Cómo hacer que la Argentina sea sexy en lo financiero
-¿Qué significa que un país sea sexy financieramente?
-Muy interesante la analogía. Así como una pareja encuentra puntos en común que los atraen mutuamente, lo mismo sucede con inversores y países. Los inversores buscan rendimientos y los países necesitan capital. Entendiendo el concepto de país o Estado como una ficción política con un alcance geográfico que permite emitir moneda, dictar y hacer cumplir leyes y cobrar impuestos, y dada una normalidad respecto de estas tres dimensiones, un país financieramente sexy es un país con perspectivas de crecimiento.
-¿La Argentina es sexy?
-Se está volviendo sexy. Si bien estuvo aislada de los mercados internacionales durante bastante tiempo, los inversores le están prestando más atención a partir de la posible normalización de la economía. La batalla contra la inflación y la estabilidad jurídica se conjugan con perspectivas de crecimiento que le dan atractivo. Siendo que la riqueza acumulada es una combinación de nivel de ahorro y de rendimiento de este, el bajo nivel de rendimiento en las economías desarrolladas (casi nulo, sobre todo en bonos) implica que el esfuerzo de ahorro (sacrificio de consumo) para mantener la riqueza debe ser mayor. Y es ahí donde economías como la argentina se vuelven atractivas por sus rendimientos. La posible categorización, en 2018, de mercado emergente desde la caracterización de mercado de frontera, abre la puerta a que inversores institucionales -que tienen limitado por estatuto ciertas inversiones- puedan adquirir activos argentinos, lo que requiere también de un mercado local de capitales que esté a la altura, en cuanto a costos de transacción y regulaciones.
-¿Los impuestos atraenmás inversiones?
-Obvio que no, salvo que redunden en mejores prestaciones (difícil). Los impuestos equivalen a las "expensas" o gastos comunes que hay que pagar por vivir en este consorcio llamado República Argentina en sus niveles nacional, provincial y municipal. Dado los precios de venta de bienes y servicios, mientras más altas sean las expensas, menos renta queda para distribuir entre capital humano y financiero, lo que obviamente desestimula la inversión. Si para intentar compensar se suben los precios, eso requiere que se proteja con aranceles o prohibiciones que cierran y limitan la economía solamente al mercado interno. Y, siendo este mercado pequeño en nuestro caso (la economía argentina representa el 0,7% del PBI mundial y la población del país representa el 0,6% de las personas que hay en el planeta, según datos de 2016), se dificultan las economías de escala necesarias para ser competitivos y atraer inversiones.
Director del Departamento de Finanzasde la Universidad del CEMA