"Soy un revolucionario en el fútbol uruguayo"
Juan Ramón Carrasco debutará pasado mañana ante la Argentina; quiere cambiar la imagen de la selección charrúa y recuperar su prestigio con un juego ofensivo. "Seré el Maradona de los técnicos", asegura
El fútbol argentino conoció a Juan Ramón Carrasco a principios de 1979, cuando el presidente Rafael Aragón Cabrera lo contrató para River, en 500.000 dólares pagados a Nacional, porque al equipo, que venía de perder la final del Nacional 78 ante Independiente, le faltaban "fuerza y ganas". El recuerdo lo evoca como un volante de gran pegada, movimientos lentos y fuerte personalidad. Obtuvo tres títulos locales en Núñez y luego pasó por Racing.
A los 46 años, su carrera como director técnico tuvo un rápido ascenso. En Uruguay dirigió a Rocha (hizo la doble función de entrenador y jugador) y a Fénix, equipo chico con el que se ganó la consideración general al conquistar la liguilla y clasificarlo por primera vez para la Copa Libertadores, en la que fue eliminado en la primera etapa. Desde hace menos de un mes es el conductor del seleccionado charrúa, con el que debutará pasado mañana, ante la Argentina, en el Estadio Unico de La Plata.
"La Argentina no es el rival ideal para este momento. Lo mejor es empezar de menos a más, pero era un compromiso ya asumido por los dirigentes", expresó Carrasco desde Montevideo, en una charla telefónica.
-¿Con qué expectativas encarás esta nueva responsabilidad?
-Es un sueño hecho realidad, estoy orgulloso. Que en mi corta carrera tenga un galardón de este tipo significa que voy por el buen camino. No me sorprendió la designación porque sabía que estaba entre los candidatos, con Hugo de León, pero él no tiene el título habilitante.
-¿No creés que la inexperiencia te puede jugar en contra?
-No, Maradona demostró que era un crack a los 18 años, no a los 26. No hay que tener un montón de años para demostrar que uno es capaz. Seré el Maradona de los técnicos.
-¿Qué clase de técnico sos en cuanto a la idea futbolística y el manejo de grupo?
-Me gusta el fútbol de ataque, de elaboración, con tres delanteros. Fénix fue el equipo más goleador del año, con 96 tantos, la mayoría de jugada. En cuanto al grupo, no me gusta improvisar. Tengo códigos que no son habituales en Uruguay; no me gusta que el jugador fume ni esté en la concentración con el teléfono celular. Son pautas que ayudan a la convivencia.
-¿Tenés algún técnico de referencia, que tomes como espejo?
-No, ninguno. Si nadie juega con tres delanteros como yo.
-El esquema de Bielsa tiene tres atacantes.
-¿Cuáles son?
-Si nos remitimos al Mundial, Ortega, Batistuta y el Kily González o Claudio López.
-Yo a Ortega lo veo que arranca de atrás y se tira hacia adentro..., no sé. Igual respeto a la Argentina.
-¿Es cierto que querés cambiar la imagen del seleccionado?
-Sí, hay que reconquistar el prestigio del fútbol uruguayo. Estamos estancados en eso de jugar lento, agarrados al rival, con demasiados roces. Hay que modificar radicalmente la cara en propuestas y logros. Hay que apostar a nuestro trabajo y no tanto a los errores del rival. Hay que llegar al gol más por jugada que por la vía de la pelota detenida.
-Encabezás una especie de revolución.
-Sí, soy un revolucionario en el fútbol uruguayo. Digo lo que siento y no me pongo el cassette. Así como en la Argentina se dio la confrontación Menotti-Bilardo, acá es De León o Carrasco.
-A propósito, antes de que te designaran en el seleccionado fuiste duro con Tabárez y Fernando Morena (dijo que lo único que había hecho era descender con Rampla Juniors). Sos una persona polémica, ¿no te trae problemas...?
(Interrumpe) -No, no, no. Discrepar no es hablar mal. Yo sólo dije que Tabárez ya había tenido su oportunidad. Soy espontáneo, toda la vida fuI así y acá ya me conocen. Respeto y me hablo con todos. No tengo problemas con nadie.
-Vos comentaste que Uruguay sólo tiene tres jugadores clase A: Recoba, Montero y Forlán. ¿Alcanza con eso?
-Está en mí potenciar al resto y equipararlo con el óptimo nivel.
-Para enfrentar a la Argentina designaste un plantel de jugadores que actúan en Uruguay. ¿Qué clase de equipo es?
-Es un equipo que apunta a mi ojo. Se va a adaptar a mi estilo. Acá no hay una identidad como en la Argentina y Brasil. Jugar al fútbol no se consigue de un día para el otro.
-¿Renegás de la mítica garra charrúa?
-Para mí, la garra charrúa es el buen juego, salir desde atrás con la pelota al piso, el cambio de ritmo, las jugadas inesperadas, tener una identidad. No voy a mandar a un jugador a pegar patadas. Eso es una farsa. Guapo es aquel que juega los 90 minutos, no el que pega y deja a su equipo con uno menos por expulsión. Estamos ciento por ciento abocados a cambiar la imagen del fútbol uruguayo.
-¿Tenés algún puesto tan disputado por dos jugadores de categoría, como vos y Alonso lo hicieron en River?
-Recoba y Ligüera son dos muy buenos futbolistas.
-Puede ser que una de las mayores emociones que viviste como técnico haya sido que un veterano hincha de Fénix te haya dicho "gracias Juan, por permitirme ver a Fénix jugar así", el día del 6 a 1 a Cruz Azul.
-Me lo dijo mucha gente de Fénix que volvió a ver un fútbol desplegado. Me llena de orgullo. Cuando los equipos grandes de Uruguay nos enfrentaban cambiaban la forma de jugar: sacaban un delantero para contrarrestar nuestro poder.
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