Ya cumplieron dos meses las terneras cuatrillizas nacidas en Salta. Dada su curiosa y única condición de ser gemelas, son tratadas como mascotas por sus dueños, tienen cuidados especiales y duermen en un cuarto calefaccionado.
"Las tenemos monitoreadas, porque para mi abuelo son como nietos", dijo a LA NACION Tomás Olmedo, productor de un campo de Yatasto-Metán donde el 18 de julio pasado nacieron terneras cuatrillizas gemelas de la raza Braford. Olmedó agregó: "Por cuestión de amor las seguimos de cerca y cuidamos. Es un caso muy particular".
Se trató de la segunda parición de la madre de las cuatrillizas. No hubo inseminación artificial, sino que de forma natural por un toro. "El caso llamativo es que son gemelas, es decir, las cuatro son totalmente iguales entre sí", agregó Olmedo.
Las cuatro terneras fueron bautizadas como Amanda, Esperanza, Itatí y Ornella y para diferenciarlas se les colocó una cinta de color en una pata.
El productor contó que nunca antes habían tenido un caso de cuatro terneras gemelas. "Nos había pasado algún caso de mellizos, que se da por una súper ovulación cuando se insemina de forma artificial, pero de servicio natural y cuatro, nunca", aseguró.
De acuerdo a un trabajo de Guillermo Bavera, de la Universidad Nacional de Río Cuarto publicado en el sitio Producción Animal, "la frecuencia de partos triples en el ganado vacuno es sumamente baja, probablemente un caso cada 10.000 partos, y la incidencia de partos cuádruples y parto múltiples de mayor número son rarísimos". Por este motivo la singularidad de las terneras cuatrillizas gemelas es significativa.
Olmedo contó que fue un parto natural y que la madre no les dio leche a las terneras, porque no le alcanzaba debido a la cantidad de animales que tuvo. "También nos recomendaron que la madre no se les acercara, porque al ser tan chiquitas podía pisarlas, quebrarlas o incluso matarlas", afirmó. Las cuatrillizas nacieron con menos de 12 kilos cada uno, cuando el peso normal de una ternera es de entre 30 y 40 kilos.
Para su crecimiento les dieron sustituto lácteo y las mantienen en un cuarto con calefacción, donde duermen apartadas del resto del rodeo, que es de alrededor de 4000 vientres. Durante el día las sacan al aire libre.
Actualmente las terneras pesan entre 20 y 25 kilos. "Se van a quedar como mascotas del campo, por gusto y porque nos da orgullo", sostuvo Olmedo. Si bien a esta altura ya podrían estar con el resto de la hacienda, por el cuidado que les dedican están en un cuarto aparte cerca de la casa del encargado del campo.