Juntos conforman la dupla principal de ESPN Golf y tomaron el gran legado de Paco Aleman y Silvia Bertolaccini, la histórica pareja anfitriona en la señal
La transmisión de una vuelta de golf puede durar diez horas. Y es allí, a lo largo de tanto tiempo al aire, donde los conductores de TV ponen a prueba sus conocimientos sobre el juego. A Matías Anselmo y Hernán Rey se los observa de traje, pero han tenido su etapa como golfistas y coaches en un extenso recorrido en la Argentina y el exterior, también representando en distintos roles a la AAG. Dejaron a un costado la bolsa de palos y debutaron como dupla principal de ESPN Golf en el Farmers Insurence Open, que se disputó en Torrey Pines en enero 2021. Ambos tomaron el gran legado de Paco Aleman y Silvia Bertolaccini, la pareja anfitriona durante muchas temporadas en aquella señal. Y ahora les toca a ellos acompañar a los televidentes en los más prestigiosos certámenes. Lo hacen con soltura y solvencia, pero también opinan con sus miradas personales sobre preguntas esenciales que surgen del golf.
-¿Qué estilo buscan darles a las transmisiones de ESPN? ¿En qué detalles se detienen y qué momento de algún torneo los emocionó más desde que están al aire?
REY: El estilo nuestro consiste en volcar mucho conocimiento, pero a la vez entendiendo que la televisión es un entretenimiento. A veces son seis horas seguidas de golf y también debe ser dinámico y entretenido. Nos preparamos mucho, con mucha información. Estamos los dos muy adentro del mundo del golf y eso es una ventaja a la hora de tener historias y novedades de este deporte. Somos dos personas muy apasionadas y lo bueno es que ambos podemos ir de anfitriones y analistas. Si bien yo tengo un perfil más de analista, cuando empezamos a hablar de golf, Mati posee un conocimiento enorme, entonces no hay nada mejor que tener un “host” que sabe de este deporte. Los tiempos son muy importantes y eso lo manejamos muy bien; ya desde el Día 1 supimos complementarnos. Nos sentimos muy cómodos y aparte existe una amistad muy grande; todo eso suma y marca una diferencia. La buena onda también se transmite a través de la pantalla.
ANSELMO: La idea que buscamos con el equipo de ESPN Golf es brindar todo nuestro conocimiento, experiencia y pasión teniendo presente que una buena cobertura debe asegurar de entretener y acompañar al televidente. Con Hernán nos combinamos desde la capacidad para invertir los roles y la química que genera la amistad de tantos años. El detalle está en entender los distintos momentos de una transmisión. Hay espacio para historias, anécdotas y estadísticas. También hay tiempos donde solo se acompaña a la imagen. Destaco la victoria histórica de Phil Mickelson en Kiawah como el momento más emocionante. Sentí que estaba de los dos lados de la pantalla. Aparte fue una explosión de rating, tanto en la televisión como en redes sociales… un PGA Championship inolvidable.
REY: A mí también me gustó ese triunfo de Mickelson y el de Dustin Johnson en el Masters 2020, más allá de que es un jugador que no transmite emociones. Pero por sobre todo, la victoria de Mateo Fernández de Oliveira en el LAAC de Puerto Rico este año, porque me costó separar la condición de ser su coach a la de analista. Me conmovió porque sé de todo el que trabajo que hubo detrás, de las historias y el tiempo que pasamos juntos. Así que comentar el triunfo de un alumno propio realmente me emocionó. Tuve que tomarme una pausa y respirar profundo cuando empecé a hablar con él al aire.
-¿Qué grado de popularidad creen que tiene el golf en la Argentina, sabiendo la numerosa oferta de deportes y con el fútbol como el gran acaparador de la atención?
REY: Obviamente que Argentina es un país de fútbol y ningún otro deporte se va a comparar. Todos los otros terminan siendo nichos chiquititos, pero el golf viene creciendo. Por lo menos a nivel latinoamericano, somos el país con la historia más rica, ya que tenemos tres majors ganados. En forma compartida con el fútbol, el golf tuvo muchísimo éxito y eso ayuda a tratar de hacerlo seguir creciendo.
