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Era una final. Por la tabla de abajo, pero final al fin. Y quien entendió mejor de qué se trataba la cita en la Catedral fue CUBA que, a pesar de su mal momento y de las bajas que vienen socavando sus cimientos, sacó adelante un partido trascendente para su aspiración de permanencia. Fue 35-17 y un gran desahogo para los de Villa de Mayo.
Se encontraban dos realidades similares en la tabla, con la sustancial diferencia de que el local acumulaba tres victorias consecutivas –la última, ante el SIC– y CUBA venía de tres derrotas en fila –la más reciente, como local ante el último, Rosario–. Y de entrada, nomás, se percibió una relajación en la Academia y la conciencia de precipicio por parte de los cubanos.
En su casa, frente a un CUBA que salió a ganar como fuera para salir del incomodísimo décimo puesto que por ahora lo deja en su segundo repechaje sucesivo –el año pasado venció a Los Tilos–, el CASI nunca terminó de despertarse de su siesta y puso en riesgo el noveno lugar que hasta el momento lo separa de la temida promoción. CUBA no quiere jugar más con fuego y se planteó anotar de todas las formas posibles: a los 2 minutos lo hizo con un drop de Juan Cruz González.
En Villa de Mayo son conscientes de que llegaron a esta situación por falta de concentración en algunos partidos y por las sucesivas bajas em el plantel, entre ellas, las salidas al exterior de Bautista Güemes, Joaquín Hardoy y Rodrigo Ávalos y los retiros de Federico Miranda y Pedro Bence Pieres. Y, ya sabiendo que el año que viene partirá su capitán y tercera línea Tomás De la Vega, CUBA quiere aprovechar su liderazgo. Como prioridad, afirman sus integrantes, hay que mejorar en lo mental.
"Tal vez empezamos a relajarnos inconscientemente y a no apretar en todos los partidos. Y así entramos a una rueda negativa de la que no lográbamos salir", analizó González, que además puntualizó: "Creo que lo principal que cedimos este año es la defensa. Éramos implacables y teníamos cerca de 100 tackles por partido". "Planeamos lo de hoy como a una final, por eso dispusimos un juego de patadas, presión y tackle, que es nuestro ADN", cerró el autor de 15 puntos y una de las figuras en la Catedral.
De la Vega, futuro jugador de Toronto Arrows, quiere la máxima concentración para lo que resta del certamen: "Era la primera final de las seis que nos quedaban, pero este equipo nunca se dejó caer, pese a los golpes duros que recibió", dijo. "Hay mucho recambio. Después de 2017 se fueron el capitán y el subcapitán y el equipo lo sintió. Ahora tenemos muchos chicos nuevos y el nivel del Top 12 es cada vez más alto, con lo cual es difícil adaptarse", explicó el tercera línea.
"No mantuvimos la cabeza durante un tramo del año y así perdimos varios partidos", comentó, por su lado, Simón Benítez Cruz, autor de un try. "Tenemos que ajustar mentalmente y redoblar el esfuerzo para salir de esta situación", cerró el medio-scrum, a tono con lo que pretende todo CUBA: quedarse en la elite y no sufrir más.

La síntesis de CASI 17 vs. CUBA 35




