Cambiar de carrera puede ser una oportunidad para decidir mejor
La reorientación vocacional ayuda a repensar una primera elección
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"Me equivoqué. Elegí mal. Me quiero cambiar de carrera." Muchos lo dicen. Algunos se cambian y comienzan a estudiar otra disciplina. Otros, en cambio, descubren en algún proceso de reorientación vocacional que el problema no era, necesariamente, la carrera que habían elegido. Los especialistas coinciden en que a veces los estudiantes que dicen que desean cambiarse de carrera en realidad están contando otra cosa.
En algunos casos, no se tomaron el tiempo suficiente para informarse acerca de las carreras y, cuando empiezan, se dan cuenta de que no es la que más les gusta. Pero también puede pasar que tengan problemas con el estudio, que les cueste adaptarse a la universidad o a vivir en otra ciudad si tuvieron que dejar la suya.
"A veces sucede que, después de la primera tanda de parciales, si les fue mal, creen que eligieron mal la carrera. Y en algunos casos puede ser cierto, pero, en otros, es un problema de organización de estudio. Nosotros los ayudamos y también los tutores del primer año", dice Paula Dubcovsky, del Servicio de Orientación al Estudiante de la Universidad de Belgrano.
Hay algunos momentos en la vida académica en los que la duda es más frecuente. "En los primeros momentos del primer año o luego de los primeros parciales, la elección vacila al acercarse a la realidad que, en muchos casos, no es lo que imaginaron", afirman en el Departamento de Orientación Vocacional del CBC de la UBA.
Según los especialistas, otras son las dificultades de quienes viven lejos de la facultad y tienen que viajar mucho para cursar, o los estudiantes del interior que sufren la pérdida del lugar conocido. Luego, más o menos en el tercer año de la carrera, cuando se comienza a tener materias que se relacionan directamente con la práctica profesional, algunos estudiantes se dan cuenta de que no es lo que les gusta.
Pensamiento mágico
Algunos no se animan a contar a sus padres si están pensando en cambiarse de carrera. "Cuando vienen a nosotros, algunos estudiantes ya les contaron a sus padres la decisión de cambiarse. Otros, en cambio, aún no se animaron y eso los angustia", dice Dubcovsky.
"A veces, dicen que van a estudiar lo mismo que los padres. Pero cuando empiezan a vivir el sacrificio que implica estudiar durante años algo que no les gusta, empieza a aparecer la posibilidad de cambiar de carrera", señala. "Hay una especie de pensamiento mágico que vemos en varios chicos que piensan que, si la carrera les gusta, no debería costarles. Si se tienen que esforzar o no les va tan bien, entonces piensan que eligieron mal, y no es así", reflexiona Dubcovsky.
Eluned Lloyd tiene 19 años y vive en Buenos Aires desde hace un año, cuando vino desde Chubut a estudiar Derecho. "Después de hacer el CBC, me cambié a Ciencia Política. Sé que la salida laboral va a ser más difícil, pero esta carrera me gusta mucho más. Creo que seré más feliz que si hago algo que no me gusta", dice, mientras recuerda que le costó contarle la decisión del cambio a su papá. "Me sentía culpable, ya que mis padres me mantienen en Buenos Aires y, si me cambiaba, iba a estar más tiempo acá, pero decidí darme la oportunidad y ahora estoy muy contenta", dice.
Finalmente, como apuntan los especialistas del CBC, "el hecho de cambiarse de carrera es visto desde afuera como un fracaso en muchos casos. Pero para el sujeto es un verdadero alivio porque estar donde uno no quiere es lo más triste y paralizante".





