Batalla de los sexos: Serena Williams le ganó 6-0 el duelo a John McEnroe
Una frase del ex Nº° 1 del mundo sobre qué ranking ocuparía la tenista en el circuito masculino profundizó el debate sobre las barreras que deben sortear las mujeres en la sociedad
El lunes por la noche, Serena Williams se las hizo pagar todas a John McEnroe . Williams arrancó con su servicio y dos tuits incendiarios que dejaron chamuscado a McEnroe, por haber dicho que “si ella jugara en el circuito masculino sería el Nº 700 del ranking”. Y en caso de que McEnroe no haya recibido la indirecta sobre el empoderamiento de las mujeres, tal vez debería agenciarse un ejemplar de revista Vanity Fair, que en su edición de este mes luce en su portada una foto de Williams, desnuda y embarazada.
“Querido John, yo te adoro y te respeto, pero POR FAVOR dejame al margen de tus comentarios carentes de datos fácticos”, tuiteó primero. “Nunca jugué contra nadie ranqueado allí y tampoco tengo tiempo. Respetame y respetá mi privacidad, que estoy tratando de traer un bebé al mundo. Buen día señor”, remató después.
McEnroe hizo el comentario el domingo, durante una entrevista con Lulú García-Navarro, de la cadena de radios NPR, y en una aparición al día siguiente en el programa de televisión “This Morning”, de la cadena CBS, cuando le preguntaron si quería disculparse, McEnroe dijo “No”. Y agregó que no era su intención polemizar con ella ni molestarla durante su embarazo. Pero ya era demasiado tarde. El siete veces campeón de Grand Slams está de gira por los medios para promocionar su libro de memorias, But Seriously, y terminó reviviendo el discurso de “la batalla de los sexos” que la mayoría de la gente habría creído muerto hace mucho. García-Navarro le había preguntado a McEnroe por qué necesitaba especificar que Williams era el mejor tenista “mujer” del mundo. Se la dejaron picando…
–“¡Bueno!”, exclamó. “Tampoco podemos decir que sea el mejor tenista del mundo y nada más, ¿no?”.
–“Sí, el mejor tenista del mundo”, retrucó García Navarro. “O sea, ¿por qué aclarar que es jugadora mujer?”.
–“Bueno, porque si jugara en el circuito masculino, estaría en el 700 del ranking”, dijo McEnroe. “Y eso no quiere decir que no crea que Serena es una jugadora increíble. Lo creo, pero lo que creo que pasaría es que estaría un poco más abajo o un poco más arriba. Hay días en los que podría ganarles a algunos jugadores. Lo creo porque tiene una fuerza mental increíble que le permitiría superar situaciones en las que muchos jugadores se ahogarían, porque ella estuvo tantas veces en ese tipo de situaciones, en Wimbledon, en el US Open, etc… Pero si ella simplemente tuviera que competir en el circuito, en el circuito masculino, entonces la historia sería muy otra”.
McEnroe tiene razón, por supuesto, ¿pero a quién le importa? ¿Alguien cree que McEnroe podría ganar el Abierto de Australia en el calor sofocante de Melbourne estando embarazado? Ambas discusiones son igualmente tontas y realmente se merecen un “hablemos en serio”. Buzz Bissinger, autor de la nota en Vanity Fair, califica a Serena como el mejor tenista de la historia, con el agregado de haber ganado el 85,76 por ciento de los partidos y de haberse alzado con la victoria en 72 torneos. Bissinger señala que Serena ganó más de 84 millones de dólares en premios y casi el doble de esa cifra con promociones y presentaciones personales. Durante los primeros meses de embarazo, Serena no perdió un solo set y ganó los siete partidos del Abierto de Australia.
¿Qué tan grande es Serena Williams? ¿Cómo se mide la estatura de un jugador y dónde encaja el género en todo eso? Es un tema con el que Serena ya se ha enfrentado anteriormente. Ahora tiene 35 años y es cada vez más consciente de que su carrera se acerca a su fin. Al evaluar el paisaje social y racial, Serena Williams también evalúa el lugar que ella ocupa, y como parte de ese paisaje, sabe lo distinta que sería la discusión sobre su lugar entre los grandes si ella fuera simplemente un...
“Creo que si fuera hombre, ese debate sobre mí ya se habría dado hace mucho tiempo”, dijo Williams en diciembre durante una entrevista con el rapero Common para el programa “The Indefeated”, de ESPN. “Creo que ser mujer implica tener que lidiar con todo un nuevo espectro de problemas que llegan desde la sociedad, lo mismo que ser negra, así que es mucho con lo que hay que lidiar. Pude hablar en defensa de los derechos de las mujeres porque a veces el tema se confunde con temas raciales o culturales. Yo creo que sí, que si fuese hombre, ya sería considerada la más grande de todos los tiempos desde hace mucho”.
Como parte de su experiencia de 2016, Serena les escribió una carta abierta “a todas las mujeres increíbles que se esmeran para lograr la excelencia”, donde las alentaba a “soñar en grande, y que terminaba así:
“Como sabemos, las mujeres tienen que romper muchas barreras en su camino al éxito. Una de esas barreras es el modo en que nos recuerdan constantemente que no somos hombres, como si fuese una falla. La gente dice que soy uno de los mejores deportistas mujeres del mundo. ¿Acaso dicen que LeBron es uno de los mejores deportistas hombres del mundo? ¿O Tiger? ¿O Federer? ¿Por qué no? Ciertamente no son mujeres. Eso no deberíamos dejarlo pasar nunca. Siempre deberíamos ser juzgadas por nuestros logros, no por nuestro género”.
“Y más allá todo lo que he logrado en la vida, estoy profundamente agradecida de haber experimentado lo mejor y lo peor que viene con el éxito. Mi esperanza es que mi historia, y la de ustedes, inspirará a las mujeres jóvenes a buscar la grandeza y seguir sus sueños con resiliencia inquebrantable. Tenemos que seguir soñando en grande, y al hacerlo, empoderar a la próxima generación de mujeres para que sean igualmente osadas en sus objetivos”.
Vale la pena señalar que McEnroe dijo que Williams era “indudablemente el mejor deportista de los últimos 100 años” cuando Serena ganó Wimbledon 2015 y que en ese momento no agregó el calificativo de género. Así que más allá de lo que haya querido decir, Serena lo enfrentó eficazmente, con la tapa de Vanity Fair como punto de exclamación. ¡Tomá!
Cindy Boren / The Washington Post
Traducción de Jaime Arrambide