Recuerdos del primer Del Potro: cuando el padre de otro juvenil lo ayudó a seguir viajando

La presentación (con aroma a despedida) de Juan Martín del Potro en el torneo de Buenos Aires, la semana pasada, fue un disparador, entre otras acciones, de numerosas reacciones de jugadores en actividad o retirados que tuvieron algún tipo de vínculo (deportivo, emocional) con el tandilense. Uno de los que dejó su mensaje en la red social Twitter fue el venezolano Daniel Vallverdú, que en la actualidad se destaca como entrenador (estuvo muchos años con Andy Murray, además de acompañar a Stan Wawrinka y Grigor Dimitrov, entre otros).

Vallverdú nació en 1986 en Valencia, en el estado venezolano de Carabobo. Se retiró como tenista profesional (su mejor ranking fue 727º) en septiembre de 2009, jugando la Copa Davis por la Zona Americana. Visitó la Argentina como junior, por la gira COSAT, y pese a ser dos años mayor que Del Potro, lo conoció en esa etapa juvenil. Es más, juntos ganaron el título Sub 16 de dobles del Banana Bowl en San Pablo. Una lesión en un aductor, con una cirugía en el medio, marcó su destino laboral: como coach de Murray desde mediados de 2010. El venezolano y el escocés se conocieron de chicos, en la academia Sánchez-Casal, en Barcelona. Tras la experiencia juvenil en España, Vallverdú se radicó en Miami para estudiar en la universidad, pero la amistad con Murray continuó y siendo adultos trabajaron juntos durante años. Vallverdú vivió desde cerca las distintas etapas de maduración de Murray, hasta que se convirtió en una estrella.

Hace unos días, tras la caída de Del Potro ante Federico Delbonis en la primera ronda del ATP porteño, Vallverdú escribió en su cuenta de Twitter: “Cuando un @delpotrojuan de 14 años me llevó a la victoria de dobles del Banana Bowl U16 contra @juanscabal @SantiGiraldoSG. Gracias por eso y por todo lo demás Delpo. Leyenda. Disfruta lo viene. ¡Un gran abrazo!”. El texto lo acompañó con una foto de la premiación de aquel certamen junior.

Hace unos años y durante algunos breves períodos, Vallverdú acompañó a Del Potro como entrenador. Por ejemplo, durante los días de Wimbledon 2016, cuando el argentino ya no contaba con la asistencia de Franco Davin. También en junio de 2019 en Queen’s, en el último torneo que había jugado Del Potro hasta su regreso en Buenos Aires. Pero la amistad entre ambos surgió cuando eran chicos, de los tiempos compartidos en la gira COSAT (Confederación Sudamericana de Tenis). El propio Del Potro, en reportajes brindados al diario El Eco de Tandil cuando tenía 14 años, expresó su agradecimiento a los Vallverdú.

Según consigna el libro “El Milagro Del Potro” (Ediciones B; 2017), en 2002, en medio de la crisis económica de la Argentina, la familia Del Potro hacía malabares para tratar de solventar los gastos de Juan Martín. Después de una etapa COSAT en Paraguay y por las limitaciones financieras, Juan Martín ya tenía previsto regresar a Tandil, pero contó con la ayuda de Antonio, el padre de Daniel Vallverdú.

“Tuve suerte y encontré gente muy generosa. En Paraguay, al jugar dobles, me hice amigo de un chico venezolano, Vallverdú, con quien ganamos en Sub 16, y su padre me ofreció pagarme todo para que pudiera viajar a Brasil dos semanas. Un fenómeno, un gesto así no se olvida. Gracias a esa ayuda fui y gané los dos torneos, la Copa Gerdau en Porto Alegre y el Banana Bowl en San Pablo. Además salimos campeones juntos de dobles en el Banana”, declaró Del Potro también en El Eco de Tandil.

En julio de 2020, durante una entrevista con ESPN, Vallverdú se refirió con admiración a Del Potro y a lo que, según cree, podría haber sucedido con su carrera si no hubiera tenido tantos obstáculos físicos: “Es un tema bastante complicado emocionalmente para mí, he estado desde muy pequeño cerca de Juan Martín y verlo pasar por las lesiones que tuvo, sobre todo en la última, porque yo estaba en la cancha el día que le pasó, estaba ayudándolo en Queen’s... Hubiera tenido todavía mejores resultados si las lesiones no hubieran estado ahí. Todo el mundo sabe lo bueno que es. Tiene un tenis suficientemente bueno y no necesita estar al cien por ciento o al límite para ganar torneos grandes. Hay pocos jugadores de alto nivel que tengan esa virtud. Él, jugando al 80% o 90%, Roger (Federer), Rafa (Nadal), Andy (Murray), Stan (Wawrinka), Novak (Djokovic) entran en la cancha cagados. Tengo esta conversación con gente del tenis y estoy seguro de que pudo haber ganado más de cinco Grand Slam”.

Y fue más allá, con una madurez que no se ajustaba a su corta edad: “Yo tenía que ponerme las pilas, cada partido sabía que a lo mejor era el último. No tengo apoyo de la Asociación Argentina de Tenis, ni tampoco un sponsor. Todo se hace a pulmón”. Aquel fue el comienzo de una amistad que, dos décadas después, se mantiene.