Mientras el proceso de consolidación global de empresas de insumos, procesadores de alimentos o traders continúa, los productores buscan fortalecer su lobby para contrarrestar el desproporcionado poder de negociación de estos grupos económicos.
En Australia, la National Farmers Federation (NFF) es la entidad madre que nuclea a los productores y quien diseña junto al gobierno las políticas públicas para desarrollar y potenciar al sector. Con el propósito de mejorar su propio desempeño, la NFF realizó un análisis comparativo frente a otras entidades gremiales del mundo como la American Farm Bureau Federation y sus equivalentes de Canadá, Nueva Zelanda o Irlanda. Como el resultado del informe ubicó a la NFF en el sexto lugar de siete y además dejó en evidencia su déficit frente a otros lobbies locales como el minero e industrial, iniciaron una reestructuración interna con el objetivo de mejorar su posicionamiento gremial y así la competitividad de los productores.
En la Argentina, si bien la capacidad y talento de los productores para innovar y emprender son admirados en el mundo, en el plano gremial es una paradoja que todavía no hayan podido replicar ese mismo empuje e iniciativa para reinventarse y mejorar su peso relativo en la mesa del poder. Y mientras no empiecen por reconocer que su propia dirigencia es su talón de Aquiles, no podrán evitar seguir dejando dinero sobre la mesa.
Albert Einstein decía: "No pretendamos obtener resultados diferentes si seguimos haciendo lo mismo".
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