La siembra de soja de segunda después del trigo podría ser mejor que el maíz
Desde los 70, los freatímetros del INTA Marcos Juárez muestran que la suba de la napa freática hasta casi la superficie ha sido un proceso constante, atenuado solamente en series de años secos. Este fenómeno se agudizó en los últimos años lluviosos, en extensas zonas de la región pampeana donde incluso hubo inundaciones que causaron severos daños a la producción.
¿Cómo puede revertirse esta situación que afectó a un porcentaje importante de la región productiva?
Según algunos pronósticos, estaríamos en un año de transición, entre una fase anterior de años lluviosos tipo Niño, pasando a otra fase de años más secos. De cumplirse esto, se atenuaría el problema de las napas altas en el mediano plazo.
Pero ahora es necesario implementar estrategias para minimizar este problema a futuro, ya que la suba de la napa freática es un fenómeno de largo plazo.
¿Cuáles serían esas estrategias? En esta campaña, muchos productores sembraron trigo en siembra directa para tratar de secar las napas altas.
Esto se cumplió parcialmente y, además, obtuvieron gracias al riego subsuperficial provisto por la napa altísimos rindes que superan los récords históricos.
Hoy se disponen a realizar las siembras de segunda y la elección del cultivo es crucial para seguir profundizando la napa en las zonas más afectadas.
Según mi criterio, sembrar soja después del trigo y no maíz sería lo más apropiado para seguir bajando la napa. Porque el rastrojo del maíz reduce la evaporación de un suelo desnudo en alrededor de un 70% comparado con el 30% de la reducción del rastrojo de soja.
Esto se debe al mayor volumen y contenido celulósico del rastrojo de maíz. Por consiguiente, si se sembrara maíz, la menor evaporación posterior produciría una mayor recarga del perfil y una nueva suba de la napa, ante eventuales lluvias copiosas.
Si se cumpliera el pronóstico de años más secos, la siembra de soja en doble cultivo también sería una estrategia válida para minimizar el problema de las napas altas a largo plazo.
Además, hay que tener en cuenta que el período de la floración del maíz es muy susceptible al estrés hídrico ante eventuales sequías de ocurrencia impredecible.
Las napas altas abarcan zonas extensas, es decir, es un fenómeno de cuencas. Por eso, para que baje significativamente la napa en una zona muchos productores vecinos tendrían que sembrar soja de segunda.
El autor es consultor en temas agropecuarios
Luis Salado Navarro