Rory McIlroy: ganador de la FedEx Cup y de una fortuna, y un millonario consuelo para un año sin Majors

Rory McIlroy fue protagonista de los cuatro majors este año. En dos tuvo la chance concreta de ganar, pero se le escaparon y no pudo cortar la racha de ocho años sin títulos grandes. Al final de la temporada, tuvo un consuelo mayor al ganar la bolsa de 18 millones de dólares que reparte el Tour Championship, certamen que corona al ganador de la temporada 2021/22 del PGA Tour.

El norirlandés se convirtió en el máximo ganador de la FedEx Cup al consagrarse por tercera vez, luego de una brillante actuación en la última vuelta, en la que se sobrepuso a una desventaja inicial de seis golpes ante Scottie Scheffler, que llegaba como número 1 del mundo y máximo favorito, y con una vuelta sensacional de 66 (-4) para llegar a -21, se impuso por uno sobre su perseguidor y el coreano Sungjae Im, que firmó una tarjeta idéntica.

Scheffler había comenzado el tradicional certamen final en East Lake con un handicap de -10, luego de ser el mejor de la temporada hasta allí, en parte gracias a la consagración en el Masters, cuando frustró a McIlroy, que terminó segundo. El norirlandés también había sido top 10 en el US Open (8º) y en el PGA Championship (5º), y sufrió la mayor desazón al ser 3º en el 150º Open Championship en St. Andrews, luego de iniciar la última vuelta en la punta. Su cuenta de cuatro majors se quedó quieta luego del PGA Championship 2014 en Valhalla.

La conquista de este tercer Tour Championship está lejos de ser un consuelo menor. No sólo por el astronómico cheque que embolsó, que se suma a los 8.654.000 dólares que ganó en premios y el bono de 1,7 millones por haber llegado sexto a los playoffs. También por el valor intangible que acarrea en la procura de McIlroy de tomar decididamente la posta que deja Tiger Woods. De hecho, con los éxitos de 2016 y 2019, superó a Tiger como el campeón de la temporada.

“Estuve cerca todo el año. Tuve un par de victorias, pero estaba esperando algo más. Quizás sea esto”, aceptó Rory.

Además, cobra especial preponderancia en un momento crucial para el PGA Tour, que ve cómo varios de sus principales jugadores parten al LIV Golf Tour de suntuosos capitales árabes. McIlroy, que preside el Consejo de Jugadores (PAC), es un enérgico defensor del circuito norteamericano. Y ahora que terminó la temporada, se esperan más anuncios de partidas que se sumen a nombres como Phil Mickelson, Dustin Johnson, Bryson DeChambeau o Bruce Koepka.

“Este título significa muchísimo”, aceptó Rory. “Creo en el golf, en el PGA Tour, en nuestros jugadores. Es el mejor lugar del mundo para jugar al golf, y yo jugué en todos lados. Estoy muy orgulloso, pero también debería estarlo el PGA Tour. Tuvimos momentos duros este año, pero los vamos a superar. Tener a los mejores del mundo definiendo un torneo tan grande como éste, fue un gran espectáculo. Espero que todos lo hayan disfrutado. Estoy orgulloso de pertenecer y representar a este Tour. Tiene a los mejores jugadores, los premios más importantes. Y la plata no está tan mal… Si trabajás duro, esto es lo que pasa.”

En una electrizante vuelta final, McIlroy supo sacar provecho de la debacle de Scheffler, el máximo ganador de la temporada con cuatro títulos. El campeón del Masters arrancó con seis golpes de ventaja, pero tres bogeys en los primeros seis hoyos se conjugaron con tres birdies seguidos de Rory del 5 al 7, y todo quedó rápidamente igualado. Luego Scheffler retomó el control y Rory perdió algo de ímpetu, y tras 14 hoyos el norteamericano lideraba por uno. En los últimos cuatro hoyos, McIlroy demostró su grandeza. Acertó un putt desde 9,5 metros para birdie en el 15 que despertó la mayor ovación de la tarde (pese a ser “visitante”), salvó un par gigante en el 16 luego de dos tiros malos y retomó la punta en soledad ante el bogey de su rival, y se recuperó en el 18 luego de un segundo tiro que dio contra la tribuna atrás del green y aseguró el primer puesto con el par.

“Lo mejor fue la resiliencia que demostré. Mentalmente me mantuve fuerte. Empecé la semana 6 golpes atrás, el viernes estaba a 10 golpes de la punta”, resumió. “Hoy pensé que si me podía meter a tres golpes después de los primeros nueve hoyos iba a haber partido. Pero todo pasó muy rápido. Cuando hice los tres birdies seguidos, pensé que tenía una buena chance. Fue un día increíble. Una combinación de haber jugado bien y Scottie no tanto. Tenía que sacar ventaja de eso y lo pude hacer. Ganarle al mejor jugador del mundo hoy tiene que significar algo”.

Para McIlroy, significa mucho más que 18 millones de dólares.

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