El CEO de Globant y presidente de Endeavor habló sobre el poder transformador del emprendimiento, el auge de la IA y su optimismo frente al nuevo escenario económico argentino
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“Esto es lo más importante de lo que estamos haciendo: agarrar a todos esos pibes y decirles que vayan y transformen la Argentina”, dice Martín Migoya, cofundador y CEO de Globant, el unicornio argentino con más de 30.000 empleados en todo el mundo. Además, es presidente de Endeavor, la organización que nuclea a los emprendedores más importantes del país, que hoy organizó su evento Sub 20 en el Movistar Arena. Hasta allí llegaron 12.000 adolescentes, estudiantes de más de 150 colegios.
Migoya no solo contó su historia sobre el escenario: también fue uno de los organizadores del evento, que tuvo como figuras estelares a Nicki Nicole y a Franco Colapinto (con una intervención breve y remota). Luego, el empresario recibió a un grupo reducido de periodistas para hablar de lo que lo apasiona: transmitir su experiencia al frente de una de las empresas más importantes surgidas en la Argentina.
¿Funciona la inspiración? Migoya cree que sí. “La cantidad, la densidad de unicornios y de emprendedores de altísimo nivel que salen de Argentina es elevada. Comparado con otros países, y mucho más elevada en relación a nuestro PBI y a la cantidad de gente que vive en la Argentina. Y creo que el experimento también va a funcionar con nuestros jóvenes. A mí me hubiese encantado, cuando tenía 17 o 18 años, que me cuenten... ‘Mirá, se puede emprender’, como dice Marquitos Galperín (por el CEO de Mercado Libre)”, señala. “Es entender que emprender es la herramienta principal de transformación que tiene un país”, sentencia.
Sin embargo, muchas veces se plantea lo contrario. ¿Es para todos? Migoya lo tiene claro: “No es para todos, pero es para mucha gente”, afirma. “Esto tiene que tener un efecto transformacional en el futuro del país. No ves el resultado de forma inmediata, pero vos sabés —y la intuición te lo dice— que es el camino correcto. Y soy muy optimista con el futuro del país por lo que está pasando”.
En los más de 20 minutos de charla, Migoya, ingeniero electrónico, retoma sus inicios y explica el porqué de su rol. Incluso habla brevemente de su nuevo hobby como músico en la banda Sonic B, que hace poco tocó en el Quilmes Rock. encandiló hace 22 años junto a sus tres socios (Guibert Englebienne, Martín Umarán y Néstor Nocetti). “Volvería a emprender en el mismo sector. Y en los próximos cinco años está la oportunidad más grande que yo recuerde haber visto. Estuve cuando se inventó internet, y nunca vi nada tan transformador como lo que está pasando ahora con la inteligencia artificial. Cuando llegó internet, pasaba más o menos lo mismo: la gente decía ‘sí, esto es transformador’, pero luego te preguntabas ‘¿y cómo se traduce eso en la realidad?’ Los sitios andaban mal, se caía todo... Pero hoy internet es el núcleo de todo. Sobre esa tecnología se montaron un montón de cosas. Y ahora no hay una sola empresa en el mundo, un solo gobierno, una sola institución que no tenga que usar IA para hacer un montón de cosas. Y, como siempre, el humano se acomoda. El humano va transformándose y adaptando sus habilidades para ser más productivo con la tecnología que hay”.

En ese sentido, y autodefinido como un “tecno-optimista” (lejos de los pronósticos distópicos), señala cuáles son las habilidades del futuro que deberán tener en cuenta quienes hoy están estudiando: los Sub 20. “La habilidad del pensamiento crítico sigue siendo la número uno. Y la habilidad de aprender rápido y desaprender rápido es central. Alguien tiene que saber hacer código para saber si el código que se hizo hace lo que uno quiere. La inteligencia artificial va a progresar y ese nivel de supervisión quizás vaya bajando, pero va a tener que seguir existiendo. Entonces, la mentalidad crítica y la capacidad de aprender siguen siendo las cosas centrales que van a ser valiosas en cualquier momento”.
Entusiasmado con Milei
Migoya también habló del contexto. Ya no del evento, sino del país. Y se mostró entusiasmado con la marcha de la economía en la era de Javier Milei. “Lo que está pasando en la Argentina en términos de orden económico no lo vimos hace muchísimos años. Y eso creo que es extremadamente relevante para emprender. Porque si vos emprendés, ya tenés demasiadas cosas en contra como para tener también a la economía en contra, o la inflación… Una de las cosas más difíciles de emprender es no saber lo que va a pasar. Es irte a dormir y levantarte con incertidumbre plena. Si además de eso le agregás más factores (como no saber si vas a tener la plata en el banco o a qué precio poner la mercadería), entonces se hace extremadamente difícil. Entonces, la condición macro para mí es muy importante. Este es un momento único para la Argentina. Argentina está viviendo un momento único”, se aventura.
Y agrega: “Pero no solo la Argentina, sino también la región —Latinoamérica— por cómo está ubicada: lejos de los conflictos religiosos, raciales, con países limítrofes. La región es muy especial”.
La crisis golpea
Globant es una empresa global. Y no está ajena a los vaivenes de la economía mundial, sobre todo después de las fuertes bajas que experimentaron varias tecnológicas a comienzos de abril, a partir del anuncio de aranceles del gobierno de Donald Trump, la respuesta de China y la reacción de los mercados. “La incertidumbre global es algo que está en ascenso. No sé muy bien cómo van a terminar todas las cosas que están pasando. También hay cosas más profundas de las que se habla menos, como el impacto que están recibiendo las universidades americanas por muchas de las cosas que se están haciendo, las cuales, en esencia, están bien. Si uno piensa que Estados Unidos tiene que tener menos déficit, es una idea correcta. Después, quizá, cómo se implementa es la gran discusión”, señala Migoya.
“Pero lo importante, siempre, en las ideas, es el fondo: a dónde uno quiere ir. Y yo creo que eso, en el largo plazo, va a estar bien. Pero va a haber momentos complicados de transición ahora, en el medio. Las otras grandes preocupaciones son las guerras: qué pasa en todos los lugares donde hay conflicto. Y ojalá puedan terminar. Eso también va a tener que evolucionar de alguna forma. Espero que la histórica reunión entre Trump y Zelensky en el Vaticano, en las dos sillitas, sea un milagro de Francisco”, concluye.
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