El Diablito Echeverri y su debut en River: una inesperada ovación recibió al nuevo talento millonario y el fútbol argentino

“Avísenle al chiquito”, parecía decir Martín Demichelis. Hizo un gesto inequívoco. Era la particular seña que hizo el DT de River, para indicarles a los futbolistas que estaban haciendo la entrada en calor que era “el momento” para el debut de Claudio Echeverri en el partido ante Instituto. Y nada menos que en el Monumental.

Iban 17 minutos del segundo tiempo. Al fin, se había hecho esperar demasiado... Claudio Echeverri, el Diablito, de 17 años, ingresó por Nacho Fernández con la camiseta 19. Enseguida, la gente de River explotó: recibió la ovación de su vida. El pibe, un crack del futuro, casi se emociona. Después, jugó, buscó, intentó. Pasó el tiempo del nerviosismo y recibió una durísima infracción de Juan Franco. El defensor fue amonestado. Fue una noche especial para el pibe, que se robó todas las miradas, más allá del triunfo de River sobre Instituto por 3 a 1 y la lesión muscular de Leandro González Pírez, que provoca una máxima preocupación a futuro.

El último grito fue un remate de Lucas Beltrán, pero la pelota rozó en un defensor, pasó frente al pibe, se desvió... y festejó a lo grande. Claro que sí: más allá de que la imagen es confusa, el gol fue gritado por todos y celebrado por la nueva joya. ¿O fue en contra? Fue de Beltrán, pero en realidad, era lo de menos.

Pero, ¿quién es el proyecto de crack de nuestro fútbol?

De las canchas de tierra de los torneos en Resistencia, Chaco, con el Club Deportivo Luján, al perfecto césped del Venice Champions Trophy en Venecia, Italia. La explosión de Claudio Echeverri pudo tranquilamente ser un guión de película hollywoodense. En 2017 pasó de jugar con sus amigos en su suelo natal a ser fichado por River tras una prueba en la que deslumbró a los ojeadores. Y la primera vez que se subió a un avión para salir del país, con tan solo 11 años, fue para hacerle cuatro goles a Juventus en un 6-1 que se volvió viral y acaparó la atención del fútbol argentino.

Con la camiseta número 8 en la espalda y una remera negra que le bailaba por su pequeña contextura física, el nombre del Diablito se instaló tras ese torneo infantil de siete jugadores y la ola no paró de crecer. Hasta llegar al ansiado 2023: tras un buen arranque en reserva y su gran tarea con la selección en el Sudamericano Sub 17, el técnico Martín Demichelis decidió subirlo a primera la semana pasada. Su sueño estaba cada vez más cerca de cumplirse.

Enganche, mediapunta o delantero, hace seis años que el apellido Echeverri retumba en medios y redes sociales. Su nombre es replicado una y otra vez en las tribunas del estadio Monumental por los hinchas. Las cámaras de televisión iban a hacerle un seguimiento exclusivo en inferiores. Los técnicos le ponían marca personal hasta en fútbol infantil y los rivales se dedicaban a frenarlo con patadas.

En Instagram tiene casi 400 mil seguidores sin haber debutado en primera. Y sus goles con la camiseta de River y de la selección argentina son furor en redes sociales. A comienzos de 2023 firmó su primer contrato profesional hasta diciembre de 2025 con una cláusula de rescisión de 25 millones de euros y la expectativa por su debut oficial es altísima, pero Claudio desde muy chico convive con la exposición y la presión que tuvo su figura desde aquel campeonato en Italia. Y todas las personas que lo rodean lo definen como un joven humilde, leal y centrado que nunca se dejó llevar por todo lo que se dice sobre él.

“Tapé la visión del arquero, pero no la toqué”, reconoció luego del partido Echeverri con respecto al gol del 3-1 de Lucas Beltrán para cerrar la noche. Y en declaraciones a TNT Sports también se refirió a las horas previas al posible debut: “Viví las horas previas con mi familia, por suerte pudieron venir a la cancha. Estoy muy feliz”. Y sobre cómo lo cuidó Enzo Pérez ante cada patada o infracción del equipo rival, sostuvo: “Fue un gran debut, tengo unos compañeros muy buenos, que me ayudaron para entrar en confianza con pases cortos y luego sí soltarme y hacer un buen partido”.

El 3-1 de Beltrán: ¿la tocó Echeverri?

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