Juan Imhoff: “Estoy ansioso por volver a los Pumas y estoy haciendo lo mejor posible para generar una duda”
Vedado para el equipo de XV, tiene cierto desquite en el seven olímpico; "el amor por la camiseta es el mismo", dice
En el mejor momento de su carrera tomó una decisión que acarreaba réditos y perjuicios. Podía ganar más plata y seguir jugando en París, donde vive desde hace cinco años, pero se perdía la posibilidad de actuar en los Pumas. No pasó un año de su último partido en el seleccionado y la realidad ya parece darle la razón a Juan Imhoff. Figura central de Racing 92, fue finalista por la Copa Europea de Campeones (la Champions League del rugby) y conquistó el Top 14 de Francia. Ahora se encamina a hacer realidad un sueño que ni siquiera soñó: representar a la Argentina en los Juegos Olímpicos.
Por disposición de la UAR, desde este año los rugbiers que actúan en el Viejo Continente no pueden jugar en los Pumas. Esta prohibición, sin embargo, no rige para los demás seleccionados. Así, el wing rosarino pudo ser convocado para el plantel de seven y estará a las órdenes de Santiago Gómez Cora en busca de una medalla, en el regreso del rugby al olimpismo luego de 96 años.
Con la camiseta argentina apenas había actuado en un torneo de juego reducido (los World Games Taiwán 2009), pero demostró que le sobra talento cuando en gran parte de la final del Top 14 hizo de medio-scrum, así como en su única participación en el Circuito Mundial de Seven, en la etapa de Londres, de mayo. Aunque no sea lo mismo que integrar el seleccionado de 15, estar en Río de Janeiro representará para Imhoff una manera de volver a sentir lo que implica vestir la celeste y blanca.
“En Londres agradecí mucho la posibilidad de volver a ponerme esta camiseta y compartir un vestuario con los ‘locos del rugby’, como les digo a los argentinos por la alegría con la que lo viven. Me dio una energía muy, muy grande después de la decisión que tomé y de pasar momentos difíciles. Uno es feliz o no de acuerdo con las decisiones que toma. Hoy me toca disfrutar mucho este presente”, cuenta Imhoff de regreso en el país mientras se prepara con el resto del equipo para llegar de la mejor manera al 9 de agosto, el día del inicio del rugby en Río 2016.
—¿Cuánto extrañás la otra camiseta, la del 15?
—Hoy no la extraño porque acá estoy. Es la misma camiseta. El amor por la camiseta y los valores son los mismos. Obviamente, la de 15 sigue siendo mi sueño. Estoy ansioso por volver a vestir la de los Pumas y estoy haciendo lo mejor posible para generar una duda.
—¿Ésta fue tu mejor temporada?
—Realmente, sí. Tuve situaciones encontradas, como el cambio de puesto en la final, que la hicieron mucho más colorida. Además, ¿cuánto abarca la temporada? Fuimos a Sudáfrica y ganamos; en el Mundial tuvimos un altísimo nivel; jugué la final de Copa de Europa y después vino el título del Top 14. ¿Ahí termina la temporada o la estiramos hasta los Juegos Olímpicos? Todavía no la doy por cerrada. Soy un poco ambicioso.
—¿No estás sobrecargado de rugby?
—Me hizo muy bien volver a casa unos días. En un momento osé decir que desde hacía seis años no me tomaba un descanso y mis padres me dijeron: “¿Desde cuándo necesitás vacaciones de rugby, si vivís para eso?”. Amo el rugby. Lo único que hago es pensar en rugby, en cuándo voy a volver. Me escribí una frase para recordármelo: “Cuando pienso que no tengo tiempo de disfrutar todos los logros que me ha tocado vivir me doy cuenta que disfruto no tener tiempo”.
—¿Fue difícil la negociación para que Racing te cediera?
—La complicación siempre está... es el egoísmo por sobrevivir. Cada club quiere contar con la mayoría de los jugadores para poder elegir. Pero el presidente y los entrenadores me bancaron, sobre todo [el DT] Laurent Labit, que me dijo: “Esto es lo único que te falta en tu carrera. Vamos a buscar la forma de lograrlo”. Yo me quedé sorprendido, mirándolo. Y se logró.
—Vos hiciste tu parte marcando tries importantes...
—Más que los tries, mi tarea es más oscura, está en las sombras: el trabajo de todos los días en el club. Ellos saben que yo vivo para el rugby, soy feliz jugando al rugby, soy de los primeros en llegar a los entrenamientos y de los últimos en irme. Así lo vivo, y por eso me dejaron ir; saben lo que implica para mí representar a la Argentina.
—¿Y qué implica para vos estar en unos Juegos Olímpicos?
—Es lo más grande que puede tener un jugador en su carrera deportiva. Es el deporte en un evento. Es todo. La presión es muy grande. Yo digo que el mejor no es el que cuenta más medallas, sino el que se levanta más veces. Pero en una cita tan grande, lo que puede llegar a representar ganar una medalla es único.
—¿Hay algún deportista que quieras ver?
—Conozco a Giovani Lo Celso, de Rosario Central. Es un crack y sé que es una gran persona. Estoy dispuesto a verlo si se da. Con lo amante que soy del deporte, y teniendo ahí a los mejores de todo el mundo, me encantaría escucharlos a todos. Son experiencias únicas. Calculo que también vamos a tener la cabeza muy puesta en el torneo, que va a ser complicado. No soy cholulo, pero si ves a Usain Bolt, ¿cómo hacés para no pedirle una foto?
am/jt
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