ANSELMO: El golf no es un deporte popular en Argentina, pero viene ganando espacio en los últimos tiempos. A diferencia de otros países de Latinoamérica, nuestro país cuenta con muchos campos de golf para sostener una eventual explosión de golfistas. Ojalá siga ganando lugar en la televisión y los medios de difusión. Además, el hecho de volver a ser deporte olímpico presenta una nueva oportunidad. La popularidad del fútbol es inalcanzable, pero muchos futbolistas se están volviendo golfistas fanáticos. Veo en ellos una buena chance para promover un deporte que te deja jugarlo toda la vida y te forja los valores correctos. Uno de los pocos donde sos tu propio árbitro.
-Tiger Woods vuelve a estar convaleciente. ¿Cómo creen que será su futuro deportivo en los próximos años?
REY: Y… lo de Tiger duele. Con el corazón, uno quisiera que vuelva a jugar, que esté bien físicamente, porque lo que da más bronca es que está bien desde lo golfístico y de la cabeza, sabemos que tiene una mentalidad especial. El problema es físico. Y no es que Woods tiene 60 años; ni siquiera llegó a cumplir 50. Tiene mi edad y casi que no puede caminar. Encima, genéticamente tendría que contar con ventajas en comparación con los demás, pero es triste ver que no puede competir a su edad por el físico. Como coach, uno se rodea constantemente de biomecánicos, preparadores físicos y, con sus limitaciones al no poder flexionar el pie correctamente, ese tobillo va cargando sobre la pierna y luego sobre las caderas. Entonces, cada vuelta que va pasando se le vuelve peor.
ANSELMO: El futuro deportivo de Tiger parece muy complicado a sus 47 años. Sobre todo por su decisión de no hacer uso de la “cláusula de discapacidad” que existe en el PGA Tour desde que su compañero de universidad, Casey Martin, ganase su caso en la Corte Suprema de Estados Unidos. Desde 2001, cualquier jugador con una discapacidad legítima (las lesiones y operaciones de Tiger califican) puede usar un carro en competición. Sin embargo, Tiger ha sido enfático en que jamás haría uso de la opción e incluso votó en contra de su amigo cuando el tema se trató internamente en el PGA Tour.
REY: Si hablo con la razón, no veo a un Tiger compitiendo muchos años más, porque él no juega para pasar cortes, no va a los torneos a ver qué pasa. Woods no da lástima nunca, pero no jugará por quedar en el puesto 50 y a intentar superar un corte. Entonces, no veo un Tiger jugando en este nivel muchos años más. Fue alguien que jugó siempre para triunfar. Así que, como siempre digo al aire, disfrutemos de sus últimas funciones porque no sabemos cuándo colgará los palos. No me sorprendería que sea pronto, espero que no. Eso sí: prefiero ver hacer a Tiger un score de 78 que a cualquier otro 68.
ANSELMO: Con Tiger me queda una última reflexión, quizás ironías de la vida y el golf: nos pasamos años admirando a un atleta superdotado que lograba cosas únicas, y hoy la mayoría de los seres humanos podríamos hacer por él lo único que necesita para seguir siendo competitivo: caminar 72 hoyos sin dolor. Con mucho respeto por Jack Nicklaus, disfrutemos lo que queda del mejor de la historia.
-¿Podrá Rory McIlroy ganar alguna vez el Masters y conseguir su Grand Slam?
ANSELMO: Es una batalla mental y una mochila cada vez más pesada para Rory en Augusta National. Parecía que iba a ganar su primer major allí en 2011 y ahora hace 9 años que es el único que le falta para acompañar a Nicklaus, Woods, Hogan, Sarazen y Player como ganadores del Gran Slam. Si elegimos mirar el vaso medio lleno, hay pocos campos que se adapten mejor a las características de juego de Rory y tiene siete top 10 en la última década, pero el Masters empieza el domingo a la tarde, en el tee del 10. En ese momento, las estadísticas y las probabilidades quedan obsoletas, y McIlroy es más consciente cada año de lo que está en juego.
REY: Ojalá que sí, tengo una gran admiración por Rory Mcllroy por la persona, más allá del jugador. Y me parece que sería lindo verlo cerrar el Grand Slam, un ciclo de su carrera. Tiene muchísimos años por delante para finalmente ganar el Masters. Cuenta con el juego para Augusta porque pega largo, alto y cuando se embala arriba del green es muy bueno. Hay una estadística que la gente no mira mucho, pero con el sand wedge es un fenómeno.
ANSELMO: Tendrá que batallar con sus propios fantasmas si quiere conquistar el lugar más religioso del mundo del golf. Algunos como Greg Norman nunca pudieron. A Rory lo veo con un saco verde. Si eso sucede, ese día saldrá de Magnolia Lane como parte importante de la historia de este deporte.
