El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, recorrió localidades afectadas en Entre Ríos y en Santa Fe; dijo que se podría actualizar el monto que está sin cambios desde 2009 por $500 millones
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La dura sequía que atraviesa la producción agropecuaria y pone en riesgo el ingreso de divisas récord del campo proyectado para este año por el deterioro de las cosechas de soja y maíz ya inquieta al Gobierno.
El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, recorrió ayer campos de Entre Ríos y Santa Fe y se entrevistó con productores para evaluar el impacto de la falta de lluvias. También se reunió con los ministros de ambas provincias, Gustavo Bordet y Omar Perotti, respectivamente, con quienes evaluó la posibilidad de instrumentar medidas de ayuda a los afectados.
“Estamos trabajando en soluciones concretas para nuestros productores”, dijo Domínguez y explicó que el objetivo del diálogo con los mandatarios provinciales es “la actualización del fondo de emergencia agropecuaria, una necesidad y pedido histórico de los productores”.
Este fondo, establecido por ley, es de $500 millones, pero no se actualiza desde 2009. En marzo pasado, la Federación Agraria Argentina (FAA), que agrupa a pequeños y medianos productores, propuso actualizarlo y llevarlo a $12.000 millones. En el Congreso, el diputado Ricardo Buryaile (UCR-Formosa) presentó un proyecto de ley esta semana para actualizarlo en $6000 millones.
Domínguez dijo que el presidente Alberto Fernández está trabajando en el tema. “Me pidió que esté aquí, junto a nuestros productores; la decisión del Presidente y de los gobernadores es acompañar a los productores en este momento de incertidumbre, consecuencia de la sequía”, dijo el ministro de Agricultura en Entre Ríos.
En cuanto a las pérdidas productivas por la sequía, el funcionario dijo que todavía están en proceso de evaluación. En fuentes privadas, como la Bolsa de Comercio de Rosario, ya se calcula una pérdida del 14% de la cosecha de maíz y de un 11% de la de soja, respecto de lo proyectado a fines del año pasado.
La pérdida, que podría ser mayor en caso de que no lleguen las lluvias pronosticadas a partir de mañana, implica una caída en los ingresos por exportaciones de unos 2600 millones de dólares, el 10% de lo calculado por ventas externas del agro en 2022. A eso se suman las pérdidas en ganadería, por la escasez de forraje, y el deterioro en las economías regionales, como la yerba mate y la forestación en Misiones y en Corrientes.
En Entre Ríos, Domínguez se reunió con Bordet en la localidad de Lucas González, en el departamento de Nogoyá, donde también hablaron con productores de la cooperativa local “El Progreso”.
En Santa Fe se vio con Perotti en la ciudad de Rafaela y dialogó con productores de la comuna Presidente Roca. “El cambio climático y las consecuencias de la sequía vinieron para quedarse”, y destacó: “ante esta situación se precisa que tengamos también instrumentos de riego para los pequeños y medianos productores, con un financiamiento diferenciado, de adquisición directa, de la industria y la tecnología nacional”.
Los especialistas del sector privado advierten que esta sequía, de no revertirse la situación, puede ser similar a la de 2018, que provocó la pérdida de unos 30 millones de toneladas de granos y el deterioro de la liquidación de divisas por parte de la exportación que provocó la crisis cambiaria que golpeó al gobierno de Macri.
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