Alta Vista proyecta aumentar sus ventas de vinos en un 50%

Patrick d´Aulan confía en que este año la cantidad de botellas de vino producidas por la bodega Alta Vista, de la que es propietario, se incrementará en un 50 por ciento. Serán 900.000 unidades frente a las 600.000 del año pasado las que saldrán de la bodega ubicada en las tierras mendocinas de Luján de Cuyo.

Bien podría pensarse que, en una compañía que exporta entre el 80 y el 90% de lo producido, ese crecimiento será el efecto de un dólar en alza que alienta a vender afuera. Sin embargo, el empresario francés, que visitó brevemente Buenos Aires, advirtió, en un diálogo con LA NACION, que si bien la compañía mantiene sus planes, en el nuevo escenario la cuestión no es tan simple, sobre todo cuando gran parte de los insumos es importada y cuando aún se está terminando de ejecutar la inversión para poner en marcha la actividad, que incluyó la compra de más tierras y la renovación de una vieja bodega construida en 1890.

Alta Vista comenzó sus actividades en Mendoza en 1997 y la familia francesa d´Aulan compró el proyecto en 1999. Para desarrollar el negocio de los vinos se invirtieron US$ 10 millones, de los cuales US$ 3 millones llegaron entre 2001 y lo que va de 2002.

Ventas

Para este año se proyecta una venta total de US$ 1.100.000 (90% para la exportación y 10% para el mercado interno). El año último cerró con una producción de US$ 750.000. El 80% de esa cifra fue el producido de las ventas a países como Francia, Suiza, Inglaterra, Bélgica y Estados Unidos.

La clave para llegar a esos mercados es la innovación, más allá de la calidad de los vinos -dos de ellos, el Alto y el Torrontés han sido catalogados como los mejores del nuevo mundo, tinto y blanco, respectivamente, por revistas especializadas-. "Producimos un torrontés que es totalmente nuevo para el exterior", explicó d´Aulan, que agregó que la compañía estará volando "a su velocidad de crucero" en la Argentina cuando logre una facturación anual de US$ 3.000.000, a lo que aspira llegar en 2004.

-¿De qué manera la producción de vinos de exportación se ve favorecida por el nuevo escenario?

-No demasiado, porque hay muchos costos en dólares. No hay maquinarias de fabricación nacional, tampoco filtros, material de laboratorio. Importamos hasta el corcho, las etiquetas y las cintas, así que la devaluación no beneficia tanto. Lo único que se abarató es la mano de obra, pero en realidad se puso a niveles más normales con otros países.

-En comparación con otros países productores ¿cómo se ubica la Argentina en su estructura de costos para la industria vitivinícola?

-No lo sabemos por la falta de estabilidad; además, ahora está también la retención del 5% para la exportación... Esperamos a que se apacigüe la situación para hablar de números reales.

-¿De qué manera cree que influye esa incertidumbre, tanto económica como política, en el desarrollo de los negocios?

-La Argentina ha conocido muchas crisis en su historia y el pueblo siempre ha sabido salir. Esperemos estar en el fondo; el país tiene todo para salir.

Los directivos de Alta Vista saben, sin embargo, que en el corto plazo la solución de los problemas no golpeará las puertas. El gerente comercial, Beno”t Berneron, apuntó que hoy por hoy no es posible cambiar los insumos importados por otros nacionales.

Además de la bodega argentina y de su participación en Quilmes, la familia d´Aulan produce vinos en Hungría y Francia, además de tener inversiones -en este último país- en alta tecnología, hotelería y emprendimientos financieros en los Estados Unidos.

Por Silvia Stang

• Comunidad de Negocios

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