
Historia de un cluster
Cómo aumentar la competitividad exportadora en las manufacturas
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Las pequeñas y medianas industrias (pymis) son más competitivas, más productivas, más rentables y tienen más posibilidades de exportar de forma sustentable si se encuentran territorial y sectorialmente aglomeradas, conformando lo que la bibliografía económica llama clusters.
Algunos casos testigos: el departamento de Belgrano (Santa Fe, de 40.000 habitantes) concentra el 30% de la producción de sembradoras, pulverizadoras, tolvas, cosechadoras y tractores del país. En Esperanza (Las Colonias, Santa Fe), el desempleo es prácticamente nulo: el 90% de los casi 100 talleres fabricantes de muebles de madera maciza está en plena actividad. El 80% de las industrias radicadas en Rafaela (Castellanos, Santa Fe) tiene menos de 10 empleados. Este municipio exportó en 2003 por 108 millones de dólares, a un promedio de 2148 dólares la tonelada, respecto de los 274 dólares del promedio nacional.
Entre 1994 y 2000, las pymis localizadas en clusters se desempeñaron mucho mejor que las que trabajaron en forma aislada. En ese período, la ocupación de toda la industria cayó un 20%, pero en los clusters no varió, con lo que radicarse cerca de colegas complementarios (e incluso competidores) de la misma cadena productiva aseguró una mayor inmunidad ante la presión impuesta por la apertura comercial y la globalización.
Estos datos, relevados por el Observatorio Pymis de la Unión Industrial Argentina (UIA) en una investigación a cargo de la sede local de la Universidad de Bologna, adquieren hoy una mayor relevancia: "Si las pymis aglomeradas tuvieron un mejor desempeño que las aisladas entre 1994 y 2000, en un entorno hostil -con precios relativos muy malos, feroz competencia externa y falta de crédito-, hoy, con un entorno más amigable, ese desempeño se potencia", señaló a LA NACION Vicente Donato, vicedirector de la Universidad de Bologna en la Argentina. El informe barrió 5052 territorios industriales en 467 departamentos y concluyó en que la Argentina tiene 717 complejos productivos, de los cuales 98 son clusters. "Es geografía económica pura a partir de la que se puede empezar a trabajar inteligentemente", sostuvo Donato.
Los productos del pescado; cuero, calzado y marroquinería; maquinaria y equipos; indumentaria; vinos y conservas de fruta y verdura; autos y sus partes; caucho y plásticos, y muebles, entre otros, son algunos de los sectores presentes -cada uno- en no más de 15 departamentos y distritos provinciales en todo el país, conformando células industriales que concentran más del 30% de la oferta nacional de su rubro.
Estructura
"Los clusters son espacios donde pequeñas empresas manufactureras independientes, pero vertical y horizontalmente integradas (con proveedores de insumos, servicios, materias primas), articuladas entre sí y con otras de mayor tamaño y especializadas en un eslabón de la cadena productiva, generan ventajas competitivas respecto de las empresas que actúan aisladamente por el mecanismo de rendimientos crecientes de escala", explicó Donato.
Esto significa que las firmas aglomeradas obtienen ventajas derivadas de la relativa abundancia de mano de obra especializada y de los proveedores de ese sector en un lugar determinado, de la mayor y más veloz circulación de información técnica y comercial entre las empresas, y del conocimiento que los potenciales clientes tienen del distrito.
En un escenario ideal, todos los recursos (financieros, de infraestructura, de servicios y de educación, entre otros) serían relativamente accesibles geográfica y económicamente para las empresas que comparten este microclima.
Para Federico Cerimedo, integrante del Grupo de Investigación Económica (GIE) del Ministerio de Economía de la provincia de Buenos Aires, "el desarrollo de estos complejos productivos está muy relacionado con la ventaja comparativa que brinda la disponibilidad de las materias primas. Así nacieron los principales clusters de la provincia: el oleaginoso, el petroquímico y el trigo-harinero".
