Quiniela, un negocio que toma impulso después del "parate"
La quiniela es el juego de azar más popular de la Argentina, por lo que no es casual que Carlos Gardel, el Zorzal Criollo, le cantara en alguno de sus tangos, como tampoco fue casual el éxito que tuvo la recordada "Danza de la fortuna", conducida por Riverito con su característico anuncio de los números que salían en los distintos sorteos. Pero más allá de eso, esta modalidad es también un gran negocio en el país, que mueve $130.000 millones por año.
Gran parte de esa torta corresponde a la provincia de Buenos Aires, que capta 47% del negocio total medido en facturación y que recién pudo empezar a funcionar nuevamente el lunes pasado. Ese día, con solo 78 municipios habilitados de un total de 135, se pudo saber que la actividad recaudó $60 millones (al día de hoy están habilitados 132 municipios). "Si hubieran estado todos abiertos estos 81 días de cuarentena, se habrían recaudado $4800 millones", estima Patricio Gándola, presidente de la Federación Argentina de Cámaras de Loterías y Quinielas.
Según Gándola, esta actividad abarca a 25.000 agencias en todo el país (4300 bonaerenses), que dan trabajo a 120.000 personas y que facturan $130.000 millones por año, de los cuales $103.000 van al Estado. "Es como si el empleador fuera el Estado, que paga una comisión al agenciero, que es de 20% en provincia de Buenos Aires y CABA y de entre 18% y 19% en el resto", detalla Gándola.
Con lo que recauda, el Estado paga la comisión a las agencias, abona los importes de los premios y se hace cargo del gasto inherente al funcionamiento adecuado de los sorteos (sueldos, mantenimiento de edificios, etcétera). "Hay que aclarar que no paga el funcionamiento del software mediante el que se realizan los sorteos, que puede costar unos $4800 por máquina. Hay agencias que tienen una; otras, dos, y algunas tres", señala Gándola.
Las empresas que prestan servicio de software para los sorteos son cuatro: Bolt, que tiene las provincias más grandes, Gtech, Casinos Ciudad y Tecnoacción. "Es un sistema online cerrado, que tiene la información encriptada e inviolable. Es un servicio tercerizado desde 1990, porque antes había un sistema antiguo que manejaba IBM", relata Gándola.
El juego de quiniela en el país está organizado de la siguiente manera: hay cuatro horarios de sorteos, que varían en cada provincia. Para tomar como referencia a Buenos Aires, en esta jurisdicción hay sorteo a las 11.30 (cinco quinielas, Nacional, Provincia, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos), a las 14.30 (se le agrega la uruguaya), a las 17.30 (las cinco quinielas comunes sin la uruguaya) y a las 21 (vuelve a incluirse la uruguaya).
En el tiempo que estuvieron cerradas las agencias no recibieron ninguna asistencia social de parte del gobierno de la provincia de Buenos Aires. En este sentido, Marcelo Iglesias, agenciero y además presidente de la Cámara de Agencias de Quiniela de la Provincia de Buenos Aires, contó que la situación ya se había tornado desesperante, porque no había ningún tipo de ingreso y muchas agencias estaban a punto de cerrar. "No habíamos recibido ninguna asistencia social ni ayuda de parte del gobierno provincial, pese a que somos representante de ellos en cada barrio", comenta.
Además, la quiniela es una gran aportante a las arcas del Estado vía impuestos. "Hasta el momento, pagamos entre 4% y 8% de ingresos brutos, según la provincia; una tasa municipal de 2% sobre ingresos brutos, que también varía en las distintas jurisdicciones; tasa de propaganda (solo en provincia de Buenos Aires) y Ganancias. Lo único que no paga el juego es IVA. De nuestra ganancia, pagamos un 45% en impuestos y tasas, que es descontado directamente, porque somos agentes de retención", explica Gándola.
En este sentido, otro temor asalta a las agencias: la intención de aumentarles las tasas de Ingresos Brutos y otro tipo de impuestos. "En Misiones, un senador ya presentó un proyecto de ley para aumentar la alícuota de Ingresos Brutos. Por otra parte, Santa Fe ya anunció que el Estado le va apagar menos por comisión", agrega Gándola.
A partir de la restricción para ejercer la actividad durante la cuarentena, los agencieros oficiales advierten que creció enormemente la quiniela ilegal. Luis Bedetti, dueño de una agencia en la provincia de La Pampa, dice que durante la inhabilitación por el coronavirus los números de la quiniela clandestina explotaron. "Y otro riesgo que había era que el juego online se quisiera meter donde no debía", afirma.
Sucede que la quiniela clandestina es otro negocio no menor en el país. Un análisis de la Federación Argentina de Cámaras de Loterías y Quiniela arroja que esta modalidad recauda por año $80.700 millones, más de la mitad que la legal. "En el conurbano, por cada agencia oficial hay cinco personas que levantan clandestina. Y eso, además de ser dinero negro que luego se utiliza para actividades ilegales, es también un peligro para la salud, ya que en pleno aislamiento obligatorio esta gente anda casa por casa sin ningún protocolo, con el riesgo de contagio que eso implica", argumenta Gándola.
Según relatan los agencieros, ya quedó demostrado que las penalidades no son lo más efectivo para terminar con este flagelo, que vuelca luego su dinero a otras actividades ilegales; sino que lo más adecuado es desincentivar su negocio, agregando más juegos o propuestas novedosas en las agencias oficiales.
"Otra cosa que se está haciendo es habilitar puntos de juego, con una especie de postnet, en pequeños comercios y quioscos. De esta manera, muchas de las personas que hoy están en la clandestina, pueden empezar a pagar el mínimo de monotributo y pasarse a una actividad legal", cuenta Gándola.