Moody’s cree que habrá una devaluación y advierte que caerán más las reservas
La calificadora estimó que las reservas llegarían a U$S 25.000 millones a fin de año y que habría una “luz roja”; también consideró que el cambio de conducción en el Banco Central es una “señal negativa, pero no modifica el escenario”.
La calificadora de deuda Moody’s estimó que la situación financiera de la Argentina en relación a la calidad de su deuda tenderá a empeorar este año y el próximo por continuidad del déficit fiscal, la presión cambiaria sobre el peso, sostenimiento de problemas legales en torno a los holdouts y una "institucionalidad débil con poca previsibilidad sobre las medidas a tomar".
Una de las conclusiones que más impactó fue la perspectiva de depreciación de la moneda. "Creemos que habrá una devaluación, no sabemos aún cuándo, pero sí que se hará", afirmó Gabriel Torres, vicepresidente para riesgo soberano de la calificadora en el marco de la conferencia anual para inversores que se realizó hoy en un hotel del barrio porteño de Retiro.
El escenario actual que presentó el ejecutivo de Moody’s es de estanflación (recesión con inflación alta) y una caída del 2% en el PBI de este año y del 0% para el que viene. Asimismo estimó que el nivel de reservas del Banco Central se podría ubicar en torno a los U$S 25.000 millones para fin del 2014 con una potencial caída hasta U$S 20.000 millones para 2015.
"Las reservas es uno de los principales indicadores que estamos viendo para calificar la deuda de la Argentina, porque es el único medio que tiene el país para pagar su deuda", explicó Torres y advirtió que "en este momento son una especie de luz amarrilla en el tablero, que creemos que puede ser roja cuando se acerquen a los 20.000 millones".
"El Gobierno terminará produciendo una devaluación y el tiempo dependerá mucho de las expectativas", afirmó Torres. También agregó que no existe una única forma: "podría ser que eleve las metas de devaluación mensual, que se aceleren las devaluaciones diarias o bien producirla de golpe".
"El año pasado la respuesta a la pérdida de reservas fue devaluar. Hoy ese diferencial de competitividad ya se perdió a causa de la inflación del orden del 30% anual", dijo.
Imprevisibilidad y calidad institucional
En resumen sobre las perspectivas futuras del país en relación a la calificación de deuda, Moody’s también destacó la existencia de una "institucionalidad débil" y puntos de contacto con la realidad venezolana. Sin embargo, advirtió que la mayor diferencia con esta economía caribeña es que en los últimos años el país logró expandir por tres al agro, su mayor fuente de ingresos de divisas, mientras que la otra mantuvo estancada a la producción de petróleo.
"Los problemas de institucionalidad que observamos en la calificación comenzaron en 2007 cuando se perdió la credibilidad en las estadísticas públicas. Es difícil saber sus números reales. Otro tema es la falta de previsibilidad sobre las políticas que tomará el país ante momentos difíciles", detalló uno de los mayores especialistas de la empresa para calificación de deuda soberana.
"Una señal negativa" en el Central
Por otra parte, Torres consideró como la nueva conducción política del Banco Central no ofrece signos de desacelerar la emisión monetaria.
"Es una señal negativa porque nada indica que vaya a bajar la impresión de pesos, pero es algo que ya está descontado en la calificación de la deuda soberana del país", respondió ante una consulta de LA NACION sobre cómo evaluaba la llegada de Alejandro Vanoli a la presidencia de la entidad.
"El nivel actual de reservas no alcanza para llegar al 2015. Este año terminaría en torno a U$S 25.000 millones"
"La credibilidad es bajísima, no puede empeorar tampoco. En un principio se creyó que la llegaba de [ Juan Carlos] Fábrega [al BCRA] implicaría relajar la emisión, pero en definitiva nada cambió mucho", dijo Torres luego de la conferencia y en diálogo con la prensa.
En tanto al uso de reservas para el año próximo opinó que "al nivel actual no alcanza para llegar al 2015" dado que el país tiene un nivel decreciente y vencimientos programados en torno a 12.000 a 14.000 millones de dólares.
Al respecto advirtió que en la metodología usa Moody’s "un canje de los Boden 2015 [el vencimiento más pesado] por otros a mayor plazo podría ser leído como un eventual default si es que ofrece sin dejar otra alternativa a los inversores respecto al cobro inicialmente pactado".
En su lectura, Torres explicó que "registramos que la intención de la Argentina es seguir pagando su deuda" y que "no hay señales de que pueda haber voluntad de no pago".
Por último, "para el 2016 no estamos grandes cambios macroeconómicos respecto al rumbo actual" aunque "sí se abre una oportunidad de mayor apertura a los mercados con un nuevo gobierno, que también dependerá mucho de cómo sea la herencia que reciba".
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