Cómo se cuida el ajetreado cuerpo del Nº 1 a los 40 años
“La cabeza es lo que me hace estar bien todavía; si fuese por el físico, ya no estaría jugando”, reveló Cambiaso, que es profesional desde los 15 y sobrelleva lesiones y dolores de larga data
Andaba por el tercer año del colegio secundario cuando aceptó una invitación a Estados Unidos para jugar rentadamente al polo. Adolfo Cambiaso tenía 15 años y su vida tomaba el curso que anhelaba: vivir de lo que él disfrutaba mucho. Entonces inauguró una trayectoria profesional que ya alcanzó los 25 años y muchísima gloria, pero que a la vez repercute en su cuerpo.
Tirones repetidos en los aductores, dolor de ciático, lumbalgia, avería en la muñeca derecha, molestia en un acromio clavicular... En la carrera de uno de los dos mejores polistas de la historia se hacinan las lesiones, que en alguna temporada hasta lo llevaron a ausentarse, por opción propia, del Abierto de Tortugas. El mismo que ahora, a los 40, está protagonizando en un alto nivel y sin rastros visibles de dolencias. "Este año empecé mucho mejor que el pasado. Me he cuidado mucho, evité algunas prácticas...", contó el Nº 1 de La Dolfina a LA NACION, post triunfo sobre Alegría. "Me entreno todos los días con Paidu, el profe, que me acompaña a todos lados, me cuida, me lleva como puede. Todos los días hago algo: nado, camino, hago bici... Y siempre juego al polo, que me divierte", agregó.
No siempre Cambiaso fue prolijo en el cuidado de su cuerpo. Empezó a tratarlo hace "seis, siete años. O un poco más", cuando las facturas físicas se volvieron recurrentes. "Se ha hecho mucho más profesional este deporte, y para durar unos años más yo necesitaba esto. Sé que tengo la cabeza, pero si el físico no acompaña... No es el físico de cuando tenía 30, pero con Paidu voy llevándolo bastante bien", detalló. "Paidu" es Juan Carlos Menchón, un preparador que trabajó en fútbol y luego en tenis con Guillermo Pérez Roldán, Mariano Zabaleta y Juan Mónaco.
Además de la edad, Adolfito arrastra el rigor del cuarto de siglo arriba del caballo, llegando la mayoría de las veces a las finales, tanto en Estados Unidos e Inglaterra como en España y la Argentina. "No tengo el físico de los 30 por la cantidad de polo que tengo encima. No paro ni una temporada desde hace 25 años. Vengo de España, donde en 30 días jugué 16 o 15 partidos, más las prácticas. Es un traqueteo muy fuerte. Y llegué acá y sigo jugando", comentó quien dedica unas dos horas diarias a su estado, independientemente del polo y de en qué país esté.
En cada una de esas naciones lo acompaña el famoso Paidu, que para Cambiaso es al mismo tiempo como un psicólogo. "Pegamos onda y hay un respeto recíproco. Conversamos, nos apoyamos mutuamente", apuntó el preparador físico, que trabaja con Cambiaso desde 2011 y a quien el fenómeno no ve en muy pocos días por año. "Es una persona que no puede dejar de entrenarse, y antes prácticamente no lo hacía. El polo es ahora más rápido y más explosivo, hay que estar bien físicamente", señaló el PF.
El equipo de cuidadores se completa con Walter Mira, traumatólogo, y Gonzalo Noguera, kinesiólogo, "un crack", según su tratado. Mira, que lo evalúa cada dos o tres meses, cada vez que Adolfito termina la temporada de un país, trazó un diagnóstico de su paciente. "Desde hace mucho practica este deporte de alto riesgo y mucha demanda física. Ha sufrido lesiones, y ahora está pagando un poco las consecuencias. Le damos un tratamiento para que siga jugando; cuando tenga un tiempo, se buscará la solución definitiva. Mientras, se trata simplemente de llevarlo adelante sin empeorarlo", reveló el médico, para quien Cambiaso "es un buen paciente, pero tiene el problema del deportista de alto nivel: debe rendir todos los días". Y la exigencia se traslada entonces del polista a sus asistentes: "La solución para mañana tiene que ser ayer", expresó Mira, que estima que el líder de La Dolfina "tres o cuatro años más en este nivel puede jugar".
Al respecto, el propio Cambiaso es muy consciente de las limitaciones. A tal punto que reconoció: "La cabeza es lo que me hace estar bien todavía. Si fuese por el físico, ya no estaría jugando". ¿Y hasta cuándo lo hará? Ni él lo tiene claro: "No lo tengo muy planificado. Voy día por día, año por año. He alcanzado casi todas las metas que me puse. Con el Olimpia de Oro del año pasado, he logrado todo en mi carrera. No puedo pedir más. Sí creo que cuando me retire lo haré por el físico. Trato de cuidarlo, vamos a ver hasta dónde da. Uno nunca sabe"
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lanacionar
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