REY: Posee el juego ideal para jugar en Augusta National, pero en un deporte que es tan mental, a veces quererlo ganar tanto te puede llegar a jugar en contra. Si no, pregúntenle a Norman. Ojalá que termine ganando: es una cuestión de gozar de la semana a nivel mental y poder relajarse. Estuvo cerca el año pasado, quedó segundo viniendo desde atrás con un buen domingo. Pero atención: cuantos más años pasen, se le hará más pesado, va a ser la mochila.
-¿Phil Mickelson es un héroe o un villano?
REY: Con lo de “héroe o villano” nos estamos yendo muy a los extremos. Todos tenemos aciertos y errores: me parece que en lo golfístico, Mickelson ha sido un jugador totalmente distinto, divertido de ver. “Resolutivo” es la palabra que le pongo, porque pega para todos lados y aun así sigue viendo cómo hacer birdie, cómo lograr un par desde acá o allá... Es entretenido, con una gran relación con la gente. Fue emotivo su último triunfo siendo mayor de 50 años en el PGA Championship. Es una lástima que por algunos errores en sus decisiones o en palabras que eligió, haya manchado una carrera tan linda. Para mí es un héroe dentro de una cancha de golf; no lo calificaría de villano si ha cometido errores. Hoy lo está pagando con su popularidad, por llamarlo de alguna manera. Que comete horrores, no hay dudas, pero no lo considero un villano.
ANSELMO: La evaluación de Mickelson debe empezar desde lo golfístico. El zurdo marcó una generación junto a Woods y ganó seis majors en la “Era Tiger”. A su carrera solo le faltó un US Open, donde tiene seis de sus once segundos puestos en campeonatos mayores. En mi opinión, su victoria histórica en Kiawah Island lo elevó a una discusión que lo deja apenas afuera de los 10 mejores jugadores de la historia. Tiene un juego corto como el de Seve Ballesteros y mucho del carisma de Arnold Palmer. Habiendo leído las últimas publicaciones sobre su figura, me inclino a pensar que su decisión de pasar a LIV Golf está más relacionada con situaciones personales complicadas y no son producto de tantas diferencias en contra del PGA Tour. No me sorprendería algún arrepentimiento en el futuro. Una lástima que su gran legado parece terminar con una mancha. Sigo pensando que tiene todo el paquete para ser uno de los mejores comentaristas televisivos. Definitivamente más héroe que villano en mi libro.
-¿Quién es hoy el mejor jugador del mundo, más allá de lo que indica el ranking?
ANSELMO: Los tres mejores del mundo se han separado del resto. Si hablamos estrictamente del 2023, lo saco a Rory McIlroy de la conversación a pesar de contar con el mejor currículum del trío. El debate debe empezar desde lo objetivo a los intangibles. Estadísticamente, Scheffler es el mejor de tee a green en el PGA Tour. Rahm es definitivamente el jugador más completo y el único en el top 10 con el putter. Impresionaron las palabras de Rory en la conferencia de prensa del Masters: “Si Scheffler fuese top 25 en la categoría SG Putting sería imbatible”, lo que fue una premonición para el pobre de Scheffler, que sumó 127 putts en la semana…
REY: Una de mis frases es que “el golf es un juego de momentos” y éste es el momento de Jon Rahm. Y entre los que están ahí arriba, también aparecen hoy Scottie Scheffler, Rory McIlroy, Patrick Cantlay y Xander Schauffele entre los mejores cinco del mundo. De acá al final de su carrera, Rahm es el que más majors va a ganar. Por ende, me parece que es el mejor jugador. De tee al green es el N° 1, el más consistente y buen jugador de putt. No tiene ninguna falencia, porque es bueno también alrededor del green. En cambio, a Scheffler se le apaga el putter. Creo que el español tiene esa mirada de querer conseguir cosas grandes, me lo imagino ganando bastantes más majors por su consistencia. Pero entiendo que estos son ciclos y que son momentos, ¿no? El golf es eso.
ANSELMO: Sí, en lo personal, me impresiona la determinación de Rahm, que declaró tener una “sana obsesión” con el golf y parece elevar su juego en momentos de presión como lo han hecho todos los grandes jugadores de la historia. Sinceramente, los últimos 9 hoyos en el Masters 2023 fueron una exhibición. Cuesta definir: si fuese una pelea de boxeo a 12 rounds, hoy le daría la victoria a Rahm por puntos.
-¿Cuál es el jugador con mejor swing y por qué?
