Frente a los altos niveles de pérdidas de granos en la cosecha en la campaña actual, técnicos del INTA Manfredi realizaron una serie de recomendaciones para tratar de minimizarlas.
Para los expertos, con rindes que muestran valores por encima del promedio, es importante la regulación y el ajuste de la cosechadora para que ese rendimiento no se pierda en el terreno.
Con el 50 % ya cosechado, según el estudio, la campaña arroja algunos datos de alerta con pérdidas de granos promedio en cabezal de 109 kilogramos por hectárea.
"En estas mediciones, se puede ver que el 85% de las pérdidas se registran en el cabezal de la cosechadora y, entre las principales causas, se destacan la falta de mantenimiento en los órganos de la barra de corte y la mala regulación del molinete, fundamentalmente por estar trabajando sobre cultivos de muy buen porte", explica el documento.
Los técnicos indican que se debe estar preparado ante la probabilidad de que permanezcan las lluvias en algunas zonas donde quedan cultivos por cosechar para terminar el trabajo sin valores de pérdidas extremos.
"Ante estos indicadores de clima adverso para la cosecha, deberíamos poner en la balanza la opción de cosechar con unos puntos más de humedad. Si bien ocasiona un gasto el secado, reduciríamos las pérdidas por cabezal y bajaría el riesgo ante precipitaciones elevadas", señalan.
De todas las operaciones que realiza la cosechadora (corte, alimentación, trilla, separación, limpieza, almacenaje, descarga y desparramado de los residuos de cosecha), el corte es la más importante. "La barra de corte es el elemento principal del cabezal, ya que la planta de soja presenta una alta susceptibilidad al desgrane durante el momento de corte", subrayan. Agregan que "la baja altura de corte de los tallos fibrosos produce movimientos laterales y hacia adelante que ocasionan rozamiento entre plantas y pérdidas por desgrane y desprendimiento de vainas".
Es de relevancia invertir tiempo en la regulación de la máquina junto al contratista hasta minimizar las pérdidas y con la mayor velocidad de avance posible, sin exceder los siete kilómetros por hora.
La velocidad óptima de cosecha es otro factor clave para lograr disminuir los niveles de pérdidas por desgrane y vainas no captadas. El límite de velocidad está condicionado por el estado del cultivo, el sistema de corte y su estado.
Según el INTA, en soja las cuchillas necesitan un recambio al perder el dentado para poder lograr el corte sin deslizamiento. "La frecuencia de recambio de cuchillas varía entre las 900 y 1400 hectáreas. Es muy variable y depende de diversos factores: material y calidad de construcción de las secciones, la madurez y diámetro de los tallos de soja, el rastrojo del cultivo antecesor, la forma de trabajo del flexible en cuanto a la entrada de tierra, los hormigueros y cuevas de peludos que ocasionan el ingreso de tierra a la barra de corte y el tipo de suelo".
Las malezas presentan otro contratiempo considerable. El INTA plantea que se debe evitar la diseminación de semillas de malezas en los lotes por medio de cosechadoras.
Por ello, un punto importante es la limpieza de las cosechadoras. Para esto, los especialistas realizaron una serie de recomendaciones, entre otras, generar flujo de aire con una sopladora desde las zonas altas de la máquinas hacia las bajas, en máquinas convencionales limpiar adecuadamente el sacapajas (es común que queden adheridos inflorescencias), también el sistema de zarandas y destapar zonas de acumulación de semillas como los sinfines de retrilla y grano limpio.
También es conveniente destapar las norias de retrilla y grano limpio para poder eliminar las semillas y una vez realizadas las tareas de limpieza por flujo de aire se debe poner en funcionamiento la cosechadora (todos los sistemas), acelerar a régimen normal de trabajo, colocar variador de velocidad de ventilador al máximo, hacer funcionar sistema de descarga y revisar zonas críticas nuevamente.