Diferentes grados de riesgo
Los españoles Santander Central Hispano (BSCH) y Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), la italiana Banca Nazionale del Lavoro (BNL) y estadounidense Fleet Boston son los grupos financieros internacionales que enfrentan el mayor costo potencial por la crisis argentina, teniendo en cuenta el peso que su apuesta local de negocios tiene para su estructura internacional.
En todos los casos, la delicada situación política y económica local le puede costar entre el 4 y el 11% de sus patrimonios, según cuantificó un relevamiento de la agencia de evaluación crediticia internacional, Standard & Poor´s sobre la base de los datos que cada una de las entidades presentó en sus balances al 30 de septiembre último.
Los grupos en cuestión controlan cuatro de los diez bancos privados más importantes de la Argentina (el Río, el Francés, la BNL y el BankBoston, respectivamente) y captaron el 25% de los depósitos y créditos del sistema local.
De allí que de la manera en que enfrenten la crisis y de la ecuación de costos y beneficios que supone esta situación para su estrategia global dependerán los próximos pasos que darán en el país.
Por lo pronto, la única entidad que salió a confirmar sin dobleces su presencia en la Argentina fue el BBVA, tras reafirmar que su compromiso con el país es "estratégico", mediante un comunicado en el que además adelantó un solitario apoyo al plan de medidas adoptado por el gobierno de Eduardo Duhalde, sobre el que dijo que "puede permitir un crecimiento sostenido" del país. En el caso de sus colegas del SCH, el tema parece estar bajo constante análisis.
Ocurre que, si bien la entidad también desmintió en su momento que siquiera se estudie la posibilidad de levantar sus inversiones en el país -al salir al cruce de los conceptos lanzados por un analista madrileño de la propia evaluadora de riesgo Standard & Poor´s.
Esgrimió como prueba contundente la reciente adquisición del 18,54 por ciento del paquete accionario del Banco Río que le restaba controlar; lo dicho esta semana por su titular, Emilio Botín, en España volvió a despertar dudas.
Botín advirtió de manera explícita que la presencia en la Argentina del banco "está sujeta a la certeza de poder seguir desarrollando nuestra actividad dentro de un sistema financiero viable y rentable" y alertó que si les tocara perder dinero y los accionistas lo criticaran por ello "no tardarían en enmendar el error".
Con todo, los especialistas advierten que el cálculo que determina el verdadero costo de una decisión semejante no puede medirse en términos de balance.
"Levantar el negocio e irse no es simple. Hay un daño enorme en la reputación de una entidad que desarrolló una licencia fuerte en toda la región y que, a la hora de las evaluaciones, también se tiene en cuenta", indicó al respecto un reconocido banquero local.
Sin muchas dudas
En este sentido es que la continuidad de los negocios de los bancos españoles en el país se da por descontada, más allá de los vaivenes y el juego de presiones que pueda haberse abierto al respecto en medio de las negociaciones sobre la pesificación parcial o total de los pasivos (depósitos) y activos (préstamos) de las entidades y el debate sobre a quién corresponde cargarle el precio de esta decisión.
En el caso del FleetBoston, la evaluación es más compleja. De hecho, se trata de un grupo financiero de tradición localista.
Fleet, sólo a partir de la compra del Boston, conoció las operaciones fuera del territorio de los Estados Unidos, lo que lo llevó a mantener la marca aquí y en Brasil.
En la semana última la entidad también debió desmentir su probable alejamiento del país, tras un artículo publicado en The Wall Street Journal en el que se admitía que la alternativa de una desinversión estaba en estudio.
Pero en el sistema financiero local no son pocos los que creen que la crisis apurará una definición al respecto, teniendo en cuenta que el Fleet habría decidido en su momento mantener la apuesta regional de su absorbido, el BankBoston, por los réditos que le aseguraba.
En el caso de la Banca Nazionale del Lavoro (BNL), el mejor reaseguro de su presencia local es la afinidad que han logrado y el deseo de no apurar decisiones estratégicas, habida cuenta de que la banca italiana tiene un largo camino que recorrer en el Viejo Continente al respecto, según evalúan quienes analizan la evolución del mercado bancario europeo.
En este sentido, se cree que la revisión de los negocios locales puede traer novedades en el rango de entidades para las que desarmar la inversión tenga decididamente un costo muy inferior al de seguir en el país.
La partida parece por lo tanto mucho más factible entre algunas entidades extranjeras que localmente tienen menor porte o no desarrollaron licencias en la región que pudieran lesionar su reputación en mercados vecinos, aunque no son sólo ésos los puntos que se analizan.