Afuera de la Libertadores y sin copas internacionales hasta el 2021: cuáles serán los desafíos de San Lorenzo
Un cimbronazo que tendrá sus secuelas. La eliminación de San Lorenzo en la Copa Libertadores asoma como un traspié difícil de digerir. Primero, porque el Ciclón tuvo a tiro la serie de octavos de final contra Cerro Porteño y la dejó escapar, más por errores propios que por mérito del rival. Después, porque la institución de Boedo deberá reconstruirse y mantener un fuerte nivel competitivo en el único torneo que le queda hasta fin de año: la Superliga. Sin torneos internacionales a la vista hasta el 2021 y con un plantel muy extenso, la empresa invita a la reingeniería a cargo de Juan Antonio Pizzi y la dirigencia azulgrana.
"La primera sensación es de tristeza y de desilusión porque estábamos confiados", dijo Pizzi apenas su equipo quedó eliminado en Paraguay. A San Lorenzo, que se había ilusionado a lo grande, se le presentó una gran oportunidad y la dejó escapar. Con la ventaja a favor y con River en la mira, no supo canalizar el envión anímico que significó el gol de Adam Bareiro y falló en el momento menos indicado. Se desdibujó, pagó caros sus errores y de la fiesta pasó al desencanto en un puñado de minutos. Una pena, porque el club había renovado sus esperanzas. "Realmente teníamos una gran ilusión. Hicimos un primer tiempo muy bueno, dominamos al rival y tuvimos situaciones de gol muy concretas. No tuvimos inconvenientes defensivos y jugamos muy concentrados. Ya en el segundo tiempo Cerro se adelantó en la cancha. Nosotros íbamos a necesitar la posesión del balón y no lo pudimos conseguir en los primeros minutos. Entonces encontraron el primer gol y eso los motivó", analizó Pizzi.
El duro trabajo que tendrá Pizzi
El DT santafesino, con apenas tres partidos oficiales desde su regreso, tendrá trabajo en varios frentes. Es verdad que el dolor de la derrota en Paraguay va en aumento porque el Ciclón se muestra como un equipo con saludables intenciones, que ataca con buenas asociaciones y proyecciones por las bandas. Poco a poco, con piezas ajustadas, con las líneas bien coordinadas. Como también es cierto que le ofrece oportunidades al rival, por lo general, en forma de descompensaciones defensivas. Al cabo, se trata de los primeros compromisos de la temporada y al equipo le falta rodaje. Pero el golpazo al ánimo que recibió en Brasil será difícil de olvidar. "Tuvimos varias distracciones durante 15 minutos y nos costaron el partido", admitió Fabricio Coloccini. "Es doloroso porque se nos escapó una victoria que habíamos planteado muy bien desde el primer tiempo. Sabemos que, en esta instancia, si cometés algún error te cuesta la clasificación. No es culpa de nadie. Ya está", puntualizó Bareiro.
Otro de los pormenores que le surgirá a Pizzi será el de administrar a un plantel muy amplio que incluye a las últimas 10 incorporaciones. Nada menos. Esta semana se sumó Juan Ramírez, de 26 años, proveniente de Talleres (firmó contrato por cuatro temporadas). Y aguardan en breve a los hermanos paraguayos Oscar y Ángel Romero, apuntados en un primer momento como las incorporaciones de jerarquía de cara a los hipotéticos cuartos de final de la Libertadores. Y si bien el entrenador busca variantes en todos los sectores, ahora San Lorenzo tiene otro dolor de cabeza, sumado al desembolso que deberá realizar por cada uno de los contratos. "Los jugadores y nosotros somos conscientes del plantel que tenemos y del equilibrio que hay que tener a la hora de elegir. Para cualquier director técnico, trabajar con un número amplio de jugadores es dificultoso y no es beneficioso para los futbolistas", asumió Pizzi.
Dentro de este contexto -el Ciclón ni siquiera está en carrera en la Copa Argentina-, varios futbolistas deberán buscar nuevos horizontes para sumar minutos de juego. El caso más relevante es el de Nicolás Blandi, que no es tenido en cuenta por Pizzi. En las últimas horas el delantero estuvo muy cerca de pasar a Botafogo, pero ayer la entidad brasileña no llegó a inscribirlo antes de que cerraran el mercado de pases en su país.
Por otro lado, Marcos Senesi, Nicolás Reniero y Adolfo Gaich son algunos de los apuntados para ser vendidos. Por ellos ya hubo sondeos de varias instituciones: Fiorentina iría a la carga por el marcador central, mientras que Feyenoord lo haría por el atacante que se encuentra en Lima disputando los Juegos Panamericanos. Y también habrá que ver el panorama con otros futbolistas que quedaron relegados en la consideración del entrenador como es el caso de Rubén Botta.
A futuro, el recorrido en el ámbito internacional tampoco asoma sencillo para San Lorenzo. De hecho, no tendrá participación fuera del país al menos hasta 2021 porque no clasificó a la Libertadores 2020 y tampoco a la Sudamericana. Con el perjuicio económico que eso implica, se vendrán las correcciones y ajustes. Y deberán mirar hacia adelante para encontrar soluciones.
Así, el desafío para San Lorenzo pasa por reacomodar varias piezas, tragar la impotencia y mantener la competitividad. La Superliga será el objetivo y no deberá descuidarla, porque el promedio tampoco le sonríe. Para el Ciclón los objetivos quedaron reducidos al fútbol doméstico.
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