Dólar, tasas, EE.UU. y Brasil, claves para definir la tendencia del mercado en junio
Junio va mucho más allá de cerrar el primer semestre del año calendario. Para los inversores será un punto de inflexión que podrá ayudar a definir la tendencia de los próximos meses; o desde otra visión, a pensar si el piso de la corrección ya se observó, o no. Una expectativa quizás ambiciosa, pero que se desprende, de temas que deberán encontrar una definición en el corto plazo y que tendrán impacto directo sobre los precios. Se deberá transitar así el mes pendiente de la agenda externa, y en especial la propia.
En la primera, empezamos por el 12 y 13 de junio, donde habrá una nueva reunión de la Reserva Federal (Fed). El ajuste de 25 puntos está asegurado (el segundo del año), pero se espera mayores señales para el futuro próximo desde las palabras de Powell y las proyecciones del organismo. Horas antes, parte de la atención (aunque no creemos con mucho efecto sobre el mercado, pero si como señal política), se reunirían en principio Donald Trumpy el líder norcoreano. Mientras que poco después del 20, en tanto, la reunión de la OPEP que se dice analiza flexibilizar los recortes.
Esto obviamente se mezclara con las idas y vueltas imposibles de anticipar de la política trumpiana (que, por ejemplo, retomó la semana pasada el riesgo a una guerra comercial) o de crisis que se despiertan sin mucho aviso (España). Por último, la agenda económica será centro de atención por momentos, pero sin esperar –en líneas generales– grandes sorpresas.
También de lo externo, porque no y quedó claro el viernes, lo que pase en Brasil –o deje de pasar- será tema de análisis. En especial, a meses de las elecciones (y cuando el probable candidato con mayor intención de voto está preso).
Ahora bien, lo más importante será lo propio, no se necesita ser muy analítico para entender que el acuerdo con el FMI será una de las claves que permitirá despejar (o en su defecto, profundizar) parte de la incertidumbre existente. No tiene fecha cierta, pero debería encontrar al menos algunas definiciones, en las próximas dos semanas. De lo contrario, la "sana" espera podría terminarse y el juego de expectativas se volvería negativo.
Hoy informes sobran; desde qué seria concretamente un stad by de "alto acceso", con qué países hoy tiene acuerdos el organismos (y de qué tipo), y lógicamente análisis que apuntan a qué condiciones, monto y plazo podría tener el "blindaje". Por ahora, oficialmente, poco se sabe. No obstante, parece ser que el "escenario base" del mercado ya se armó en torno a un piso de US$20000-22000 millones y metas (hablamos de lo que se deberá cumplir para lograr el desembolso de cada parte) que podrían foco en el déficit fiscal, las reservas y quizás en agregados monetarios. El tipo de cambio, en tanto, debería ser de libre flotación.
Más que eso podría ser bienvenido siempre que las condiciones no "ahoguen" y el plazo sea largo; mientras que menos de US$20000-22000 millones, y aún cuando las metas sean flexibles, sería tomado negativamente por el mercado.
La atención hoy se centraliza en el financiamiento que aún falta para este año, y en las necesidades de financiamiento del 2019 (otros poco más de US$30.000 millones). Se aspira a que el FMI, quitando lógicamente el roll over de deuda con organismos públicos, permita despejar este punto.
Las otras dos fechas locales serán 19 y 20 de junio. El martes 19, tendrá lugar una nueva colocación de Lebacs. Los vencimientos que se deberán afrontar se han ido reduciendo, y la estrategia del BCRA entendemos se profundizará en pos de este objetivo en las próximas semanas. El "supermartes" de mayo fue exitoso, pero tuvo como una "yapa" no menor los US$ 3000 millones en Botes que consiguió el Tesoro en una operación que busco una señal fuerte ese mismo día. En este nuevo supermartes, esta estrategia –al menos, como el mes pasado– no creo sea nuevamente probable.
Hasta ahora, los vencimientos suman unos $610.000 millones –47% del stock total–. La curva del mercado secundario se ha estado aplanando, aunque hay que entenderla dentro de un mercado "intervenido". Si el objetivo es "reperfilar" vencimientos con éxito, debería verse una pendiente positiva. Sin embargo, esto iría en contra de las expectativas de marcar una inflación en baja. Lo que sí se sabe, es que las tasas este mes, se mantendrán altas. Hoy apuntar a tasas menores a 37-38% en la siguiente licitación no es una opción.
El dólar, de hecho, será la otra variable en este "juego". Será altamente sensible al acuerdo –y la letra chica, o no tan chica- del FMI, y al comportamiento de las tasas. Igual este último punto, como dijimos, parece más claro que el primero.
No se espera por el momento un cambio acá de la estrategia del BCRA. Se mantendrán intervenciones puntuales directas, o a través de bancos públicos, en el spot como en el futuro con un objetivo –salvo que el mundo se complique por demás- de limitar por ahora mayores subas, o mejor dicho alzas abruptas, que rompan la aparente estabilidad que existe.
La otra fecha, ya mencionada, será el 20 –feriado local–. Por la tarde, ese día se espera conocer si Argentina es finalmente reclasificada, o no como emergente. La decisión, no hay dudas, repercutirá sobre el movimiento de corto de las acciones en particular. Si es por la negativa no se podrá evitar cierta presión a una corrección, aunque dado los niveles actuales –y la caída ya acumulada– el impacto no creemos será muy fuerte, o al menos extendido en el tiempo. Si es positiva, daría un catalizador fuerte –algo que hoy falta- para un rebote un poco más sostenido.
Hoy, y desde el 2009, recordemos que el mercado argentino es considerado de frontera. Objetivamente se dice que se cumplió con los requisitos necesarios para avanzar, y que una respuesta favorable implicará un ingreso importante de fondos. Según Morgan Stanley en un informe reciente, calcula que estos flujos potenciales son del orden de los US$3500 millones, y la probabilidad de recategorización del 66%.
Por fuera de esto, sin fecha lógicamente, se mantendrá la atención sobre lo político y el rearmado de las estrategias, y el análisis de los daños directos y colaterales de la crisis. Sabemos seguro que en lo económico, y a diferencia de lo que se proyectaba a principios de año, tendremos que trabajar con un tipo de cambio real más alto, mayor inflación y menor actividad. Ahora hay otras variables (incluidos los conflictos sindicales) menos cuantificables, o posibles de determinar, por el momento.