La otra cara de Italia
Alrededor del equipo azzurro se mueven millones de euros; las diferencias con los Pumas cada vez son mayores; en el torneo local juegan 200 argentinos
ARENZANO, Italia.– Desde que el universo del rugby le abrió sus puertas al profesionalismo, creció abruptamente el interés por venir a probar suerte a Europa. Inglaterra, Francia o los países que le dan forma a la Celtic League (Irlanda, Escocia y Gales) ofrecen la combinación más interesante: mejor retribución y, por sobre todo, una calidad de juego superior.
Sin embargo, Italia es como la segunda casa para los argentinos, que invadieron la península con el propósito de complacer, al menos, una necesidad básica y humana de progresar con el rugby como vía para lograrlo. Y algunos lo consiguieron.
Por su nivel de competencia no es un sitio de jerarquía, pero igualmente esta tierra es el gran polo de atracción para los argentinos. Por la facilidad que otorga poseer la ciudadanía de esta nación, las ligas locales –al menos en sus dos principales categorías– albergan a unos 200 valores surgidos en nuestro país. Incluso han sido contratados entrenadores; es el caso de Catania, que incorporó a Gonzalo Beccar Varela (ex CASI) y a Carlos Neyra (ex Alumni).
Habrá ejemplos particulares, de chicos que desembarcaron aquí de muy jóvenes (los hermanos Alejandro y Gonzalo Canale o Sergio Parisse, por citar los casos más resonantes), pero lo real es que, como aquí no existe una base sólida para apoyarse, dada por la inclinación de la gente hacia la actividad y por el abastecimiento de las divisiones juveniles, la única alternativa válida para conservar como norte el crecimiento es recurrir a la importación de talento.
A fuerza de inversiones, Italia apuesta a alcanzar un lugar más trascendente en la órbita rugbística. El gran logro fue en 2000, al haber sido aceptado para integrar el Torneo de las Seis Naciones. A partir de allí, la squadra azzurra mostró signos de una sostenida evolución; de hecho, desde hace un par de años varios jugadores del Súper 10 –la máxima división– emigran a los torneos franceses y del Reino Unido.
Como regla universal, desde 1999 ningún jugador que representó a un país puede jugar para otro seleccionado. Pero las normas locales solamente tienen como requisito ser ciudadano italiano o comunitario; los que no lo son deben cumplir con tres años de residencia en la península, y en un plantel azzurri no puede haber más de tres extranjeros. En el equipo actual de 30 jugadores, aunque hay ocho argentinos, dos neozelandeses, un sudafricano y un rumano, el único que no es “ciudadano italiano” es el neozelandés Paul Griffen.
Es tan evidente la necesidad de abastecerse de conocimientos y de materia prima que aquí no tienen que en la última década el seleccionado azzurro estuvo en manos de entrenadores extranjeros.
En materia de números, Italia le saca una gran ventaja a la Argentina. El sueldo anual del actual entrenador, Pierre Berbizier, es de unos 220.000 euros (770.000 pesos); Jaguar, el sponsor principal de la selección, abona por cada doce meses 2.000.000 de euros ($ 7.000.000), cuando el auspiciante que más ingresos le reporta a la UAR paga solamente $ 1.000.000. Por participar del Seis Naciones, la federación italiana percibe 40.000.000 de euros ($ 140.000.000), cifra que a partir de 2006 aumentará 8 millones de la moneda europea –los ingresos empezarán a dividirse en seis partes iguales–.
A los rugbiers italianos se les paga por cada test-match jugado, según sus trayectorias, entre 5000 y 7000 euros (17.500 y 24.500 pesos), cuando a un puma le dan 6000 pesos por un cotejo de Clase A (compromisos ante equipos del Seis Naciones y del Tres Naciones); por los encuentros de Clase B (todos los demás) se abona $ 1500. Además, los italianos tienen un premio por ganar: en caso de un éxito, se les duplica la remuneración.
Ya hace un tiempo que hay rumores de incluir a la Argentina en el Seis Naciones. Pero eso no sucederá porque el contrato de la televisión con los equipos europeos es hasta 2008.
Según las normas de la UAR, al equipo nacional sólo se le puede destinar el 15% del presupuesto anual, que para el ciclo actual podría llegar a $ 10.000.000. En este contexto, un puma del medio local que interviene en todas las actividades (partidos, plan de preparación física, concentraciones y giras) podría recaudar unos $ 50.000 por temporada. Por el mismo ciclo, un jugador de los mejores pagos de Italia obtiene unos 84.000 euros (294.000 pesos).
Como se advierte, los Pumas e Italia pertenecen a dos mundos diferentes, y eso dentro del campo cada vez se nota más. Porque la velocidad en el desarrollo hace que de a poco las diferencias de categoría se acorten o, al menos, queden disimuladas.
- Hoy, la formación titular
Marcelo Loffreda definirá hoy los titulares para enfrentar a Italia, el sábado próximo (a las 11 de nuestro país). Tras la práctica de ayer, Leguizamón se retiró con una contractura. Henn y Guiñazú fueron solicitados por sus clubes franceses para jugar el fin de semana, pero el pedido fue denegado.
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