Los Grand Slams, una dura prueba para los juniors de la Legión que se viene
En Roland Garros, Bahamonde y Zukas representaron a la Argentina en una categoría que requiere paciencia y trabajo
PARÍS.– Después de una semana, el paisaje de un Grand Slam cambia notoriamente, por lo menos en los pasillos internos. El alboroto de las estrellas se reduce al mínimo, pues ya son menos los jugadores. En las canchas secundarias, la acción continúa, pero con otros protagonistas. Son los días del torneo junior. Estas pruebas de jerarquía son trascendentes para comprobar el nivel en el que cada uno se siente, para ver de cerca a los tenistas que admiran, y aprender y compartir, si se puede, algunos minutos con ellos, y por qué no, para mostrarse ante posibles sponsors. Los juniors no tienen los ingresos de los profesionales, pero sus gastos –viajes, hoteles, entrenador– son casi idénticos; durante un año se calcula que un jugador sudamericano con proyección, para jugar torneos en el exterior, debe invertir unos US$ 60.000 como mínimo.
Algunos países tienen recursos de sobra. El ejemplo son los organizadores de Grand Slams: Australia, Francia, Gran Bretaña y EE.UU. En otros –y entre ellos la Argentina–, la formación se hace más a pulmón. La Asociación Argentina de Tenis invirtió en lo que va del año unos 85.000 dólares, muy por debajo de las potencias. Con ese monto apoyó los viajes de juveniles a la gira sudamericana (Cosat). Allí aseguraron su clasificación los dos argentinos que participaron en el certamen junior francés: el mendocino Francisco Bahamonde y el santafecino Matías Zukas, ambos de 17 años.
Ayer se produjo la salida de Bahamonde, superado por el local Johan Sebastien Tatlot, por 6-4 y 6-4. "Aquí todo es distinto. Los nervios, la cancha, las pelotas, y obviamente los rivales son más duros, están los mejores. Pero creo que fue buena la experiencia", contó Panchi, que disputará un par de torneos en Alemania, luego a Wimbledon, y antes del US Open cerrará su etapa junior para empezar con los futures. Anteayer fue el turno de Zukas, superado en tres sets: "Fue una experiencia increíble haber jugado este torneo, poder compartir vestuario con los mejores, fue motivador. Después de esta gira voy a jugar unos futures en la Argentina". Por París también estuvo Manuel Peña López, incorporado a un grupo con el que trabajan Janko Tipsarevic y Richard Berankis; el mendocino no pudo jugar aquí, pero aprovechó para entrenarse y pelotear con el serbio Dusan Lajovic. Peña López tiene 16 años y acudirá a Alemania en breve; la idea es que mejore su ranking para entrar en el US Open.
En este contexto, es preciso evaluar: por un lado, para las promesas, es importante disputar un Grand Slam por la propia trascendencia del torneo; por el otro, hay que ver si ese certamen encaja dentro de la programación para la proyección del jugador. De acuerdo con el crecimiento alcanzado, muchas veces se toma en cuenta la necesidad de dar el salto al nivel profesional, empezando por los futures –este año la AAT tiene previsto realizar 19 de esta categoría, la más baja del tour–, o seguir en el nivel junior. En la rama femenina, la rosarina Nadia Podoroska era la que más posibilidades tenía de ingresar en Roland Garros , pero ya hace varios meses que se dedica a jugar Womens Circuit (el equivalente a los challengers de varones), y de hecho, anteayer conquistó un certamen de esa categoría en Bol, Croacia.
La dedicación de la AAT hacia los juveniles tiene una nueva cabeza desde hace semanas, ya que Daniel Orsanic es el director de Desarrollo. La Asociación envió un nutrido grupo a la gira sudamericana, con Bahamonde, Zukas, Lautaro Pane, Franco Capalbo, Manuel Peña López, Agustín Torreano, Franco Egea; entre las chicas, Daniela Farfán, Martina Capurro y Julieta Estable. En estos casos se busca optimizar recursos: si la Cosat ayuda a costear viajes de los clasificados, la AAT puede enviar a otros jugadores.
Héctor Romani, vicepresidente ejecutivo de la AAT, considera: "Estamos en todas las generaciones con chicos de un alto nivel técnico, pero todo recambio lleva su tiempo". Aunque la realidad indica que los resultados en el nivel sudamericano son buenos; en el plano global, la última gran actuación que se recuerda en Grand Slams fue el título de Agustín Velotti en 2010 en París. Hay otra certeza: a los jóvenes les cuesta ingresar en el circuito profesional; es un salto de categoría que requiere tenacidad y mentalidad de acero. La paciencia y el trabajo constante son herramientas para entender que el futuro llegará a su debido tiempo.
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