Una rivalidad que lleva 14 años

Historias de vandalismo y de asociaciones poco claras fueron las que signaron la relación entre las barras bravas de Boca y Chacarita durante los últimos 14 años.

El primer choque fue el 4 de noviembre de 1984, en el estadio de Chacarita, por el torneo Metropolitano. Ese día, los hinchas de Boca quisieron ingresar sin entradas y, luego de enfrentarse con la policía, le arrojaron piedras a los hinchas locales, que rápidamente respondieron la agresión. Pero esa tarde hubo un intento por acordar un pacto de no violencia que no resultó. Antes de que el partido se suspendiera en el segundo tiempo, El Abuelo, por el lado de Boca, junto con el Negro Vilches y el Gordo Roque, por la barra brava de Chacarita, quisieron conciliar una tregua, pero se frustró ante una embestida policial. En los años siguientes, esa relación no se cortó y la conveniencia unió a los jefes cada vez que se acercaba la fecha de un Mundial.

Ambas barras bravas viajaron juntas al Mundial de México ´86, donde unieron sus fuerzas para enfrentarse con los hooligans en el partido ante Inglaterra, y al de Italia ´90. Fue en Nápoles donde se pelearon definitivamente, cuando los xeneizes se quedaron con el dinero que se había recaudado entre los dos grupos, y Chacarita se volvió antes de que el certamen mundial concluyera.

En la Copa América de 1987, que se jugó en la Argentina, en la semifinal frente a Uruguay, las dos hinchadas se pelearon por obtener el liderazgo en la tribuna popular Centenario, en el Monumental. Seis años más tarde, en el mismo escenario, tras el partido entre el seleccionado argentino y el de Perú, por las eliminatorias para el Mundial de 1994, Boca se enfrentó con un grupo de violentos, integrado por hinchas de Chacarita y de Racing.