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La escalada de la violencia y el exceso en las protestas de los futbolistas provocó que desde la dirección de formación arbitral decidieran alentar a los árbitros a tomar sanciones disciplinarias más severas. Miguel Scime, el encargado de formar a los jueces, organizó un encuentro en el predio de Ezeiza que contó con la presencia de Luis Segura. El presidente de la AFA transmitió el apoyo institucional de la casa del fútbol a la tarea que llevan adelante los árbitros. "La presencia mía es para decirles que cuentan con el apoyo de la dirigencia de la AFA. Los vamos a respaldar en lo que tengan que hacer", señaló Segura. Y agregó: "Creo que a tres fechas de que termine el torneo es importante hacer esto. Yo estoy convencido de que el arbitraje es muy bueno".
A su turno, Scime hizo hincapié en dos cuestiones puntuales del juego: las sanciones al juego brusco grave y las protestas de los jugadores: el uso de gestos ofensivos, groseros y obscenos. Les recordó a los presentes que cuentan con la posibilidad de redactar informes en caso de que los jugadores declaren contra los árbitros, y que el Tribunal de Disciplina está habilitado para analizar esos documentos y tramitar sanciones, si caben. El ex árbitro acompañó su presentación con un video en el que se repasaron todas las protestas hacia los diferentes fallos arbitrales a lo largo del año.
Scime también les recordó a sus interlocutores (todos los árbitros internacionales y de primera división) que cuentan con el apoyo de las dos asociaciones gremiales (la Asociación Argentina de Árbitros, AAA, y el Sindicato de Árbitros Deportivos de la República Argentina, Sadra). Así, Scime buscó zanjar cualquier tipo de condicionamiento que los árbitros pudieran tener de cara al final del torneo.
Más que un tirón de orejas para la tarea que vienen realizando en el torneo de 30 equipos, la reunión en el predio Julio Humberto Grondona, de Ezeiza, sirvió para refrendar conceptos y, sobre todo, para reafirmar el criterio a la hora de sancionar tanto el juego brusco grave como las protestas airadas de los futbolistas. En los últimos meses se acrecentaron las situaciones en las que los jugadores reclaman ante los árbitros por determinados fallos. Los gestos ampulosos, rayanos con lo obsceno, son cada vez más comunes. La idea de Scime y Segura (Víctor Blanco, presidente del Colegio de Árbitros, no participó del cónclave porque está de viaje; en su lugar estuvo José Lemme, presidente de Defensa y Justicia) es que el nivel de conflictividad y reclamos durante un partido disminuya a partir de las sanciones y los potenciales castigos del Tribunal de Disciplina. Para eso, los árbitros tienen que informar.
En la AFA entienden, además, que los árbitros tienen que recibir el apoyo necesario para que nada ni nadie interfieran en las decisiones que tomen durante los próximos partidos. Son las últimas tres fechas de un torneo nuevo, inédito, con 30 equipos en la primera división. Nadie en el edificio de la calle Viamonte quiere que la polémica arbitral se adueñe de la definición del campeonato.

