mejores chispazos de River llegaron con los refuerzos: Elías Gómez tuvo una auspiciosa presentación en el lateral izquierdo con desborde, personalidad y mucho sacrificio, al punto tal que fue el punto más alto del equipo. Mientras que Tomás Pochettino volvió a demostrar por qué Gallardo lo eligió para reforzar el mediocampo. El volante mostró visión de juego, un pase incisivo y un interesante despliegue para ser la carta más peligrosa del equipo. Tan es así que, de sus pies, salió el remate que más cerca estuvo de doblegar el arco de Lucas Hoyos en el primer tiempo.

Lo mejor del partido

A los 17 minutos de la segunda mitad, con un River que comenzó dormido y por un corto tramo del juego fue dominado por un buen planteo de Vélez, Gallardo dispuso tres cambios y uno se llevó todos los flashes: Quintero irrumpió en el campo de juego en lugar de Santiago Simón y volvió a ser ovacionado por el público. Al mismo tiempo, también hizo su presentación Esequiel Barco al ingresar por Pochettino e ingresó Nicolás De La Cruz por José Paradela. En el esquema 4-1-4-1, Barco se ubicó por izquierda y Juanfer por la derecha. Los dos por afuera para irrumpir hacia adentro con su pierna hábil, apoyados en De La Cruz y Enzo Fernández como interiores.

Ambos refuerzos demostraron parte de su talento con pisadas, amagues, encares y pases más que interesantes. Demostraron que tienen esa cuota de ingenio, desequilibrio y engaño para hacer levantar a los hinchas de la tribuna. Con sus ingresos, River renovó las energías del eje del campo y volvió a adueñarse del partido, pero no pudo concretar las situaciones que generó y le faltó más precisión en tres cuartos del campo para poder llevarse el triunfo. Así, no pudo romper el 0-0, el arquero Hoyos fue la figura y la Copa Juan Gilberto Funes quedó en manos de Vélez por ser visitante.

Terminó la pretemporada para el Millonario con buenas sensaciones y una continuidad del nivel futbolístico en alza que había mostrado en el último tramo del 2021: un equipo intenso, con movilidad, voracidad ofensiva, una característica presión alta para recuperar la pelota lo antes posible y pierna fuerte para marcar. Así, con su estilo, corre los riesgos habituales de jugar con su defensa tan adelantada: necesita máxima concentración para no sufrir cuando el rival encuentra los espacios con la línea de fondo abierta. Más allá de que estuvo lejos de sufrir o de estar cerca de la derrota, eso ocurrió anoche. En la segunda mitad, Vélez, que en todo momento estuvo ordenado y bien plantado el Monumental, tuvo buenas conexiones y logró lastimar entre los centrales millonarios. Así, hizo accionar a Franco Armani, quien salvó en dos oportunidades su arco en la segunda parte.

De esta manera, River únicamente perdió 2-1 en el primer amistoso informal contra Independiente y luego le ganó 4-1 a Atlanta, 3-0 a Platense y 4-1 a Tristán Suárez para cerrar anoche ante Vélez la preparación con una igualdad sin goles. El próximo sábado llegará la hora de la verdad: el debut en la Copa de la Liga Profesional contra Unión en Santa Fe. Por fuera de no haber podido lograr ayer el triunfo, las primeras sensaciones del año son positivas y el mercado de pases que realizó con siete refuerzos que prometen hacer crecer al equipo -ayer Andrés Herrera estuvo en el estadio viendo a su nuevo equipo- lo invita a soñar.

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