Entusiasta del campo y de la ganadería en particular, Julio César Colombo dejó una huella profunda en el sector de los consignatarios de hacienda.
Fallecido a los 68 años, Colombo se desempeñó como director de la legendaria casa Colombo y Magliano SA. Se trata de una de las principales firmas de consignación de hacienda para el Mercado de Liniers y remates.
Tercera generación de los fundadores de esa consignataria, desde los 18 empezó a despuntar como martillero.
Eso es lo que hizo en numerosos remates dados en la pampa húmeda y también en subastas realizadas en el norte.
En rigor, en la página web de Colombo y Magliano la empresa lo mencionaba, entre otras funciones, como "el martillero habitual en los remates de invernada, especialmente en la cuenca del Salado, el litoral y el noreste".
Con esa impronta hecha en el interior, en el contacto con lo profundo de la ganadería, Julio César Colombo se convirtió en una de las personalidades más reconocidas de esta casa consignataria.
Estaba casado con Amalia Solari y tenía tres hijas, Juliana, Florencia y María Laura. "Entusiasta entrañable de la familia, la empresa y el campo; su buen humor, don de gente y espíritu andariego que lo caracterizaban, nos deja una herida indeleble. Todos los que lo conocimos lo vamos a extrañar mucho". Con esa frase lo despidió la casa consignataria en un mensaje en las redes sociales.
Sus restos serán inhumados hoy, a las 11, en Memorial, ruta Panamericana km 47, ramal Pilar.