Crece la revolución de los aviones
Desde diciembre de 2015 cambió para siempre el transporte aéreo argentino. Empezamos desde el primer día a poner en marcha el ambicioso plan llamado "la revolución de los aviones", para que volar sea una posibilidad de todos los argentinos. Y hoy, ciertamente, vuelan muchos más argentinos. Este año se subieron a un avión 7,5 millones de personas más que en 2015.
Las cifras son impresionantes, pero detrás de ellas hay historias. Historias con nombres y apellidos. Hace no mucho era impensado para alguien que vive en Córdoba que podía ir en avión directo a Mar del Plata. Tenía que pasar sí o sí por Buenos Aires. Para un correntino era inimaginable que un pasaje de avión le iba a costar hasta un 80% menos de lo que valía hace tres años, y por eso en agosto se multiplicó por dos la cantidad de pasajeros en el aeropuerto de esa provincia en solo un año. Hoy son cientos de miles las personas que se suben por primera vez a un avión. Es emocionante ver los temores y las ilusiones de ese abuelo de 80 años que por primera vez en su vida cumple el sueño de volar. Y serán cada día más.
Durante 12 años ninguna nueva empresa desembarcó en el país, y en pocas semanas ya serán cuatro las firmas que se sumaron: Avianca y FlyBondi, que ya operan, y LASA y Norwegian, que comenzarán en breve. Hay más pilotos, más tripulantes de cabina, más mecánicos, más gente trabajando en los comercios de los aeropuertos y más remises y taxis. Hay más turismo , lógico, porque el avión genera el interés de los viajeros locales y extranjeros.
Hoy los argentinos estamos más conectados que nunca. Y para eso hicimos inversiones millonarias: solo en 2019 destinaremos $25.000 millones a la construcción de aeropuertos y tecnología aérea. Nunca en la historia de invirtió tanta plata. Ya se finalizaron 20 obras y hoy hay nuevas edificaciones en Ezeiza, Aeroparque, Iguazú, Comodoro Rivadavia, Bariloche, San Fernando, Formosa, Salta, Jujuy y Mar del Plata.
Hay nuevas pistas, nuevas torres de control, nueva tecnología y nuevas terminales, que a medida que se inauguren serán un orgullo para los argentinos. En el aeropuerto de Bariloche, por ejemplo, de 2005 a 2015 se pasó de 596.000 a 844.000 pasajeros. Este año van a ser 1,5 millones. En los últimos tres años crecieron al doble respecto de aquellos 10. Y en los próximos años se va a duplicar nuevamente esa cifra.
En esa línea de crecimiento enmarcamos a Aerolíneas Argentinas, que transporta hoy casi 30% más de pasajeros que en 2015; tiene 39 nuevas rutas que no existían hace tres años (y 37 de ellas conectan de forma directa a las provincias entre sí o con el exterior). Posee una flota de 84 aviones, de los cuales 23 son nuevos (entre ellos, los modernos Boeing Max), y se ha consolidado como una de las líneas aéreas más puntuales de América Latina. Decían que con las low cost iba a desaparecer, pero ocurrió totalmente lo contrario.
Lamentablemente, advertimos que hay gente que no quiere que esto suceda. ¿Por qué? Difícil entenderlo. Se trata de un grupo minoritario que, paradójicamente, dice defender los intereses de los trabajadores, pero no está dispuesto a resignar históricos privilegios. Y por eso hay pasajeros que se quedan varados sin previo aviso. Son rehenes de una metodología injusta. Porque el sector aerocomercial sigue y seguirá creciendo. Hoy tenemos el pedido de 254 nuevas rutas de cabotaje y 538 internacionales. No se trata de una promesa. La revolución de los aviones ya está ocurriendo.
Ministro de Transporte de la Nación
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