
Veleros que navegan a otros mercados
Unidades de lujo y para usos deportivos se arman en Quilmes y enfilan para el Viejo Continente
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Un lugar donde se acortan las distancias entre el aprendizaje y la salida laboral, donde se desvanece la línea que divide a alumnos y profesores, porque juntos han logrado que la realidad supere con creces a la utopía inicial.
Se trata de Pro-Yacht, un emprendimiento gestado en la Universidad Nacional de Quilmes, donde se diseñan, construyen y exportan veleros deportivos y cruceros, que ya se han ganado el reconocimiento de los principales diseñadores y productores navales del mundo, además de numerosos premios internacionales.
Los números son más que elocuentes. En los últimos años, la empresa facturó más de US$ 300.000 por la venta de veinte veleros, nueve de los cuales partieron a Chile, Brasil y España.
"La exportación surgió en principio a un nivel deportivo. Los barcos corrían en distintas competencias internacionales y quedaban vendidos en el exterior. Recién a fines de 2000 se creó Pro-Yacht Quilmes, y comenzó la verdadera comercialización del astillero", explicó Agustín Eujanian, docente de la universidad y presidente de la firma, que además cuenta con el asesoramiento de otra empresa universitaria, la consultora de comercio exterior Pro-Exportar.
El proyecto está conformado por docentes y estudiantes de Arquitectura Naval, carrera que la universidad introdujo hace más de ocho años con el apoyo del prestigioso diseñador Germán Frers. Esta especialidad es única en el país y en América latina y hoy cuenta con 150 alumnos regulares y más de 60 egresados; muchos fueron contratados para trabajar en Europa.
El astillero donde se construyen los veleros está ubicado en las antiguas instalaciones de YPF en Florencio Varela, que comparte con la Universidad Nacional de La Plata, y emplea a 30 personas, entre graduados, alumnos y pasantes.
Los modelos de veleros que se están comercializando son el Quantum 26, el Quantum 29 y el Quantum 34 Magic (recientemente lanzado), con diseño del ingeniero Javier Soto Acébal, también profesor de la universidad. Se trata de barcos confortables, rápidos y de bajo costo de mantenimiento, creados para satisfacer tanto las necesidades de cruceristas como de experimentados regatistas. Los valores oscilan entre US$ 16.500 (el Quantum 26, cuyo precio no incluye las velas, instrumentos ni el motor) y 41.000 dólares (Quantum 34 Magic).
Recuperar el prestigio
"Hasta ahora no tenemos competencia exportable en el segmento de veleros. Pero la importancia del programa supera a lo meramente comercial: estamos tratando de abrir el camino para que los demás lo sigan, y es una forma de crear nuevas fuentes de trabajo para nuestros egresados", afirmó el secretario académico de la carrera de Arquitectura Naval de la Universidad de Quilmes, y encargado del grupo de diseño del proyecto, el arquitecto Lucas Suar.
"Nuestro principal mercado externo es España, donde incluso tenemos representación comercial y técnica. Apuntamos sobre todo a Europa porque sabemos lo que hay y estamos por encima en calidad en muchos de los productos", sostuvo Agustín Eujanian, y agregó: "Queremos mantener abiertas todas las posibilidades. Estamos recibiendo propuestas concretas de Estados Unidos y de Uruguay, pero nuestro principal objetivo en América latina es fortalecernos en Chile y Brasil, donde prácticamente no hay astilleros que fabriquen este tipo de embarcaciones".
Con este horizonte por delante, se están ultimando detalles para participar en la Semana Internacional de Ilha Bella, que se realizará en San Sebastián, Brasil, en julio, donde Pro-Yacht espera competir con el Quantum 29 y presentarlo oficialmente para su comercialización en ese país.
Pero la meta final es mucho más pretenciosa que cualquier otra que les haya tocado atravesar. "Ya demostramos que somos competitivos en cuanto a precio y calidad. Ahora buscamos posicionar nuestra marca en el ámbito mundial, y recuperar definitivamente la confianza internacional y el prestigio de los astilleros argentinos", afirmó Eujanian. Y no van por mal camino.