REY: Hoy ya no es como antes, que el mejor swing lo tenía el más estético. Si hacés una votación, quizás todo el mundo te diría que Adam Scott es el de mejor swing porque es el más lindo o el más elegante de ver. También tiene mucho que ver con las características físicas, ¿no? Scott es elegante más allá del swing que hace. Pero hoy en día, esa discusión acerca del mejor swing se acabó cuando disponés de estadísticas y números. O sea: el mejor swing es el que más fairways agarra, el que más greens acierta y el que más cerca la deja del hoyo. Hoy, estadísticamente, el mejor swing es el de Rahm. Con los hierros, el mejor movimiento desde hace varias temporadas es el de Collin Morikawa. Y si mirás el swing del uno, el dos, el tres, el cuatro, el cinco del mundo, nada tiene que ver uno con el otro. Muestran ciertas similitudes, pero también existen ciertas diferencias.
ANSELMO: Para mí, Rory McIlroy, porque combina posiciones técnicas casi perfectas con una estética única. Su potencia desde el tee, sin ser físicamente imponente, es también un testamento de un swing eficiente. A los mejores del mundo es lindo verlos jugar y resolver. A Rory es de los pocos que se los disfruta viendo practicar. Tiger Woods le recomendó recientemente a Charlie, su hijo, que copie el swing de Rory en vez del suyo. Palabras mayores.
REY: Hoy se empezó a entender que lo importante es la funcionalidad o la eficiencia de un swing. Hay combinaciones que funcionan, o sea: mirá el grip de Rory con su cara de palo en el top del backswing. Poco tienen que ver entre sí, si se compara con los planos de manos de Rahm, de Dustin Johnson o Morikawa. Hoy ya no se da clase por estética, sino por eficiencia, y está bien que así sea. Los mejores swings del mundo, sin duda -y lo reflejan los números-, son los de Rahm y de Morikawa con los hierros.
-¿Se puede resolver la grieta entre el PGA Tour y LIV y lograr que todas las estrellas convivan de alguna manera, como fue siempre?
REY: La grieta es entre los tours. Estuve en el Masters y vi muchos jugadores de ambos circuitos que se han saludado. Creo que está bajando ese choque tan grande que hubo al principio. Lo que no me gustó es que esta saga del LIV Tour y el PGA Tour mostró la peor cara de muchos jugadores y eso no es bueno para el golf. En general, toda esta polémica o drama no le hace bien al juego. Sí, es verdad que quedaron algunas heridas entre jugadores, cuyas decisiones profesionales terminaron afectando sus relaciones personales.
ANSELMO: Hoy siento que la grieta es difícil de resolver. Cuando los problemas se judicializan, generalmente se agotan las instancias de diálogo. En ese punto creo que fallaron los jugadores importantes. Al final del día, como dijo Rory McIlroy, el PGA Tour les pertenece a sus miembros. Muchos imaginamos que un LIV Tour podría reemplazar a los World Golf Championships: fields reducidos, sin cortes clasificatorios, grandes bolsas de premios y cheques asegurados para los mejores del mundo.
REY: Yo estoy intrigado a ver hacia dónde va esto. No es novedad y no descubro nada si digo que el LIV es un tour que ha perdido muchísimo dinero, billones de dólares en su primer año, por lo que escuché. No sé cuánto pueden aguantarlo, porque es una realidad que el negocio no es negocio, por lo menos por ahora. No se está pensando a largo plazo y el público por ahora no se prendió ni ve el LIV Golf. Veremos qué pasará en un futuro, pero es un tour que trató de ofrecer algo nuevo y no le está funcionando, por lo menos en cuanto a atraer a los fans.
ANSELMO: Hay varias partes del calendario del PGA Tour donde una Super Liga se hubiese podido jugar de manera simultánea. Sigo creyendo que podrían coexistir. Entiendo los argumentos de ambas partes. También veo que, por ahora, el ego le ganó a la razón en muchos casos. Lo único que tengo claro es que los mejores del mundo separados no es lo ideal para el futuro del golf.
-¿Qué opinan del debate del juego lento?
ANSELMO: Me consta que la R&A y la USGA, entidades que regulan el golf, entienden la importancia de este tema para el desarrollo del golf. Una regla muy complicada desde la instrumentación en la actualidad. Lamentablemente, la regla favorece y protege al jugador lento, quien solo puede ser penalizado “si está en el reloj”. Esto ocurre cuando su grupo perdió posición con el grupo de adelante y recién ahí empieza a ser cronometrado. En esos momentos, el jugador lento cambia y acelera su rutina hasta volver a posicionarse y dejar de ser controlado. Para peor, el jugador más rápido termina siendo puesto en la misma situación y solidario del problema, porque al ser cronometrado en grupo, está obligado a jugar bajo stress.
