Vicentin. En busca de una salida del laberinto en el que entró Fernández

¿Alberto Fernández dio marcha atrás con la expropiación de Vicentin, más allá de la intervención consumada? ¿Se puede leer eso luego de la frase del gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, respecto de que el Presidente está dispuesto a escuchar "alternativas superadoras"?

La mención del mandatario provincial a que el objetivo del jefe de Estado es "el rescate" de la cerealera con una deuda declarada de casi $100.000 millones deja traslucir que el Gobierno no es concluyente sobre un abandono de la expropiación, pese a la reunión con el CEO de la empresa Sergio Nardelli, pero le baja la tensión al conflicto que se generó por esa idea de quedarse con la compañía. Un "rescate" que no dice todo: que pese al concurso una parte de la firma está en marcha trabajando igual con contratos a fasón para otras empresas.

Lo que queda en evidencia es el laberinto en el que se metió el jefe de Estado. Un laberinto que tiene caminos que vuelven a cruzarse y que se estaban recorriendo antes de la medida oficial.

Como dato duro, Perotti estuvo sentado con Fernández y Vicentin porque la empresa, la cuarta exportadora de granos y subproductos del país, es oriunda de Avellaneda, de Santa Fe. Pero no solo por eso. Antes del embate del Gobierno contra la compañía, la cerealera ya había tenido contactos con el gobernador y con otro actor que el mismo Perotti mencionó: YPF Agro.

Con esa división de la petrolera estatal, a la que Fernández eligió para que manejara a Vicentin después de la expropiación, la cerealera precisamente ya había explorado algún tipo de esquema de traspaso de activos. Contactos que la firma de Avellaneda había conversado incluso con otros interesados.

La vía de una negociación amigable quedó rota cuando Fernández impuso que el control sea vía la expropiación. Perotti dijo que la exportadora se verá de nuevo justamente con YPF Agro, además de los interventores designados, con el objetivo de dialogar. En rigor, una vuelta a algo que se estaba conversando.

Casi en simultáneo a las palabras que pronunciaba Perotti en la puerta de Olivos, desde esa unidad de negocios agro de la petrolera se enteraban que tenían que volver a conversar con la exportadora. En el mercado destacan que YPF Agro viene en franca expansión en diversas regiones del país y ganando mercado con fertilizantes, semillas, además de los combustibles para el campo y le puede resultar oportuno el nexo con una exportadora neta como Vicentin, la cuarta del mercado sumados diferentes granos y subproductos y con más de US$4200 millones de ventas en general.

El interés político de Fernández que sea con YPF Agro la negociación rememora algo del kircherismo cuando Néstor Kirchner impulsó el ingreso de la familia Eskenazi: que cualquier asociación, alianza, quede reservada para el capital local.

Para Santa Fe, que lidió hace dos años con la crisis de SanCor que llevó a esta cooperativa a desprenderse de activos, la resolución del caso de la cerealera le representa todo un desafío a Perotti, que pasó de estar ausente de la mesa donde se hizo pública la expropiación a tener ahora un rol más como de facilitador. En esa provincia hay muchas cooperativas y, de hecho, en el seno del mismo gobierno de Perotti se estaba apuntando a que Vicentin también se apoyara en algunas cooperativas. Esta vía también parece cobrar vigor de nuevo.

Del lado de la empresa, que accedió a que el subinterventor Luciano Zarich ingresara a sus oficinas en Avellaneda, en parte se cumplió un objetivo: volver a la situación del viernes pasado, esto es antes del anuncio de expropiación del lunes último. Aunque no despejada todavía la expropiación, salvo que se den las "alternativas superadoras" que busca el jefe de Estado, al menos vuelve al ruedo de una negociación, si bien con la empresa candidata del Gobierno. En el fondo, los caminos del laberinto se vuelve a cruzar.