La Argentina y Brasil: qué se puede esperar para este 2017

El comienzo de un nuevo año renueva toda clase de esperanzas en todos los sentidos de la vida. Como seres humanos, muchos hacen una lista sobre lo que no pueden dejar de hacer en los próximos 12 meses y, como también sucede todos los años, generalmente se cumple poco y nada de lo que dice esa lista; es más: de hecho, muchas veces siquiera se vuelve a leer la lista después de escribirla. Traté de pensar qué lista armaría si fuera el responsable de cuidar la relación entre la Argentina y Brasil para este año, y en realidad creo que sería la misma lista que los responsables del comercio exterior con Brasil deben de estar escribiendo desde hace años, pero que no leen y ni se esfuerzan en cumplir.

Por ejemplo, escribiría:

1. Equilibrar la balanza comercial para que no tengamos tanto déficit

2. Conseguir alguna vez volver a tener superávit comercial.

3. Aumentar la cantidad de empresas exportadoras a Brasil.

4. Aumentar la participación argentina en las importaciones brasileñas.

5. Facilitar el comercio entre los dos (pero no mucho, por las dudas de que eso me complique los ítems 1 y 2).

6. Negociar que Brasil respete los artículos 1 y 7 del Tratado de Asunción y que no nos trate como iguales con terceros mercados cuando somos socios del Mercosur.

Luego de escribir la lista podría concluir que, analizando los números de la balanza comercial de 2016, el superávit fue para Brasil. De nuevo. Ellos nos vendieron US$ 4.333.176.107 más de lo que nosotros les vendimos a ellos. Éste fue el tercer resultado comercial de los mejores entre ambos países desde 2000. La suma de las exportaciones entre los dos países (a los dos países) fue de US$ 22.502.163.727 y representa el peor resultado desde 2006 (analizando desde 2000 es el séptimo entres los peores resultados en 17 años). Futbolísticamente hablando (algo que en ambos países gusta tanto), Brasil nos gana por nueve a uno.

Desde 2000, la Argentina tuvo superávits por US$ 4300 millones y Brasil, por US$ 40.640 millones. Significa que Brasil acumuló un superávit comercial en 17 años de US$ 36.340 millones (de la suma total de US$ 44.940 millones, Brasil se quedó con nueve partes y nosotros, apenas con una).

De todo lo que Brasil importó durante 2016 (US$ 137.552 millones), las compras a la Argentina representaron sólo el 6,6% (US$ 9084 millones). Y aún más: en los últimos 17 años perdimos la mitad del mercado que llegamos a tener en Brasil (en 2000, la Argentina representaba el 12,25% de todo lo que Brasil importaba del mundo). Si aún tuviéramos ese 12,25% del mercado de importación brasileño, exportaríamos US$ 16.840 millones y podríamos haber tenido un superávit comercial de US$ 3400 millones en 2016.

Como dije anteriormente, la Argentina le exportó a Brasil US$ 9084 millones en 2016, que representan un 11,67% menos que lo exportado en 2015, pero eso por sí solo no es una mala noticia (o no es tan mala), porque las importaciones brasileñas en general cayeron el 19,77% respecto de 2015 (sumaron US$ 137.552 millones en 2016). O sea, la Argentina tuvo un desempeño mejor que el promedio de países (aunque también bajó las exportaciones respecto del año anterior).

Hay una gran diferencia en la agregación de valor de los 10 principales productos exportados por ambos países: de los 10 principales productos exportados por la Argentina hacia Brasil, seis son del sector automotor y los otros cuatro, del sector primario (trigo, malta, maíz y papa); de los 10 principales productos exportados por Brasil hacia la Argentina, nueve son del sector automotor.

Los primeros 100 productos exportados por Brasil representan el 69,63% de todos los productos exportados hacia la Argentina, en tanto que los primeros 100 productos exportados por la Argentina representan el 87,96% del total exportado a Brasil. Esto nos demuestra que la oferta exportable brasileña es mayor en cantidad de productos que la argentina.

Los principales productos que más han crecido en participación de las exportaciones brasileñas a la Argentina fueron industriales, en tanto que la Argentina continúa concentrando gran parte de su exportación a Brasil en productos primarios.

Volviendo a la lista de tareas y deseos para estos 365 días, para poder cumplir los puntos 1 y 2 necesitaremos cambiar la agregación de valor de los productos que exportamos a Brasil o recuperar más espacio en las importaciones brasileñas en general. Para aumentar las exportaciones argentinas en general necesitamos mejorar la competitividad de nuestros productos, y para esto sería facilista pensar que con desvalorizar el peso será suficiente. Se puede mejorar la productividad sin tocar el tipo de cambio.

Queda claro que no podremos alterar la realidad de la balanza comercial cerrando nuestras importaciones. Aumentar la cantidad de empresas exportadoras a Brasil (punto 3) se puede conseguir divulgando información sobre cómo negociar con los empresarios brasileños y con mucha capacitación, sobre todo de las pymes argentinas. Brasil es un mercado complicado, pero no es un mercado en el que sea imposible ingresar.

Los puntos 4, 5 y 6 están relacionados y se pueden conseguir apenas haciendo cumplir los mencionados artículos del Tratado de Asunción, entre otras acciones a realizar.

Es necesario facilitar la homologación automática de productos fabricados en un país y exportados al otro. Esta situación está contemplado en el artículo 1 del Tratado de Asunción, en donde un producto registrado por autoridades argentinas "debería estar" automáticamente registrado en Brasil. Ese artículo dice entre otras cosas que se debe asegurar "la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países, a través, entre otros, de la eliminación de los derechos aduaneros y restricciones no arancelarias a la circulación de mercaderías y de cualquier otra medida equivalente".

Hacer cumplir este artículo permitiría disminuir en dos años el tiempo para poder exportar un producto que requiera homologación de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) o el Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento (MAPA), por ejemplo. En este momento, en Brasil hay demanda de hongos argentinos y en nuestro país hay producción y precio competitivos para exportar a Brasil. Pero para hacerlo el importador de Brasil debe registrar el producto y hay dos inspectores en el Ministerio de Agricultura para 300 procesos en lista de espera...

Una igualdad fundamental

La segunda cuestión, y estimo la más importante, es solicitar de una vez por todas la igualdad tributaria para productos fabricados en los Estados parte, como lo indica claramente el artículo 7 del Tratado de Asunción, siendo que una autoparte argentina paga el 18% de Pis y Cofins (dos contribuciones sociales) y el mismo producto fabricado en Brasil paga apenas el 9,25%. El artículo 7 dice: "En materia de impuestos, tasas y otros gravámenes internos, los productos originarios del territorio de un Estado parte gozarán, en los otros Estados partes, del mismo tratamiento que se aplique al producto nacional".

Con estas dos medidas, estaremos en condiciones de poder exportar los productos que requieren registros específicos y de volver a tener competitividad en productos de gran demanda en Brasil, como las autopartes (no obstante esto se da en la mayoría del universo de productos que Brasil importa).

Por otra parte, podemos esperar un 2017 de inflexión y crecimiento para la economía brasileña. Que Brasil crezca es de por sí una excelente noticia para la industria argentina, pero esto por sí solo no basta para que aprovechemos este crecimiento vendiéndole más a nuestro socio comercial.

Si hacemos nuestra tarea para el hogar (mejoramos nuestra oferta exportable, aumentamos nuestra competitividad y preparamos mejor nuestros exportadores), a fin de este año podremos ver cómo es posible cumplir con los objetivos trazados en nuestra lista de deseos. De lo contrario, tendremos que seguir esperando...

Socio director de Center Groupy profesor de la Universidad Paulista