REY: Las reglas están escritas: es raro en el golf porque normalmente somos muy precisos. Es un juego de honestidad, de caballeros, y en ese sentido, simplemente no se están cumpliendo las reglas y no se ha penalizado de la manera correcta. No se ha hecho un buen trabajo en ese seguimiento, de jugar bajo lo que las reglas dictan. Y ahí se creó un mal hábito entre los jugadores, como cuando se les da lugar a los futbolistas. Similar a cuando camiseteás dentro del área, en un córner. No se puede agarrar la camiseta, bárbaro. Pero si cada vez se van agarrando más, empieza a haber un gris que a la larga lo termina pagando el juego. Conclusión: habría que ser más estricto con las penalizaciones. Si no, que el reglamento cambie, pero no se ha hecho un buen trabajo en sancionar como el reglamento lo dice.
ANSELMO: Se hizo un experimento en Austria durante un torneo del DP World Tour en 2018. El cronómetro estaba prendido de manera permanente para los 120 jugadores del field. Solo se dieron cuatro penalidades y todos los grupos jugaron en menos de cuatro horas. Muchos coincidían que era el futuro del golf. El playoff entre Fitzpatrick y Spieth este año en Hilton Head fue otra muestra práctica de que se puede jugar gran golf a una buena velocidad. ¡A copiarlo!
-¿Por qué Emiliano Grillo ganó en su primer torneo como novato del PGA Tour, en 2015, y nunca más pudo hacerlo? ¿Qué le falta?
REY: Siempre ha sido un jugador superconsistente, pero lamentablemente le ha costado volver a ganar después de ese primer triunfo en Napa, California. Por las características de su juego es un jugador súper regular de tee a green, pero para ganar tenés que embocar. Y Emi, con el putter viene exhibiendo una relación de amor y odio, porque se mostró inconsistente por momentos. Creo que lo suyo es una mezcla de no embocar los putts importantes, y a veces necesitás esa cuota de suerte, ¿no?
ANSELMO: Emiliano comenzó su carrera en el PGA Tour como si fuese un jugador consagrado: victoria rápida y premio al novato del año. Una distinción que tiene una correlación importante con carreras exitosas (en la última década jugadores como Spieth, Schaufelle y Scheffler). Adaptarte rápido en el Tour habla de talento y personalidad. Estadísticamente, hace años que sabemos que el putter no es el palo más importante de la bolsa, pero es imposible ganar sin embocar por encima del promedio del field.
REY: Hay una parte del golf que no controlamos: cuando ganás, fallás el driver, te queda el hueco justo entre los árboles, pegás un hierro un poquito mal, te pica y queda cerca. Me parece que es un combo de esas cosas, de no haber hecho él su parte y también una partecita en la que tampoco se le dieron las cosas. Ojalá le llegue el triunfo pronto. Asimismo, creo que Emi ha cambiado: si mirás estadísticas, en sus primeros años fue una máquina de pasar cortes con pocas rondas bajas o de embalarse. Estas últimas temporadas ha sido más irregular en cuanto a fallar cortes, pero a la vez hemos visto que por momentos se le calentó el putter y consiguió seguidillas de birdies. Eso lo puede ayudar para ganar pronto. No importa cuántos cortes falles: lo que necesitás es una semana caliente y embalarte con el putter, porque ya sabemos que Emiliano, toda su vida, ha sido un excelente pegador de pelota. Quizás necesite un putter que se le caliente la semana correcta y termine ganando. Ya se lo merece.
ANSELMO: Así es, la consistencia de Emiliano en el PGA Tour tiene que ver con su gran “ball striking” y la falta de victorias se dio por no haber encontrado su secreto arriba del green. Por características de juego, veo en Emiliano un caso parecido al de Tony Finau, quien estuvo algo más de cinco años para conseguir su segunda victoria. Ojala pronto pueda despegar como lo hizo estas últimas temporadas Finau, ya seis veces campeón en el PGA Tour.
-¿Qué les despierta de inmediato el nombre de Angel Cabrera, con su vida de gloria y drama?
