El helado ya dejó de ser una tentación de verano

A fuerza de campañas de promoción y de temperaturas más benignas, el consumo de helados en la Argentina inició en los últimos años un proceso de desestacionalización y cada vez son más los clientes para los cuales la compra dejó de estar asociada al calor y al verano.

En el mercado reconocen que gran parte del cambio de hábitos se explica a partir del vertiginoso crecimiento de la cadena cordobesa Grido, que en cuatro años duplicó su red de locales hasta convertirse en la mayor heladería no sólo de la Argentina, sino de América latina, con 967 sucursales, gracias a su propuesta de helado accesible (el kilo cuesta menos de 30 pesos).

"En los últimos cuatro años, el consumo invernal de helado creció 100 por ciento -señaló Sebastián Santiago, socio gerente de Grido-. Esta tendencia que estamos viendo en plena época de frío, impensada pocos años atrás, obedece no sólo a una modificación paulatina en los hábitos de consumo propios de los cambios sociales, sino principalmente a la inserción de nuevas propuestas para acceder al helado en épocas frías del año, como los postres y otras alternativas por fuera de la venta a granel tradicional."

En todos los segmentos

La desestacionalización del consumo no es un proceso exclusivo de la base de la pirámide y los fabricantes de helados artesanales -dirigidos a un público de mayor poder adquisitivo- también dan cuenta de un cambio en los hábitos. "En el último tiempo, las heladerías aggiornaron su oferta para el invierno al sumar nuevas propuestas, como el café, que sirvieron para aumentar la demanda de helado. A esto se sumó que el clima ayuda y los últimos inviernos no son tan duros como antes", explica Gabriel Famá, dueño de la tradicional heladería Cadore, que registró un alza del 20% en sus ventas en esta temporada invernal.

Retraso internacional

Históricamente la desestacionalización de las ventas fue considerada un factor decisivo dentro del objetivo mayor de hacer crecer el consumo de helado. Hoy los argentinos consumen en promedio cinco kilos por año contra los seis kilogramos de los chilenos. Cuando las comparaciones se hacen con mercados desarrollados, las diferencias son abismales. Nueva Zelanda tiene un consumo promedio de 20 kilos anuales; en Estados Unidos llega a los 24 kilogramos, y en Canadá suman 17.

Postres en alza

En el sector explican que el crecimiento de las ventas en invierno es acompañado por un cambio en las tendencias de consumo durante los meses más fríos. "En verano, casi el 70% del helado que se consume es a granel. En invierno, la proporción se equipara en partes iguales con el helado envasado, siendo los bombones y postres los productos más elegidos", explican en Grido. Los heladeros además destacan que en invierno los productos envasados más solicitados son los que tienen, por lo general, mucho chocolate -ya sea en helado o baño-, aunque no existen grandes variaciones en el ranking de los sabores más vendidos a granel, que continúan encabezados por los clásicos como dulce de leche, chocolate, frutilla, limón al agua y crema americana.