Cerimedo indicó que "en la medida en que empresas de actividades industriales interrelacionadas puedan ganar escala y especialización en conjunto se insertarán mejor en el exterior. Históricamente, la Argentina tuvo los recursos, pero le faltó y aún le falta desarrollar las últimas etapas productivas, y por eso son importantes los complejos productivos".
Pensar en forma global y actuar localmente rige la dinámica de estos clusters. Pero el rol de las políticas públicas (municipales, departamentales o, a lo sumo, provinciales) es limitado. "Los clusters nacen de forma espontánea. Es muy difícil crearlos de la nada. Son una respuesta espontánea y automática a razones de localización, que parten de ventajas iniciales y de la profundización de éstas", añadió Donato, y agregó que "las políticas sólo deben descubrir los clusters, conocer su competitividad y hacer todo por promocionarlos en el exterior". Hasta aquí, el papel de las administraciones sería el de aprovechar las vocaciones productivas regionales y recrear lo que existía en la Argentina manufacturera antes de la "década industrial perdida" de los 90.
Sobre la intervención
¿Cómo generar estos entornos competitivos? "Lo ideal sería no planificar ni caer en la centralización paternalista o en el intervencionismo, sino generar incentivos horizontales, sin planificar el desarrollo, con financiamiento, capacitación de mano de obra, promoción comercial y obras de infraestructura", resumió el responsable de Comercio Exterior de la Sepyme, Gustavo Svarzman.
Santa Fe es una de las provincias que mejor están reflejando este fenómeno. "El tema está instalado en el área de Industria del Ministerio de la Producción. Se están relevando todos los eslabones para trabajar con las cadenas de calor y con grupos de exportación. Somos la única provincia con una ley provincial de consorcios y la que más grupos tiene", explicó Germán Bürcher, subsecretario provincial de Comercio Exterior.
Un caso de cluster exportador lo conforma el de la maquinaria agrícola y sus partes, que abarca los departamentos santafecinos de Las Parejas y Armstrong, donde funciona el consorcio exportador Grupo Con-Sur, formado por Cinal For, Erca, Crucianelli, Ombu y D´Ascanio.
"En 1998 fundamos el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico Regional (Cideter) para reconvertir a las pymes de máquinas y agropartes. Hoy asistimos en Santa Fe y Córdoba a 217 de los 655 fabricantes que hay en todo el país. Lanzamos una programa de internacionalización -Maquinagros, un portal en Internet exclusivo para las empresas del que participan 51 firmas-, vamos a ferias y misiones, y asesoramos en investigación y desarrollo para adaptar los equipos a los mercados de exportación", destacó María Isabel Borghi, coordinadora del Cideter.
Por su parte, Carlos Correa, coordinador del Grupo Exportador de Muebles de Esperanza, también en Santa Fe, quiere hacer lo propio en su comuna, importando el modelo italiano de los distritos industriales del mueble. "En Udine, 11 municipios concentran 250 fábricas. Compiten y se matan con los precios, pero lograron una especialización en cada parte del proceso, que es lo que nos falta", señaló.
En Esperanza, los talleres se están integrando en la compra y venta (incluso al exterior) en conjunto. Pero el concepto de cluster todavía es lejano porque la mano de obra especializada no abunda ("tenemos problemas para conseguir lijadores y lustradores", dijo Correa) y no se logró una integración con la industria del herraje, cuyo referente es Rafaela. "Es un resabio de una década de fuerte importación que devastó a los pequeños talleres metalúrgicos de Rafaela, que está a 40 minutos y podría ser nuestra fuente de materia prima. Si todo sigue estable, los muebles de Esperanza pueden despertar el potencial dormido de los talleres de Rafaela, y así aumentar las exportaciones regionales."
Para Vicente Donato "los clusters son, sin dudas, la única manera de crecer, porque la competitividad internacional hace que primen los rendimientos crecientes de escala. Y es un hecho demostrado que eso se logra en las aglomeraciones sectoriales y territoriales, un comportamiento natural de las pymis que las políticas públicas deben detectar".




