
Bs. As. Pantry se quedó con un solo local abierto
La cadena de tiendas clausuró seis de sus siete sucursales
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La cadena de tiendas Bs. As. Pantry se convirtió en una de las últimas víctimas de la devaluación y la crisis económica. La empresa, que nació a mediados de los 90 y que en los últimos cuatro años había iniciado una agresiva expansión en el negocio de las bebidas importadas y los alimentos delicatessen, hoy tiene seis de sus siete locales cerrados y sobrevive con una sola sucursal abierta al público.
La única filial que queda de Pantry es la de Santa Fe y Callao, que hoy tiene en operaciones un tercio del local y en sus despobladas góndolas únicamente es posible encontrar algunos vinos mendocinos y licores nacionales.
Bs. As. Pantry nació en 1996 como una pequeña vinoteca, vinculada con la familia Chemea, propietarios de la marca de indumentaria del mismo nombre, que también tuvo que cerrar algunos locales por la crisis económica y las dificultades para importar.
Reconversión comercial
Al poco tiempo de comenzar a operar, Pantry se reconvirtió al modelo comercial de tienda de conveniencia (convenience store, en inglés). Este concepto lo importó de los Estados Unidos y tuvo su auge a fines de los 90, cuando la vigencia del 1 a 1 puso al alcance de la mano de muchos consumidores argentinos productos importados, como el champagne francés, los vinos españoles o los whiskies escoceses.
En los locales de Pantry además era posible encontrar alimentos frescos y hasta en algunas sucursales se incorporó la venta de frutas y verduras.
En todo el mundo, las tiendas de conveniencia se caracterizan por ofrecer productos de primera calidad, con una gran incidencia de artículos importados, precios altos y una gran amplitud horaria.
En su mejor momento, Bs.As. Pantry llegó a tener siete sucursales -todas en la Capital Federal- aunque a partir de enero último comenzó a cerrar sus locales.
El golpe más fuerte para la empresa llegó hace menos de un mes, cuando se vio obligado a cerrar las puertas de la sucursal de Puyerredón y Lavalle, la más grande que tenía la cadena y que atendía durante las 24 horas.
Cambios de consumo
En su momento se dijo que la agresiva expansión de Bs. As. Pantry obedecía a una intención de sus dueños de hacer crecer la empresa para después vendérsela a The Exxel Group.
El fondo de inversión había manifestado públicamente su intención de ingresar en el mercado de las vinotecas, aunque finalmente su incursión en el negocio se limitó a la adquisición de un 33% de Bodegas y Viñedos López.
El negocio de las vinotecas registró un fuerte crecimiento en la última década acompañando el cambio en los hábitos de consumo que vivió el país, como resultado del incremento de las ventas de los vinos finos en detrimento de los productos de mesa. En la actualidad, se calcula que existen más de cien vinotecas en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. El liderazgo se lo disputan casas tradicionales del rubro, tales como Sarfati, Tonel Privado, Ligier, Dulmes y la platense Dulcine.
Antes de la debacle de Bs. As. Pantry este mercado ya había sufrido un duro traspié con el cierre de la tradicional casa Savoy, que en mayo del año pasado se declaró en quiebra, con una deuda superior a los 5 millones de dólares con sus proveedores, que son principalmente las grandes bodegas.
Por fuera de la sociedad de Bs. As. Pantry, otra rama de la familia Chemea continúa ligado al negocio de las vinotecas, por medio de la cadena Winery, que ahora se encuentra en un plan de expansión, que incluye la apertura de sucursales en la Capital Federal.





