Trabajadores de Lácteos Verónica, en Santa Fe, retienen tareas mientras señalan que la firma incumplió un acuerdo
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Apenas tres meses después de haber retomado la producción tras un acuerdo con el gremio, Lácteos Verónica, con plantas en Totoras, Lehmann y en Suardi, Santa Fe, volvió a quedar envuelta en un conflicto laboral. Desde ayer, los trabajadores iniciaron una retención de tareas ante el presunto incumplimiento en el pago de los salarios, una situación que volvió a paralizar su actividad. La firma posee unos 500 empleados.
Según dijeron desde el gremio Atilra, la medida se adoptó porque la empresa dejó de cumplir con los pagos semanales acordados en septiembre último, cuando se había destrabado un largo conflicto y se había reactivado la producción. “Si no les pagan, no trabajan”, resumieron desde la organización sindical.

El acuerdo firmado en Santa Fe establecía un esquema excepcional de pago semanal, los días viernes, que ya implicaba una irregularidad tolerada por los trabajadores para permitir la continuidad de la actividad. Sin embargo, desde hace al menos tres semanas esos pagos dejaron de realizarse y el acuerdo venció la semana pasada sin que la empresa cumpliera con los compromisos asumidos, dijeron. La compañía no respondió hasta el momento una consulta de LA NACION.
Además del atraso salarial, desde el sindicato indicaron que la empresa no paga aportes ni contribuciones ni tampoco la seguridad social. A eso se suma el incumplimiento de un compromiso para regularizar una deuda con la obra social, pese a que existía un embargo vigente. “No cumplieron con nada de lo pactado”, señalaron.
Desde el gremio aseguraron que la medida tiene respaldo legal y no puede equipararse a una huelga. Según detallaron, la retención de tareas se apoya en el principio de “excepción de incumplimiento”, previsto en el Código Civil y Comercial y aplicable también al derecho laboral.
“En un contrato bilateral, cuando una de las partes no cumple con sus obligaciones, no puede exigirle a la otra que cumpla con las suyas. Y, por supuesto, la otra parte no está obligada a hacerlo frente a ese incumplimiento inicial”, explicaron.
Remarcaron que en el derecho laboral esta figura se conoce como retención de tareas y se diferencia de una huelga. “Aunque sea una medida colectiva de no trabajar, no es una huelga. Acá no se puede aplicar conciliación obligatoria ni ninguna otra herramienta similar, porque no se puede obligar a un trabajador a prestar tareas cuando no le pagaron el salario”, señalaron. “Es una cuestión jurídica, pero también de sentido común”, señalaron desde la organización sindical.
El nuevo conflicto se da en un contexto financiero extremadamente delicado. Cuando presentó el Procedimiento Preventivo de Crisis, la empresa había explicado que atravesaba una fuerte caída en su nivel de actividad: pasó de producir unos 800.000 litros diarios a apenas 180.000, lo que generó una elevada capacidad ociosa que impactó de manera directa en sus finanzas. En ese marco, la compañía llegó incluso a vender su inmueble central y a tomar decisiones drásticas sobre su estructura, con el objetivo de sostener la operación y evitar el cierre.
En ese marco, Lácteos Verónica acumula hasta ahora 3698 cheques devueltos por $13.231.924.644,93 por falta de fondos, según la Central de Deudores del Banco Central (BCRA). La magnitud de ese pasivo expone la profundidad de la crisis que atraviesa una de las empresas lácteas más tradicionales del país, graficaron en el sector.
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