Las promesas cumplidas del G20 y las que sólo quedaron en buenas intenciones
La reunión del G20 que está por comenzar en Buenos Aires, una ciudad sitiada para albergar a los mandatarios más poderosos del mundo, se va a llevar adelante 10 años después de la primera Cumbre de Líderes, en Washington. En ese momento se pusieron de acuerdo para hacer frente a la crisis económica y financiera de 2008. La "sherpa" mexicana Gabriela Ramos, jefa de Gabinete de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), recuerda que en ese año el G20 "estaba muy preocupado en ese contexto de recesión e incertidumbre de que hubieran medidas comerciales proteccionistas. La recesión del año 1930 se agravó justamente porque había barreras para el comercio. Durante estos 10 años, monitoreamos desde la OCDE que no haya este tipo de medidas".
En reuniones posteriores, desde la OCDE se les pidió a los países "avanzar en un tipo de intercambio de información en cuestiones fiscales para evitar la evasión, que es un tema internacional porque los capitales se mueven. Para combatir entonces la evasión se necesita la cooperación internacional. El avance en esta materia es uno de los grandes resultados del G20", dice Ramos.
¿Mis datos son míos o tuyos?
Otro logro, según la funcionaria de la OCDE, es haber avanzado después de la reunión 2017, en Alemania, en temas de uso de datos personales.
"Alemania puso en el centro del debate el tema digital. Necesitamos comprender qué es lo que está pasando con las plataformas digitales, quiénes son sus dueños, qué tipo de tecnología utilizan, quién la desarrolla, cómo se protegen las patentes. Estamos viendo, y esto es algo muy importante que hicieron los alemanes, que en el mundo de la revolución tecnológica, lo que se ha vuelto la moneda mas importante del crecimiento y del desarrollo son los datos", dijo.
La información que acaparan plataformas como Facebook, Amazon y Google -continúa- no es del todo clara. Toda esa base de datos debe ser regulada. Para esto hay que poner el tema en agenda y eso sucedió en Alemania. Fue clave reconocer que hay que abordar este problema. Los países que contienen este tipo de plataformas dicen que deben ser libres, pero en la otra esquina, están los europeos que están mas preocupados.
La corrupción, deuda pendiente
En el casillero del debe hay compromisos que todavía no se cumplen. Uno de los más importantes está en el ámbito de las medidas efectivas anticorrupción.
"Desde 2010 el G20 tiene un grupo anticorrupción a través del cual se asumieron más de 60 compromisos. En el papel son sólidos, pero el gran desafío es la falta de efectiva implementación de esos compromisos", dice María Emilia Berazategui, directora de Instituciones Políticas y Gobierno de Poder Ciudadano. Es por esto que Transparencia Internacional y su capítulo argentino, Poder Ciudadano, lanzaron una campaña en la vía pública en lugares estratégicos y a la vista de los líderes a la que llaman #G20TakeAction: Implemente sus compromisos anticorrupción.
"El G20 adoptó compromisos anticorrupción vinculados a la publicación de declaraciones juradas de los funcionarios públicos, mayor transparencia en los procesos de compras y contrataciones pública y requisitos para que las empresas informen quiénes son sus verdaderos dueños. En abril de 2018, un informe de Transparencia Internacional mostró que la mayoría de los países del G20 no están implementando los propios principios del Grupo para ponerle fin al anonimato de las empresas que, en muchos casos, son utilizadas como un vehículo para cometer prácticas corruptas. A través del C20, Transparencia Internacional y poder Ciudadano, recomendaron que el G20 aborde las denominadas puertas giratorias entre los sectores público y privado y mejore la rendición de cuentas de las empresas de propiedad estatal", se lee en un comunicado de la entidad.
"Hay un compromiso que se asumió en 2014 sobre la transparencia de los beneficiarios finales, es decir, quiénes son los verdaderos dueños de las empresas, sus persona físicas", detalla Berazategui. "Esto es un punto clave, porque si no se conocen a las personas de carne y hueso detrás de las empresas no se pueden prevenir conflictos de interés o colusión (acuerdos de empresas entre sí para quedarse con licitaciones). Estos datos deben ser públicos, pero la mayoría de los países del G20 no implementan este compromiso que ya tiene tres años", completa.
Con respecto a la Argentina, Berazategui dice que "la deuda de este país es un registro público de beneficiarios finales. En agosto de este año, la Inspección General de Justicia (IGJ), a través de una resolución, modificó la normativa con respecto al registro de sociedades extranjeras que operan en la Argentina (mal llamadas sociedades offshore). Esta resolución modifica varias cuestiones, pero una de ellas está relacionada con la información de los beneficiarios finales. Antes debía informarse al gobierno quiénes eran sus últimos dueños, pero ahora solo tienen que informarlo ni bien se inscriben, a través de una declaración jurada. Esto implica un retroceso, porque el Gobierno no va a contar con información actualizada sobre quiénes son las personas reales detrás de las empresas. De esta manera se abre la puerta al dinero del lavado, del terrorismo, del narcotrafico...", denuncia Berazategui."Para nosotros esto es un signo de mayor opacidad".
Paridad de género, lejos
Uno de los compromisos para 2025 es que todos los países participantes reduzcan un 25% la inequidad y la falta de inserción laboral de las mujeres. Algo lejos de lograr, según los expertos, al menos desde la mirada del presente.