ANSELMO: Es difícil opinar de la situación actual de Cabrera y debemos dejar que la Justicia haga su trabajo. Mi valoración del Pato es estrictamente deportiva: tuve la suerte de compartir algunas vueltas de campeonato y algunos asados. Uno de mis recuerdos más lindos como jugador amateur son unas palabras de él en una premiación que compartimos durante un Abierto de la República. Conozco el costado de Ángel Cabrera que ha ayudado a tanta gente y colegas a través de los años. Golfísticamente, junto a Roberto De Vicenzo, es el mejor jugador argentino de todos los tiempos. Respetado por sus pares. Forma parte de una lista selecta de menos de 90 jugadores en la historia del golf que ganaron dos o más majors, y además es el único latino que tiene un saco verde. Fue duro no verlo en los últimos Masters.
REY: Cabrera fue un jugador espectacular que hacía fácil lo más difícil: saber cerrar los torneos. Jugaba bien en los momentos importantes. Y eso marca una diferencia enorme, sobre todo en los majors, que son tan complicados de ganar a nivel mental. Cuando estaba en su mejor versión, rendía a la altura de un top 5. Competía de igual a igual con Ernie Els, Vijay Singh, Tiger Woods, Phil Mickelson, los mejores del mundo. Y encima sin miedos, como quedó demostrado en el US Open y el Masters. Incluso cuando perdió el desempate en Augusta ante Scott en 2013. De Vicenzo era más consistente, mientras que el Pato se mostró más irregular, aunque tiene un major más. Aprendí de chiquito con Roberto, pero entonces el Maestro ya tenía una edad avanzada. En cambio, disfruté de toda la carrera de Cabrera y tuve la suerte de llevarle los palos. Un jugadorazo.
-¿Hacia dónde va el golf nacional, desde sus valores amateurs hasta los profesionales? ¿Detectan alguna promesa?
ANSELMO: El golf argentino está en buenas manos. Un buen grupo de jugadores jóvenes en el PGA Tour, con Emiliano Grillo a la cabeza, que tomaron la posta de los logros de Cabrera, Pigu Romero, Fabián Gómez, José Cóceres y tantos otros como Eduardo Romero en el Viejo Continente. Siento que hubo un cambio de paradigma. Lamentablemente se fue perdiendo la cultura del caddie que tantos logros le dio al golf nacional, y hoy empezamos a ver muchos amateurs que apuestan al sistema de golf universitario en los Estados Unidos. En lo personal, me hubiera gustado ver las dos realidades de manera paralela.
REY: El dato es que Argentina ganó dos de los últimos Latin America Amateur Championship (LAAC): Abel Gallegos en México y Mateo Fernández de Oliveira en Puerto Rico, dos chicos con muchísima proyección. Era la deuda que tenía nuestro país, más allá de que en ese certamen había metido más cantidad de top 10 que ninguna otra nación. Fue lindo que se nos hayan empezado a dar las victorias.
ANSELMO: En relación a las promesas destacó lo que viene haciendo Alejandro Tosti (graduado de la Universidad de Florida), el presente de Abel Gallegos (el miembro más joven del KFT) y por último el mejor amateur de nuestro país, Fernández de Oliveira, que jugó su primer Masters como ganador del LAAC. Un detalle más para el joven de San Isidro: firmó con Excel Management Group para empezar su carrera profesional en julio, una empresa que se vincula con Tiger Woods. Evidentemente, ellos también ven el talento y todo su potencial.
REY: En cuanto a nuestro al golf profesional argentino, tenemos en el segundo escalón a muchos chicos. Grillo ya está establecido y veremos si Tano Goya y Augusto Núñez pueden salvar la tarjeta en un primer año del PGA Tour que no es nada fácil. Pero también tenemos otro escalón en el Korn Ferry en donde varios vienen haciendo bien las cosas y no me sorprendería que pronto los tengamos en el PGA Tour: Martín Contini, Julián Etulain, Jorge Fernández Valdés, Alejandro Tosti, Alan Wagner, el propio Abel Gallegos y ahora se gradúan Segundo Oliva Pinto y Mateo, dos con muy buenas carreras. Además de Magdalena Simmermacher entre las mujeres. Sin tener un Cabrera, hay un montón de golfistas nuestros que ojalá estén en el máximo tour en un futuro.
Además de Rey y Anselmo, conforman el staff ESPN Golf John Sutcliffe (México), Gustavo Piovano, Nicolás Geyger (Chile), Marco Farías (Mexico), Nora Ventureira y Valeria Quesada
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