Mientras el Congreso de Estados Unidos debate si abre el camino a la ciudadanía para 11 millones de inmigrantes indocumentados, una red de fundaciones, organizaciones no lucrativas y empresas lanzó una campaña para convertir a residentes legales en ciudadanos estadounidenses.
Más de ocho millones de residentes permanentes, o portadores de las llamadas "green card", cumplen los requisitos para hacerse ciudadanos, según el gobierno federal.
Respaldada por US$20 millones en donativos de fundaciones hasta fines de 2015, la Campaña para Nuevos Estadounidenses (NAC, por sus siglas en inglés) busca usar avances tecnológicos, programas comunitarios y seminarios de gran escala para "acelerar" el camino a la ciudadanía, indica Geri Mannion, directora del Instituto Carnegie.
Según estudios recientes, los inmigrantes naturalizados tienen mayores ingresos que los que no son ciudadanos y son más propensos a convertirse en dueños de casa y a continuar sus estudios. Pero no todos quieren naturalizarse, ya sea por apego a sus países de origen, la aversión a los procesos burocráticos o el costo.
