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Los pases de chicos no tienen límites y suman preocupación
El caso más reciente es el del argentino Ariel Huguetti, de 14 años, por quien Barcelona ofrece US$ 813.000
Barrio Billinghurst, partido de San Martín. Las humildes casas se suceden unas a otras. En una de ellas sorprende una pintada en su pared carcomida: "El Diego y Ariel uno solo. Suerte, 10..."
En la casa hay un timbre con un cartelito: "No funciona". Entonces hay que golpear el portón rojo o hacer sonar con fuerza las palmas para anunciarse. Allí vive la familia Huguetti, que consta de siete integrantes: papá Adolfo, mamá Norma y los cinco hijos, cuatro mujeres y un varón, llamado Ariel, el personaje de esta historia, el personaje de la pintada. El otro, es una obvia referencia a Diego Armando Maradona, con quien comparan a este chico de 14 años...
Desde hace algunos años, el talento futbolístico del pibe trascendió las humildes fronteras del barrio. En su carrera pasó por Racing de Villa del Parque (fútbol 5), Ferro y Lanús. Ahora se entrena y juega en una filial de Boca en Billinghurst. "Cuando tenía 12 años un empresario que nunca voy a nombrar me ofreció 50.000 dólares para quedarse con el pase de Ariel -cuenta Adolfo-. Además, estuvo unos días en Brown de Arrecifes, pero se tenía que quedar solo en una pensión y ni mi mujer ni yo estábamos dispuestos a que se fuera tan chico."
Claro que todo resulta poco comparado con la última gran novedad: el poderoso Barcelona de España está interesado en contratar a Ariel. El diario Marca ya habló de cifras: 150 millones de pesetas, o sea, 813.000 dólares.
Ariel es quizás el eslabón más alto de una larga cadena de chicos que están en una situación similar a la suya. En el mercado local los pases de pibes de club a club son una constante. ¿Quién no recuerda aquella multitudinaria operación entre Argentinos y Boca, en 1996, que incluyó la venta de Riquelme? Claro que además de Juan Román, que por entonces tenía 20 años, estaban incluidos, entre otros, Fabricio Coloccini y Carlos Marinelli, quienes sólo tenían 14 años. El tema es de candente actualidad, con las peleas entre dirigentes del club de la Paternal (su semillero es uno de los mejores del país) y de River (ver página 4).
Pero el caso de Ariel Huguetti supera todo lo sucedido hasta ahora. Ayer mismo, en la Redacción de La Nación , se recibió un llamado del diario Tie Welt, de Berlín, pidiendo una ayuda: "Queremos saber quién es Huguetti...", preguntaron. Sí, en Alemania también están interesados en saber datos de Ariel, lo que marca a las claras que la concreción de este posible pase se convirtió en un tema de interés internacional.
Lo concreto es que Barcelona está a punto de adquirir los derechos federativos de Ariel. Joaquín Rife, responsable del fútbol base del Barcelona, ya estableció los contactos con papá Adolfo para hacerle llegar la propuesta. ¿Por qué buscan los jugadores tan chicos? Doble razón: primero, según trascendió de fuentes del club catalán, la idea es "ingresar al chico en nuestra disciplina para que tenga una buena formación no sólo futbolística, sino tambien personal". El otro motivo es menos idealista: Huguetti vale casi un millón de dólares, una cifra astronómica por un chico de 14 años. Pero si todo va como se espera, Ariel puede valer 20 veces más en sólo tres años.
Hoy mismo, Rife mantendría un contacto telefónico con la familia Huguetti y, si todo va bien, podría venir la semana próxima a Buenos Aires para cerrar el trato. En España han denominado a Ariel como el nuevo Maradona. La pintada de su casa y el pensamiento catalán, unidos a la distancia...
Ariel no tiene representante ni apoderado. Su familia buscó asesoramiento con los empresarios Settimio Aloisio y Marcos Franchi, aunque no existe contrato firmado con ninguno de ellos. La empresa Puma, a través de Aloisio, provee de ropa al chico, también sin ningún convenio.
El padre era colectivero, pero la empresa tuvo problemas económicos y él estuvo cesante un tiempo. Sin un un empleo fijo, se las arregló para mantener a su familia como vendedor de detergente.
"Ojalá Ariel tenga suerte y pueda ser jugador de fútbol. Pero ahora es un chico. Tal vez el año que viene se enamore de una chica y deje todo. No sé qué puede pasar...". Ante tamaña revolución en la familia, Adolfo Huguetti hace pocas declaraciones y prefiere hablar de Ariel como su hijo y no como un profesional. Mucho menos deja que quede expuesto.
Pese a su valor, pese a Barcelona, pese a todo lo que significa este momento para un pibe de 14 años, Ariel se mantiene como lo que es: un chico. Y le dice al fotógrafo antes de la toma: "¿Querés que haga jueguito cuando sacás?"
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